Partida Rol por web

Fizban está en su despacho, preparando nuevas herramientas de tortura para sus padawas.

Cerbero os acompaña en silencio a través del bosque, el animal sabe perfectamente por donde pisar y hacia donde ir para no activar ninguna de las trampas que Fizban mantiene activas por toda la zona.

 Cuando llegáis al despacho localizais en el suelo unas miguitas de pan mohoso, está claro que es obra del profesor y que debéis seguirlas. El rastro os conduce al despacho del experimentado profesor, una especie de biblioteca del siglo XIX repleta de libros, con las paredes abovedadas y el aroma de los siglos impregnado en cada recodo de la sala. Descubrís una chimenea con un agradable fuego encendido, acudís a su cloro para calentaros las manos, el lugar es agradable, de fondo se escucha el tic tac de un reloj, todo parece en orden... pero entonces varios sonidos detrás de la puerta de entrada os llama la atención, parece tratarse de unas risas maliciosas y traviesas que os invitan a salir, es una tentación para los nuevos, pero Miguel y Aleshia, que conocen el despacho, os previenen para que no lo hagáis. Al cabo de unos segundos os dais cuenta de que alguien más ha entrado en el despacho... Se trata del propio profesor que os mira divertido con sus inquietos ojos violetas moviéndose al son del Tic Tac del reloj.

Al ver al fin al profesor, tras ser prevenida justo a tiempo para no abrir aquella extraña puerta, inmediatamente se inclina en dirección al que sería sin lugar a dudas su profesor. Semejante aspecto era inconfundible.

- Hen gow shing reng shr ni* - y automáticamente traduce, con una segunda inclinación - Encantada de conocerle, profesor Thaselhoff

Fizban arqueó una ceja ante el saludo chino de su nueva padawa.

- Vaya... así que eres mandarina- se acerca a ella inclinando el rostro mientras la olisquea- una séptima hija... interesante...- Alba se percata de que los ojos violetas del profesor se tornan verdes y sus colmillos se afilan adquiriendo un brillo extraño más parecido a un lobo que a un hombre, pero eso dura apenas un segundo, tan fugaz que ella cree haberlo soñado. A continuación recupera su posición y y con toda la dignidad que pueda tener un loco se saca de la chistera un enorme libro con las pastas viejas y arrugadas, lo hojea y dice todo correcto con sus violeta mirada dándole vueltas- Shì wǒ de róngxìng xiǎojiě ( en chino tradicional "El placer es mio señorita")

Por muy fugaz que fuese, igualmente aquello le había puesto los pelos de punta. Lanza una mirada rápida a sus compañeros, como apra asegurarse de que aquello era normal, y prosigue. aportando escuetamente su nombre - Alba Zheng.

¿Y supo que soy una séptima hija con tan solo olerme? Este profesor da un poco de miedo...

- Alba..- repasa la lista de los alumnos y se aclara la voz ante los presentes- bien... bien... ahora mis queridos padawas os diré el motivo por el que os he citado aquí. Miguel y Aleshia ya me conocen y llevan tiempo viviendo en el Intituto, así que los nuevos debéis prestar atención a mi palabras. Lamento deciros que estoy más loco que una cabra y que mis clases... suelen ser peligrosillas... pero mi mayor deseo es que todos vosotros sobreviváis. El mundo es un sitio mucho peor que yo, y el Intistuto y los profesores de esta institución nos hemos impuesto la obligación de instruiros para daros un futuro... pero no los he hecho venir para darles el mismo sermón que el Director, así que os resumiré varias cosas. Puesto que me habéis elegido como vuestro maestro Jedi, debo daros una serie de normas que espero se cumplan, no sólo por mi, sino por vosotros mismos. Ya conocéis a Cerbero, mi lobo, cada vez que os lo envíe, normalmente a vuestro dormitorio, debéis seguirlo porque significa que la clase ha comenzado, no siempre daré aquí mis clases- sonrió mostrando los colmillos- pero ya lo iréis descubriendo... El despacho... MI despacho, es un lugar peligroso que está lleno de malos y buenos recuerdos, os aconsejo encarecidamente que no os adentréis a investigar más allá de los lugares en los que os haya citado, ni toquéis los objetos que guardo, excepto cuando yo os autorice a hacerlo...- los miró con un brillo azulado en sus cambiantes ojos en una expresión severa que no tenía nada de locura.

A continuación y sin cambiar el tono azulado de sus ojos les dijo.

- Os recomiendo también que os hagáis con vuestro propio armamento, y que elijáis una profesión que desempeñar dentro del instituto para ganar dinero, lamento deciros que es necesario, pero encontraréis un trabajo a vuestra medida, en recepción os pondrán mejor al corriente si no lo han echo ya. Con respecto a las carreras, si veis que no sois capaces de llevar dos a la vez os sugiero que os centréis en una y... espero no tener más desertores, no es la primera vez que me piden estudiar Exploración para después dejarme tirado. De momento no he castigado a nadie... pero no me gusta perder el tiempo, si estáis conmigo, estáis conmigo... no quiero más excusas. Esta carrera es muy seria y aunque no es tan megachula como otras... tiene su puntito... Bueno creo que no se me olvida nada... ¿alguna pregunta? Si no es así pueden retirarse y prepararse para Brookhaven... 

- Oh esperad..- Fizban rebusca entre sus ropas y saca varias piedras, tantas como cada uno de vosotros y os reparte una a cada uno- cuando queráis hablar conmigo coged la piedra saltarina y gritarle "Cerbero"... pero no demasiado alto, que no están sordas... luego os dirigís al jardín y la arrojáis con fuerza... ellas solitas vendrán a mi y sabré que queréis...

Me siento bastante abrumado cuando acompaño al lobo (o él me acompaña a mi) a través de aquél extraño lugar, me parece totalmente irreal que el profesor nos haga pasar por un lugar tan extraño y que lo tenga lleno de trampas, carece de toda lógica.

Al menos una vez en el despacho, el lugar es bastante acogedor, saludo a mis compañeros con una inclinación de cabeza y me mantengo en silencio hasta que, mi mano se mueve como sola hacia la puerta para averiguar lo que hay al otro lado. Los más expertos nos persuaden de no hacerlo, a si que me limito a esperar lanzando miradas en todas direcciones para estudiar el lugar.

Cuando el profesor llega me levanto y hago una leve reverencia cordial como muestra de respeto.

-Señor Thaselhoff... quizás mi pregunta sea un tanto impertinente, pero es probable que el resto de mis compañeros se la estén formulando también: ¿Por qué tiene tantas trabas a que alguien llegue a este lugar? Se supone que el instituto es seguro ¿no? - Me mantengo un segundo en silencio y decido añadir algo. - Por cierto, mi nombre es Julian Delphiki, disculpe por no haberme presentado.

Al llegar a clase con una sonrisa miro entre los recobecos esperando ver a Nadia... pero finalmente esta no llega...

Me agacho para acariciar a Cerbero mientras le digo:

Ojala este bien, Cerbero... ojala lo esté...

Los compañeros se van presentando y preguntando al profesor, yo me limito a esgrimir una sonrisa apagada pues el recuerdo de Nadia, me tiene la mente ocupada... y mientras esperan a la respuesta de Fizban les digo: Aleshia... encantada de que os unais al barco...

Sonríe con algo de timidez a sus compañeros. Al fin podría empezar a ponerles rostro a algunos - Gracias. - Recoge su piedra y la hojea con curiosidad antes de guardarla - A mi también me gustaría saber... si aparte de estas cosas hay algo más que debamos temer en el instituto, o algún otro sitio que evitar. - Si no empiezo por ahí en pocos días me doy por perdida...

-Mi querido Julian, este Instituto es seguro en gran medida por mis trampas. Mi despacho está situado en el mismo bosque, lo que significa que hace las veces de muralla, Brookhaven no sólo está protegido por barreras de fuerza sino por el silencioso trabajo de sus profesores... Alba, los sitios a donde tampoco debéis ir son el bosque y los terrenos del Instituto, sobretodo al anochecer, prestad atención a esto, no os aventuréis a salir de vuestras habitaciones durante las horas oscuras y-el rostro de Fizban se volvió muy serio intensinficándo sus palabras con aquella sabio mirada celeste-cuando salten las alarmas de la dimensión pesadilla... encerraos en vuestros dormitorios y no se os oscurra salir. Los lugares que están dentro del instituto son seguros, pero cuando la dimensión se abre, el único lugar en el que no correreis peligro es en las habitaciones, pero no os preocupeis en esceso eso no pasa todos los días. ¿Alguna otra pregunta?

Miguel acudió junto a sus compañeros a la llamada del profesor. Como siempre el profesor había enviado a su fiel lobo para que pudiesen entrar sin problemas.

Cuando Aleshia se presentó, Miguel hizo lo propio. Un apretón de manos con el chico y un par de besos a las chicas:

-Miguel Herrera. Cualquier cosa que necesitéis, Aleshia y yo estaremos encantados de echaros una mano.

Rápidamente el profesor les explicó todo lo que debían saber y Miguel comentó, cuando el profesor les comentó la necesidad de encontrar trabajo:

-En recepción, podéis hablar con Ayimi. Comentadle la necesidad de encontrar un trabajo y os echará una mano. Creo que en el pub necesitan ayuda... En ese momento miró con pesadumbre a Aleshia y al profesor.

Cambió de tema:

-La tienda se encuentra cerca de la entrada del instituto. Si necesitáis algo, armas, armaduras, ropa, libros,...cualquier cosa acercaros por ahí.

El profesor comentó todo lo que en principio debían saber.

- En tal caso, profesor, creo que le estoy agradecido, a si que gracias por mantener a salvo este lugar. De todas formas, sus palabras han provocado en mi una duda: ha dihco que durante la dimensión pesadilla permanezcamos en nuestras habitaciones, ¿quién se ocupa entonces de todo mientras tanto? - Pregunto con un sentimiento doble de curiosidad y preocupación.

- Esa... es una buena pregunta - Medita Alba en voz alta sobre las palabras de Juian. - y gracias Miguel. Seguiré tu consejo

Fizban sonrió de forma lobuna mostrando sus colmillos acompañado por el color esmeralda de sus ojos.

-Eso es algo de lo que no debéis preocuparos, tan sólo haced lo que os indicado y no os inquietéis por nada... excepto por vuestra propia supervivencia. Estáis en buenas manos...-acentuó la sonrisa con aquel brillo extraño de sus verdosos ojos. Era odbio que quien les hablaba en esta ocasión no era ni un loco, ni un sabio... sino un cazador de demonios.

Me estremezco l ver ese extraño gesto.

-De... de acuerdo. ¿Hay algo más que quiera decirnos?

-Nada más mis qurridos padawas, a no ser que vosotros si... bien podéis retiraros, preparad todas vuestras cosa, mañana comenzaremos la clase. 

Cancerbero aparece detrás del profesor y os mira, el inteligente lobo de vuestro extrafalario explorador os acompañará al instituto.

-Muchas gracias por su atención, profesor - Le digo cordialmente a nuestro profesor de "exploración" y espero al resto para volver a las salas normales del instituto.

Miguel se retrasó en la vuelta de los alumnos al instituto y se acercó al profesor:

-Profesor. Seguramente sepa algo, pues nada se le escapa o eso he aprendido estos años. ¿Sabe que les ha pasado a Nadia y los demás? ¿Tiene alguna nota, como con Edward?¿No habrá terminado como el director Pollino?

-Sabe que si necesita ayuda para investigar y para saber que ocurrió, tiene aquí a su padawan más entrometido. Dijo con una sonrisa en los labios.