Obediente, me quedo quieto y callado...
Menudos compañeros de equipo tengo... Qué maravillas!
Tu ves? le digo a Rorik Tu civilización mea en ti. Como yo meo en ella. Niego con la cabeza. La montaña, no miente, Crom no miente, el filo de una espada no miente.
- Vaya desperdicio de material, - dice el guarda, cuando la mujer se acerca. Val no puede evitar un gesto mezcla de asco e ira, y en cuanto es liberada, escupe a los pies de los guardias mientras vuelve a su sitio frotándose las muñecas.
Algo contrariado, el sargento vuelve a hablar, - bueno, y hasta aquí mi trabajo, ahora pagaréis lo que hicisteis...
En ese momento, los grandes portones del fondo de la sala, comienzan a abrirse con un fuerte chirrido, dando paso al clamor del pueblo.
-... con sangre
La luz repentina que entra por la puerta os ciega brevemente, pero poco a poco veis unas grandes escaleras que ascienden, suponéis, hacia la arena.
Seguimos en una nueva escena, la Arena de Kordava