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Juramentos de la Marca de los Jinetes - Sangre en la nieve

Capítulo 4: La Bestia

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22/02/2018, 23:10
Galadan

- Ni las vuestras, ni las nuestras, ni las de nadie, sospecho. Pero no temáis: hoy somos amigos. Investiguemos ese cubil.

Sin guardar la espada, entro dentro de la cueva.

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24/02/2018, 19:30
Eothred

Una alegría inmensa me invade al observar en la distancia cómo la lanza de Barald acaba con la vida de aquella criatura. Por fortuna las heridas de Heruwyn no son mortales, por lo que todo ha salido mejor de lo esperado.

Escucho las palabras del resto, felicitaciones por haber acabado con el troll, pero no puedo evitar la amarga sensación de no haber podido contribuir mucho en el combate. Sin mucha pausa parece que se establece un nuevo plan.

Escucho las palabras de Aldor y asiento. – Sí, es posible que la voz del anciano diera las instrucciones al troll; como trató de hacer con nosotros. Imhar interviene y parece quedar claro que la intención de la voz es la de sembrar la destrucción allá por donde se escuche. Escucho con atención su consejo, pues tras lo sucedido ha demostrado ser un hombre con sensatez.

-Será lo mejor. – Digo en referencia a explorar el cubil y regresar a informar al rey- Vamos a acabar con esto de una vez. – Termino, a la vez que sigo a Galadan.

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25/02/2018, 09:49
Barald viento de lanza

Una vez se han apagado las hogueras veo que, Galadan y Eothred, entran sin dudarlo al cubil del trol.
Me giro hacia el resto de compañeros y en voz alta.-Bueno amigos, acabemos con este asunto de una vez, exploremos la cueva y volvamos a Edoras que mi garganta necesita una cerveza. Suelto una risotada mientras cojo mi lanza y me encamino hacia la entrada hasta alcanzar a los primeros que ya entraron.

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26/02/2018, 07:43
Director

Luego de tomaros un breve descanso para recuperar fuerzas, Imhar os señala que ya ha dejado de salir humo de dentro de la cueva y sin perder tiempo os adentráis en el cubil de la bestia junto con el cazador y su segundo.

Iluminada gracias a las antorchas de los dunlendinos, os dais cuenta que la cueva es en realidad una gruta redonda y artificial de menos de quince metros de diámetro, con las paredes llenas de figuras y signos tallados aunque degastados por el paso de los siglos, difíciles de leer pero muy similares a las de las piedras que marcaban la entrada al Grimgelad. El suelo está plagado de huesos secos de animales y personas y justo en el medio del lugar se encuentra el cuerpo de Ulfúr, todavía de una pieza pero con severos mordiscos que llegan hasta el hueso y con una de las piernas parcialmente carcomida, lo cual hace que a más de uno se le revuelva el estómago y deba apartar la mirada.
Tras darle un vistazo a los alrededores, notáis un brillo en el fondo de la cueva y tras acercaros halláis poco más de una docena de brazaletes, collares y anillos de oro junto con tres cofres, dos de tamaño mediano hechos de metal y todavía en buen estado y otro el doble de grande que los anteriores pero desvencijado y con las maderas podridas. Al abrirlos, descubrís que los de metal se encuentran llenos de joyas de diversos tamaños y formas, copas finamente decoradas y viejas monedas de oro y plata mientras que el de madera contiene armas antiguas, principalmente espadas, hachas, cabezas de lanzas y arcos sin encordar, algunas de ellos de gran calidad y buen estado pero la mayoría llenas de herrumbre y telarañas aunque con las empuñaduras y las vainas finamente decoradas con joyas y filigranas de oro. Pensando que puede que haya más cosas en la cueva, comenzáis a buscar en los alrededores apartando huesos y removiendo la tierra hasta que finalmente encontráis algunos escudos de metal y un par de armaduras de malla, al igual que las armas la mayoría está en pésimo estado pero otras parecen haber resistido el paso del tiempo.

Necesitaréis más tiempo para evaluar adecuadamente el valor de los objetos encontrados pero aun así imagináis que se trata de una riqueza suficiente como para que una persona pueda vivir cómodamente el resto de su vida y sin tener que volver preocuparse por el dinero. Sin lugar a dudas habéis encontrado del tesoro del troll aunque no podéis evitar preguntaros si son objetos que la criatura arrebató a sus víctimas, las riquezas de aquellos que antaño moraron en las montañas o ambas cosas.

Notas de juego

Por si os surge la duda, podéis llevaros todo el tesoro distribuyendo la carga entre vuestros caballos. Además, si queréis, también podréis llevaros el cuerpo de Ulfúr.

Debido al descanso, Heruwyn recupera 4 puntos de Aguante, quedando en 22/26

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26/02/2018, 07:45
Director

Aunque más de uno se siente tentado a quedarse con una parte de lo hallado, os dais cuenta que este tesoro le pertenece al Rey y que debe ser él quien decida ya que no solo se encuentra en sus tierras sino que parte de él ha sido arrebatado a sus súbditos.

Tal vez llevárselo al Magistrado de Edoras y que sea él quien se lo comunique al Señor de la Marca sea la mejor idea, después de todo quedarse con el oro que le pertenece al Rey es un crimen castigado con el exilio.

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28/02/2018, 12:57
Galadan

Señalo con la espada el botín.

- No seré yo quien le diga al pueblo de Rohan como actuar. Mi voto en este asunto es irrelevante. Pero esta es mi opinión. Todos estos tesoros terribles han sido robados a los granjeros del rey. Me niego a tomarlo para mí. Esto es de Rohan, y a Rohan debe ir. ¡Llevémoselo al rey Thengel! Él sabrá administrarlo con justicia.

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28/02/2018, 15:28
Dengal

Con un tono más serio del normal digo:

-Por supuesto que el tesoro será entregado en su totalidad al Rey, él sabrá darle un buen destino, aquí no hay lugar para mezquindades. Por otro lado, opino que deberíamos llevar el cuerpo de Ulfur a Edoras, como colega juglar y como compatriota lo digo a pesar de las actitudes reprochables que tuvo. Seguramente debe haber quienes quieran llorarle.

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28/02/2018, 19:51
Aldor

Asiento ante las palabras de mi companeros. Nuestra mision era acabar con la bestia y eso es lo que hemos hecho. El tesoro que hemos hallado en la cueva, no es mas que el fruto del pillaje y del asesinato, me parece bien que hombres mejores y mas sabios que yo lo gestionen. No obstante los hombres de Imhar han luchado a nuestro lado demostrando su valia y es bien cierto que su pueblo ha sido asolado por el mismo pillaje asi que digo:

-Imhar, tu y tus hombres habeis luchado con valentia y decision. No soy un hombre de leyes, y soy incapaz de determinar lo que pertenece a vuestro pueblo y lo que pertenece al nuestro... no obstante ambos pueblos han sufrido de la misma calamidad, asi que si quereis tomad parte de este tesoro y llevarlo con vosotros.

Los dunlendinos no traen caballos asi que tampoco podran cargar mucho. Una vez hayamos repartido el botin, y cargado la parte que nos corresponde en nuestras bestias, procedere a cortar la cabeza del troll para llevarla ante el magistrado, probando asi que el trabajo ha concluido.

 

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28/02/2018, 20:39
Barald viento de lanza

Una vez dentro veo el gran botín del trol, años de pillaje se han transformado en un tesoro generoso.
Varios de mis compañeros sugieren como utilizarlo y pacientemente espero a que terminen mientras lo examino con más detenimiento.
-Yo estoy con Aldor, la sangre de los dulendinos también ha corrido en las manos de la bestia, se merecen una parte importante de este hallazgo. Durante unos segundos guardo silencio mientras pongo en orden mis pensamientos. -Lo que me preocupa es no haber encontrado el origen de la voz y mandar al abismo a ese espiritú maligno.

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01/03/2018, 04:30
Eothred

Escucho atentamente las palabras de cada uno de mis compañeros y por fortuna no hallo codicia, avaricia o egoísmo en ellas. Todo lo contrario, por lo que empiezo a sentirme un poco más tranquilo después de todos los acontecimientos.

Aunque no somos nosotros los que hemos de decidir cómo y a quien se le hace entrega de parte del tesoro, las palabras de Aldor me parecen lo más justo. Sin más, asiento ante mi compañero y dedico una mirada a Imhar en señal de aprobación.

-No importa lo que dijera o hiciera Ulfúr, debemos llevarlo a Edoras aunque ello nos impidiera cargar con todo el tesoro.- El gesto de mi cara se torna bastante serio, mientras recuerdo cómo la criatura acabó con el rohirrim.- A mí también me preocupa, Barald, aun así hemos terminado el trabajo que nos trajo aquí. Deberíamos viajar a Edoras lo antes posible e informar de lo que hemos averiguado. – Le digo a mi compañero, henchido por el orgullo de saber que hemos cumplido con nuestro cometido.

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01/03/2018, 23:17
Imhar Alcance-Lejano

Al escuchar las palabras de Aldor y luego las del resto, Imhar os responde.

-Dudo que haya algo que le pertenezca a mi gente en ese tesoro, somos un pueblo humilde que vive de la tierra y no nos interesan los adornos de plata y oro -os dice el cazador- Sin embargo, si no tenéis inconveniente quisiera llevarme algunas hachas y puntas de lanza para mis compañeros de cacería, han luchado bien y además se merecen una compensación por la muerte de sus seres queridos a manos de la bestia.

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01/03/2018, 23:17
Director

Independientemente de cual sea vuestra decisión, os repartís el peso y comenzáis a cargar el tesoro en vuestras alforjas mientras que Imhar continúa examinando la cueva. Al cabo de varios minutos, el cazador se reúne con vosotros afuera de la gruta y os comenta que según los restos y las huellas que encontró, el troll que abatisteis era el único que moraba en la zona así que podéis estar seguros de que no habrá más ataques. Una vez habéis terminado de mover el tesoro, os encargáis de envolver el cuerpo de Ulfúr en una manta y lo colocáis sobre el lomo del caballo de Dengal mientras que Aldor e Imhar se dedican a despedazar el cuerpo del troll, el primero quedándose con su cabeza como prueba para el magistrado y el segundo con una de sus garras a modo de trofeo.

Con todos los preparativos hechos y sin ninguna intención de pasar la noche en el sombrío Grimgelad, os ponéis en marcha y atravesáis rápidamente el barranco maldito, llegando a la entrada de este una hora después del anochecer. Agotados tanto por el viaje de los días anteriores como por el combate con el troll, montáis junto con los dunlendinos un campamento y pasáis la noche en las montañas, durmiendo plácidamente ahora que sabéis que el pueblo de Rohan está a salvo.

Notas de juego

Cambiamos de escena: Epílogo