Partida Rol por web

Durante unos instantes  los dinosaurios desaparecieron de su cabeza, aquel lugar transmitía seguridad, estaba tranquilo entre esos muros. Ni los cristales rotos, ni el olor viciado de la sala ni nada podían sacarlo de su ensimismamiento. Contemplaba absorto y fascinado toda la habitación cuando escuchó unos pasos que provenían del otro lado de la estancia. Por un momento el corazón le dio un vuelco y dudó si acercarse al origen de aquellos movimimientos.  No era posible, ahí estaban los dos. Anastasia y John.  John y Anastasia. La tipa dura y el cerebrito simpático. “Tampoco te pongas a llorar, marica” –se dijo a sí mismo.

DH fue sigilosamente deslizándose hasta John, pasando un brazo por detrás de él. Cuando el científico se giró sobresaltado descubrió una cara muy familiar.

-¡Sorpresa! No creerías realmente que te librarías tan fácilmente de mí, ¿verdad? –comentó con una amplia sonrisa en su rostro-. Me alegro de veros a los dos con vida. Es un alivio. ¿Tuviste acción hostil por el camino, Vólkov? Y lo más importante, ¿habéis encontrado los laboratorios o una radio? –añadió ahora con un semblante mucho más serio.

Anastasia apuntó con su arma al recién llegado incapaz de entender como seguía con vida -¿Cómo has sobrevivido? Te dábamos por muerto. Me cargué a uno de los chicos y, la verdad, son unas bestias muy peligrosas. Tenemos los datos y hemos contactado con los jefes. Nos recogerán por barco.

John se dio la vuelta sobresaltado al sentir la mano de DH en su hombro, cuando lo miró le costó unos segundos darse cuenta de que el militar estaba vivo.

- ¿DH?- preguntó incrédulo, como si estuviera hablando con un fantasma, entonces cuando por fin se dio cuenta de que era él en carne y hueso tras unos instantes en los que el cinetífico se quedó totalmente paralizado.

- ¡¡¡DH!!!- exclamó finalmente abrazándolo en una explosión de alegria y alivio... un alivio inmenso, pues realmente se había estado culpando todo el rato por el destino de su compañero.

El militar correspondió durante unos segundos al abrazo hasta que suavemente apartó las manos del científico de encima suya. “Un poco más y acabo sin aire, menuda lapa.”

-Vale, vale. Como sigamos con los melodramas se me cae la lagrimilla. Sé que te alegras de verme pero todavía me van las pibas, no te ofendas –dijo soltando una pequeña carcajada-. Ya tendrás tiempo de darme un achuchón cuando salgamos de aquí –murmuró desviando la mirada a Anastasia-. Pues lo cierto es que creo que he batido algún récord olímpico. No he corrido más rápido en toda mi vida y por suerte conseguí despistar a aquel monstruo en el bosque. Así que si ya tenéis los datos, ¿cuál es nuestro siguiente movimiento?

John soltó a DH tan rápido como lo abrazó, se arregló el tupé y se ajustó la pajarita... aquella efusividad tampoco era muy propia de él... pero saber que una persona no había muerto por su culpa y que no tendría que llevar aquella muerte sobre sus hombros... fue algo realmente liberador.

- A mi también me van las pibas... como decis vosotros. De echo hasta tengo novia y todo- carraspeó- es que me he alegrado de verte... creía que habías muerto por mi culpa... menudo peso me has quitado de encima- se terminó por sincerar... -Bueno, bueno... tenéis razón. Hay que salir de aquí... tenemos que llegar a los muelles, ya que no nos van a volver a mandar otro helicóptero- señaló los paneles indicativos- supongo que habrá que seguir las indicaciones pero en esta ocasión con mayor precaución, ya he visto suficientemente de cerca a los saurios como para querer ver a más...- tuvo que admitir el friki- a todo esto... eres un jodido heroe... burlar a un Rex en plena carrera... wow...- comentó incrédulo pero sumamente complacido.