DH escuchó las opiniones y argumentos de John y Anastasia. Tras unos segundos de silencio, el militar también se pronunció:
-Ni quiero saber lo que hacen ni me compete. Por mí como si se preparan un cocktail con las muestras. Nuestra misión está cumplida y estamos vivos; si luego a algún loco se le ocurre iniciar el Apocalipsis, ya se encargará alguien de pararle los pies –comentó sin ningún reparo-. Y respecto a estar separados de ellos… Sí, por supuesto. De hecho, en cuanto lleguemos a tierra firme voy a ponerles una orden de alejamiento a todos estos cabrones –dijo con su habitual ironía señalando al dinosaurio abatido.
John escuchaba a ambos militares mientars observaba al reptil con cara de asco.
- Parece que ahora si que estamos deacuerdo en algo... con lo friki que era yo de los saurios y he acabado por aborrecerlos... ¿y si tiramos al bichito del amor por la borda? ya tengo las muestras que nos han pedido... no creo que el cuerpo les sirva de mucho- sugirió a sus compañeros mientras recordaba los últimos acontecimientos cuando estuvo a punto de recibir un beso envenenado de aquella lagartija.
¡Buenos días jefa! Llega la pregunta del millón, como bien sabrás tu misión consistía en sobrevivir para llevar las muestras a la empresa buena, y no a la actual donde estás ejerciendo de topo, con lo cual mi pregunta es: ¿qué harás?
¿Irás a la empresa que os ha contratado a los 3 con la info que has recuperado?¿o irás a tu empresa real a darles a ellos toda la info?
Me voy a mi empresa real... lo siento por lo militares pero yo ya he cumplido salvándoles al final la vida XD
Cuando parecía imposible, la voluntad del ser humano se sobrepuso al instinto de la naturaleza, una naturaleza ya extinta que gracias a la ciencia había sido devuelta a un mundo donde ya no eran los reyes.
Los hombres han cometido muchos pecados, y uno de ellos siempre ha sido jugar a ser Dios pero... ¿compensa tanto sacrificio por algo tan codiciado como el poder?¿o es el amor a la ciencia lo que realmente está detrás de todo?
La cuestión es que hoy dos hombres y una mujer cargados de valor habían sido capaces de llegar más allá en una cuenta atrás por su propia supervivencia.
El mar ahora estaba más hermoso que nunca, la brisa acompañaba ese sabor dulce de la tranquilidad de haber llegado hasta el final... pero aún quedaba una pequeña chispa de duda... era una pregunta sencilla...
"y después de todo esto, ¿qué pasará?"
Llegar a los muelles de la ciudad era tan solo el último paso, el más sencillo. Allí os estarían esperando probablemente los burócratas de la empresa que os contrato para tal misión clandestina...
o al menos eso era lo que esperabais.
Al llegar a los muelles no había nadie para recibiros. Al principio pensasteis que os habían dejado tirados ¿tanto sacrificio para nada? Sin embargo pronto unas luces de un coche alertaron lo que era de esperar: estaban a punto de recogeros.
John, haciendo alarde de su nerviosismo no dudó en disculparse para ir a un rincón desapercibido a hacer sus necesidades; aquel acto hizo que tanto DH como Anastasia se quedasen en solitario para recibir a aquella flamante limusina que bajó una de sus ventanillas para que una voz gutural preguntase con un tono claro.
"¿Dónde está la mercancía?"
Os mirasteis mutuamente al saber que dicha mercancía era responsabilidad de John, un hombre que había desaparecido de vuestra vista.
Notasteis que a cada minuto de su ausencia que pasaba el ambiente era más crispado. Fue entonces cuando sucedió algo que os estabais temiendo: las negociaciones se habían cancelado.
Aquella noticia fue un shock que se hizo realidad cuando la limusina desapareció: sin la mercancía no habría dinero por el trabajo ¿y todo era culpa de aquel científico?¿por qué había desaparecido?
No fue hasta pasadas unas semanas cuando ambos recibisteis una llamada telefónica, alguien se había tomado las molestias de localizaros para un buen motivo: dar explicaciones.
Fue así como cuando ya todo parecía perdido, John, aquel que parecía haber desaparecido en los muelles hizo acto de presencia para explicaros la situación: se había marchado con las muestras para dárselas a otra empresa, una lejos del capitalismo y la escalada de poder.
El científico se disculpó, pero no solo con palabras, puesto que de manera voluntaria os hizo entrega de un ingreso bancario de varios miles de dólares, parecía que aquel hombrecillo tenía contactos con recursos...
Fue una sensación agridulce el saber que vuestro compañero os dejó en la estacada justo en el momento final de vuestra misión original pero... ¿eran sus ideales la justificación perfecta para hacer tal cosa? Él no dudó en declarar que tuvo un vínculo de amistad con ustedes y es por eso por lo que ha buscado que recibierais el pago por vuestra misión, aunque quizás no de las manos que esperabais.
Ahora ya tan solo os quedaría el recuerdo de haber vivido la experiencia más enriquecedora en una isla exótica a la que solo unos pocos han tenido acceso y han vivido para contarlo...
¿Será el mejor momento para escribir un libro sobre ello?
Sabiendo que iba a ser un gesto dolorosos, en cuanto llegasteis al muelle usaste tu agudo ingenio para encontrar la excusa perfecta para evadirte de los que ahora podían ser tus amigos.
Sabías que tenías que darte prisa porque las luces de una limusina negra demostraban que los jefazos que os habían encargado la misión estaban a punto de llegar.
Haciendo alarde de tus nervios, dijiste que tenías que ir a un rincón "cómodo" para hacer tus necesidades para estar presentable, pero lo que DH y Anastasia nunca se imaginarían que aquella estratagema iba a ser tu carta de salida para huir con las muestras.
Huiste camuflado por las sombras y los contendedores de carga del muelle mientras esperabas a que el tiempo fuese tu mejor aliado. No supiste nada más de tus compañeros ni de las consecuencias de tu traición, algo que te dejaba un sabor amargo pero si hacías todo esto era por una misión clara: para evitar que la mano del hombre enturbie los valores reales de la ciencia.
En pocas horas tus contactos de tu empresa real te localizaron, se sentían sorprendidos de que pudieses completar tu misión con éxito y sobrevivir hasta el final.
El encuentro en la sede fue de lo más espectacular, allí, rodeado de tus colegas científicos todos estaban expectantes de oir las historias de aquel que había pasado un día completo en Jurassic Park y había vivido para contarlo... pero la cuestión era ¿había merecido la pena?
Aprovechando tu influencia recién adquirida por tu éxito, pediste un favor a tus superiores. Sabías que el mérito de tu éxito era también gracias a Anastasia y DH, dos soldados que te protegieron hasta el final y que sin saberlo, habían sido cómplices de un plan que se escapaba de sus mentes mundanas.
Con tiempo y buenas palabras, lograste que tu empresa localizase los teléfonos de tus compañeros, dándote la oportunidad de llamarles y devolverles una merecida explicación; una explicación que iba sutilmente acompañada de unos cheques por varios miles de dólares (una pequeña parte de lo que tú habías ganado) pero que serviría para reemplazar a la posible recompensa de su misión original.
El hombre seguiría cometiendo pecados contra la naturaleza, pero al menos sabías que pequeños grupos no cesarían en la lucha por defender los principios de la ciencia.
Quizás, ahora que te habías convertido en una persona respetada y de renombre había llegado la hora de transmitir tus memorias para que otras personas aprendiesen todo aquello que tú también hiciste...