Partida Rol por web

-Oh, Fío... 

Aquella sombra se encargaría de hacer que los siguientes minutos fuesen eternos para ti, disfrutando de cada centímetro de tu joven cuerpo de una manera que no te podrías permitir fuera de allí. Lo peor de aquel lugar era el efecto que tenía sobre tu cuerpo y mente, permitiéndote recuperarte al poco tiempo de cada ronda para volver a empezar... 

Finalmente, sin saber cuanto tiempo había pasado exactamente, Caos se sentó detrás de ti abrazándote por el cuello, dejándose caer un poco sobre ti.

-¿Ves? No fue tan malo... Deberías venir más seguido... -aunque no lo fuese a admitir, no había hecho eso nada más para darse aquel capricho: con cada nueva pose ponía a prueba tu determinación y voluntad, las cuales no dudaría en romper si veía la mínima oportunidad. Estabas degastado, cansado, atrapado... No te quedaba más que dialogar y esperar que todo saliese bien, mientras sentías como la corrupción escalaba lentamente por tu cuerpo, deseando tomarte de una vez por todas hasta que...

-Hermanito... -se escucho en alguna parte de aquel vacío absoluto. -. Eres muy fuerte, más de lo que todo el mundo puede pensar... Más que yo incluso. A pesar de que puedas pensar que solo yo te ayudo a controlar tus poderes... La realidad es totalmente distinta... Fio, eres tu el que controlas tus poderes... Siempre has sido tu. Mis palabras te han podido ayudar a controlarte más o menos, o mis acciones... Pero siempre ha estado en tu interior, el control sobre el caos. Nadie más en este mundo es capaz de manipular el caos. Solo tu eres el único que puede... Yo tan solo... t-tan solo puedeo darte tiempo, puedo tratar de hacerte llegar mis palabras.... Me siento tan inutil... Ojalá pudiera entrar en tu interior, y luchar a tu lado... Pero no puedo. No existe hechizo que conozca que me haga hacer eso... Pero si se que puedes oir estas palabras, porque tu y yo... sentimos lo mismo...

El oscuro y caótico cielo se llenó de luz, una luz cálida que quitaba todos esos extraños sentimientos de tu ser y purificaba tu cuerpo de la corrupción. Además, ahora te percatabas de algo más... Caos también había sido despojada de aquel aspecto sombrío que cubría su apariencia.

-Ya tardaba en aparecer tu querida hermana, llegando nuevamente para salvarte el pellejo... Como si de verdad yo fuese capaz de hacerte algo... -la chica peliazul soltó una suave risa. -. Obviamente aún no puedo dejarte ir, son las reglas... Pero ha hecho suficiente para evitar que te corrompa. Ya no tienes que obedecerme... Pero aún así me gustaría saber, ¿por qué luchas? ¿que te motiva a sobrevivir un día más? Cuentame... Sobre tu naturaleza que tanto adoro...

Finalmente todo se cubrió de luz, y entre toda aquella energía pudiste ver por breves momentos como el cuerpo de tu hermano se purificaba de toda corrupción que quisiese hacerle daño. Tras eso, tus energías se agotaron, y pudiste abrazarte a tu hermano en un reflejo antes de que la esfera de luz desapareciese, y cayeses junto a él en un profundo sueño...

Con amplia destreza, la criatura avanzó hacia al frente al verte retroceder, pero aún yendo directo hacia tu lanza pudo esquivar el ataque de luz con un ágil movimiento para apartarse lo justo, siendo apenas rozado por la lanza antes de que está pasase de largo y fuese a dar en unos escombros del fondo. Estando ya cerca de ti, volvió a empuñar su lanza esquelética.

Pero durante el breve margen de tiempo que le tomaría a tu rival alcanzarte con su ataque, un destello cubrió todo el lugar momentáneamente. Por naturaleza, el peliblanco retrocedió cubriéndose el rostro con una mano; la luz provenía de detrás de ti, por lo que no llegaba a cegarte de igual forma que él. La causa de este destello era el poder liberado de Faith, quién hizo todo a su alcance para proteger a su hermano, gastando así todas sus energías antes de desplomarse junto a Fío al suelo desde una gran altura. El punto era que mientras aquel destello cegaba a todo el que viese en esa dirección, tu tenías la oportunidad para tomar al enemigo desprevenido.

-¡Arrgh! -tras un quejido, clavó su lanza esquelética delante de él, y de pronto múltiples espinas empezaron a emerger desde el suelo hacia tu dirección; obviamente, estaba intentando abarcar un área con su ataque, pues con esa luz resplandeciente no seria capaz de apuntar correctamente... Y seguramente tampoco podría defenderse.

Sentiste que caías, pero por más que lo hacías nunca llegaste al suelo. Al abrir los ojos hacia el cielo podías ver como las nubes se alejaban, pero habían muchas más debajo. Finalmente, fuiste atrapada por una nube más densa que el resto, la cual se extendía por todo el suelo dando la imagen de estar en el mismo cielo, pero no te sentías precisamente muerta...

En aquel lugar sentías tu cuerpo más relajado, más controlado, más... desnudo(literalmente). La lucha que había afuera ya no te importaba del todo, y más que preocuparte por tu hermano tenías seguridad de que habías logrado salvarlo y que no era algo a lo que tuvieses que prestarle atención ahora.

Desgraciadamente, no te sentías capaz de levantarte, y tampoco lo deseabas... Un peso apareció sobre tu cuerpo, y poco a poco se empezó a formar una silueta de luz sobre ti: apenas más grande que tu, delgada, de cabello corto y larga cola peluda que acariciaba tus piernas. Tras una leve risa, aquella figura tomo color, y lo que parecía una chica peliverde te mostró una sonrisa traviesa.

-Vaya, vaya... Mira que tenemos aquí... El hada de la creación -su voz no era tan afeminada como esperabas, incluso podrías asegurar de que se trataba de un chico, después de todo sabías identificar esas cosas gracias a tus manías con Fío. -. Creo que no nos vemos desde... ¿Nunca? De verdad que te excediste si diste aquí -el chico, el cual no conocías, soltó una fuerte carcajada antes de devolver su mirada roja a tu rostro. -. Debes estar confundida, pero tranquila... Yo te lo explicaré todo...

Sabiendo que no tenías fuerzas para detenerle, el chico se tumbó sobre ti y se acercó a tu cuello abriendo bien su boca...

Estabas preparada para lo peor, pero entonces, simplemente te doy un muy pequeño y suave mordisco que ni marca dejaría, para después separarse y soltar otra carcajada.

-¡Ha, ha! ¡Debiste ver tu cara! ¡Tranquila, vamos! Yo no soy el que encierra usuarios en su mundo para satisfacer necesidades raras -el chico se levanto, y entonces tendió su mano para ayudarte a ponerte de pie. Ya más tranquila, podías verlo mejor...

-Bienvenida al corazón de la luz, al corazón del orden y la creación... A tu corazón. Soy Ordinem, pero puedes llamar Orden -dijo mostrando una amable sonrisa mientras pasaba a acariciar su propia cola; con lo larga que era no tenía dificultad alguna para ponerla delante de él y así tenerla a mano. -. Verás, agotaste todas tus energías desesperadamente, y por eso fuiste a dar aquí. A diferencia de tu hermano, tu no corres peligro alguno; mi trabajo no es corromperte, si no... Hacer las cosas justas, balanceadas, por decirlo así. ¿Te gustaría sentarte y hablarlo?

Y así, de un momento a otro, junto a ambos había una mesa de cristal con dos sillas del mismo material. Sobre la mesa había una bandeja de plata con una tetera y dos tazas de porcelana.

-Lo lamento, no soy de cerveza, pero si quieres una... Solo pidemelo -te ofreció amablemente antes de tomar asiento y fijarse en ti con notable interés. -. ¿Y? ¿Que se siente casi morir por concentrar todo tu poder mágico en salvar a alguien que esta siendo corrompido por un poder igual o mayor? Debe ser... Alucinante.

Alanís tomó aire y se lanzó a la carrera aprovechando la distracción. Tomó un instante para meditar lo inverosímil de este enemigo, actuaba como un ángel pero había salido de los despojos de un dragón zombie...y no parecía que fuese productivo tratar de mantener una conversación con él ya que respondía cosas erráticas...con el peligro al castillo ya controlada, este era el único cabo suelto.

Apenas comenzó la carrera, el enemigo hizo un movimiento que consideró inteligente: atacar en área para cubrir su falta de visión. Por lo cual tras unos pocos pasos, flexionó las piernas y se impulsó hacia arriba y al frente en un salto que elevara sus pesados aditamentos metálicos y a ella misma para sortear el terreno difícil que creaba el espinado. Sostenía la lanza metálica con ambas manos, y estaba apuntando al pecho del lado izquierdo.

-Nnngg... - me quejé un poco al despertarme en aquel mundo tan liviano y etereo... ¿Que lugar tenía nubes como suelo y más nubes en el cielo pasando? No sabía donde estaba, ni siquiera sabía si seguía viva. Traté de moverme, pero era en vano, mi cuerpo no me respondía, mi mente incluso no parecía funcionar bien. Sabía que algo me pasaba pero... Solo pensar en que Fio estaba bien, me relajaba.

Fue por ello que no ví a aquel chico hasta que estuvo encima mía - ¿Q-quien eres? ¿C-cómo es que me conoces? ¿De la creación? De la luz sería lo correcto, no he conseguido crear nunca nada. ¿Donde estamos? - Mis preguntas fueron amontonandose poco a poco a pesar de que el susodicho ser me explicó que me lo contaría todo...

Pero era normal, de no pensar nada a pensarlo todo de repente... No obstante quise ponerme a la defensiva cuando se vino para morderme el cuello - N-no. - S-solo Fio podría... - Y no dejaba de pensar en el...

Existe el complejo de Edipo, en el cual el niño se enamora de su madre, y también existe el complejo de Electra, donde es la niña la que se enamora del padre... ¿No existe uno que denomine al amor entre hermanos? Puede que Complejo de Faith le viniera que ni al pelo, pero siguiendo con las E, complejo de Edrielle sería lo correcto. ¿Cuanto puedo amar a mi hermanito, para incluso darle mi propia vida si me lo pidiera.

Por suerte no mordió, no con saña, solo marcó sus colmillos. Y además me ayudó, después de darme una razón para no temer de el. Mi cuerpo entonces estaba menos entumecido, y levanté mi brazo para darle la mano y levantarme con cuidado - Estoy agotada... - Y era normal. ¿Cuanto había gastado en curar a mi hermano? ¿Cuanto seguiría gastando?

Empecé a escucharle completamente y poco a poco me sentía un poco mejor, aunque lo que decía carecía de sentido en parte, estaba bien saber donde estaba y quien era... Y por qué había acabado aquí - No tiene sentido... Se que soy el hada de la luz, así como Fio es el de la oscuridad, pero nunca he tenido poderes referentes a la creación o el orden... Al contrario que mi hermano, que si los tenía frente al caos... - Pero mi alerta se disparó cuando dijo de hacer las cosas justas - Mi hermano se sacrificó para salvar cientos de personas que iban a perder su vida injustamente, por razones que no son buenas... Si traté de curarle fue precisamente para hacer justicia... Fio es bueno, aunque su poder sea tan caotico, el no tiene la culpa... No debería acabar corrompido por salvar a la gente... Yo soy la mala - acabé abatida en la silla - Yo soy la mala influencia, la de las bromas, la que no para de hacer la vida imposible a los demás, incluso a mi hermanito, tan solo por puro egoismo... Y sin embargo tengo este poder y a veces siento que no puedo hacer nada justo.

No podía llorar, estaba tan cansada que simplemente no me salía hacerlo, pero el chico entonces cambió de tema. Miré hacia la bandeja y luego negué - Está bien así - sin embargo sus palabras me confundieron aún más - ¿Casi? ¿No estoy muerta aún? ¿Qué se siente? - bajé la cabeza preguntandomelo a mi misma... - ¿Que se siente? No me importó el poder que tenía... solo me importaba mi hermano... ¿Como me sentí? - Miedo - dije con sinceridad - Preocupación - pero la cosa no acababa ahí - Tristeza... - Y aún había más - Soledad... - Pero entonces algo hizo click en mi interior... - Amor... Sentí que... todo lo malo que pensaba, se volvía insignificante, pues solo me importaba una cosa y... sentí como mi poder se concentraba, tan solo en ese sentimiento... Y entonces todo mi cuerpo me empezó a gritar "Tu puedes salvarlo". No sé como se siente tener tanto poder, pues no me interesa saberlo... Solo me interesa ver que los que me importan están bien gracias a ellos.

La escena era conmocionante, y cualquiera hubiera querido parar todo aquello, pero en una situación como esa solo se podía actuar y luego pensar.

Zedron agitó su espada con fuerza, creando una corriente de aire que tiraría hacia atrás a los caballeros más débiles, removiendo en vuestro caso sus ropas. Segundos después, se lanzaría a por ustedes tres, dispuesto a hacer un barrido con su arma. A pesar del gran peso que tenía su equipamiento, se movía tan rápido como un rayo; un movimiento en falso y podrían terminar muy mal...

Aquel potente ataque inicial hizo retroceder a Muramasa, quién inevitablemente fue atrapado por el filo del arma causándole una herida en el pecho; no parecía ser la gran cosa de momento, pero no podían permitirse dejase dar muchas veces. Aprovechando la leve distancia tomada, el samurai sujetó su medallon y empezó a conjurar un hechizo en voz baja; le tomaría breve tiempo, tiempo en el que tendrían que entretener a Zedron.

A pesar de la momentánea ceguera, el ángel pudo ver entre sus dedos tu silueta saltando las espinas para ir a por él; con destreza, giró hacia un lado para evitar la trayectoria de la lanza y así dejar que está pasase de largo contigo. Justo entonces la gran bola de luz se extinguió, y las hadas cayeron inconscientes desde una altura considerable; la lanza de luz que antes habías arrojado terminó por desvanecerse, dejándote claro que ahora todo dependía de ti.

Pero en vez de aprovechar el buen posicionamiento que tenía, pues no dudabas que su velocidad le hubiese permitido realizar un ataque que hubiera podido resultar devastado, el ángel alcanzó fuertemente tu brazal bendito y te hizo levantar la mano; el simple contacto con este causaba daños en la palma de su mano, pero no lo sufriría tanto como tu que te presionasen aquella marca. Con la otra mano sujetaba fuertemente su lanza esquelética, presionando sobre la tuya para que no la levantases.

-Estas maldita... La desgracia te acompañará eternamente... Sufrirás más que nadie en esta tierras desoladas... Y no podrás hacer nada para cambiarlo... -tras aquellas palabras, el ángel hizo un rápido movimiento con el cual saltó hacia atrás para tomar distancia, empuñando casi al instante su lanza para arremeter nuevamente contra ti con una embestida, llevando el arma delante de él apuntando hacia ti para impactarte con ella.

El combate empezaba con fuerza, Zedron fue el primero en comenzar, agitando su espada y provocando una pequeña corriente de aire que removió las ropas de Baeric y cualquiera que estuviera cerca podría notar que al agitarse sus ropas, un agradable aroma a rosas y flores pareció desprenderse de las susodichas.

El caballero halcón sonrío levemente al notar aquella agradable brisa…pero ahora se avecinaba lo complicado. Rápidamente el caballero Zedron se lanzó a por ellos, haciendo un barrido con su arma. Era sorprendente ver a un caballero tan grande y con una armadura tan pesada, moviéndose con tanta soltura y rapidez que parecía llevar ropas livianas, podría decirse que se movía tan bien como Baeric, pero tal vez aquello sería una comparación demasiado narcisista.

Aquel ataque hizo retroceder a Muramasa y a Baeric igual, tal vez porque no se esperaba semejante potencia causándole una herida en el brazo bueno, la cual desagarró la ropa e hizo emanar sangre de la susodicha.-Tsk…-Gruñó mientras hacia una rápida floritura con su espalda en dirección al pie del caballero, se movía demasiado rápido…tal vez si le ralentizaba podía ganarle. Pero a pesar de ello la herida dolía en demasía y se podía notar que su ataque no era tan perfecto como cuando se enfrentaban a su anterior enemigo. 

¡AAAGHH!- grité con fuerza al sentir con muchísimo dolor como el tajo de Zedrom me rajaba el costado pese a mi armadura la cual destrozó en esa parte, después de haber intentado defenderme con mi hacha del impacto... quizás debía de haber sacado mejor la otra mano de la bolsa, pero debía de encontrar eso para hacer esta pelea más justa para nosotros tres. Joder, desde luego había sido la peor parada en ese ataque... supongo que por intentar bloquear en vez de esquivar... pero es que no soy tan rápida.

Rápidamente tomé distancia con el caballero intentando irme hacia algún punto ciego que tuviera, pues no quería para nada estar de nuevo a su alcance para cuando volviera a lanzar un espadazo... pero por desgracia, parecía que me tendría que acercar de nuevo a él si quería que Muramasa terminase ese hechizo... por mucho que no tuviera ganas de volverme a jugar el pellejo ni supiera para que serviría ese hechizo.

Así que me intenté acercar a él corriendo desde el punto ciego, sacando la mano por fin de mi bolsa. Lo que tenía era un frasco de cristal con un liquido dentro de color negro puro. Era veneno debilitante, y obviamente no era para que se lo bebiera -¡AHHHHH!- grité cuando salté y quise estamparle el frasco en toda la cara, para romperlo y liberar el veneno... que por Dios esperaba que igualara el marcador... porque Zedron equivalía a unos diez caballeros diamante y nosotros eramos tres.

Alguien como Zedron no caería en estrategias básicas, pero el hecho de que atacasen en conjunto a distintos lugares le dificultaba la defensa; por esto, priorizo defenderse con su escudo de la estocada de Baeric que del frasco de veneno de Cytla. Mientras la espada del caballero chocaba con el escudo del coloso, la nube de humo se metía por el casco de vuestro rival; aunque ni siquiera llegase a toser, Baeric, que en ese momento seguía presionando su espada contra el escudo, pudo sentir una leve disminución de fuerza en Zedron...

Ni siquiera un quejido, una molestia... Zedron se mantenía totalmente en pie, alzando entonces su espada para aprovechar la cercanía de Baeric y lanzar un corte hacia su hombro derecho.

Mientras tanto, Muramasa había terminado de conjurar su hechizo.

-Arca... -y tras esas palabras, un resplandor imbuyo sus cuerpos momentáneamente; una fina capa de luz los cubriría durante un tiempo en el cual verían sus capacidades físicas aumentadas.

Zedron era un coloso, estaba muy armado y era grandioso con la espada, no era de esperar que su escudo bloqueara semejante estocada, además de que el caballero halcón estaba herido, había estado demasiado “lanzado” con aquel ataque…por lo que cuando vio que el veneno caía sobre el y Muramasa conjuraba aquel hechizo…el no dudó ni un segundo.

Dando un rápido salto contra el escudo del caballero y alzando la espada para atacar a su yelmo, la verdad es que aquello era también algo muy osado, pero el hecho de haber sido herido le molestaba, es más…estaba enfurecido y por lo tanto cualquiera que pudiera ver el rostro del caballero, se fijó en que estaba tenso, con los ojos bien abiertos, los labios fruncidos y una seriedad sepulcral.

Sus pies tocaron el escudo del caballero Zedron y no dudó en impulsarse hacía arriba con un salto mientras hacía una grácil voltereta y su espada velozmente descendía con fuera contra el yelmo del enemigo.

Si Fío tenía la esperanza de que le bastase con violarlo una sola vez, estaba muy equivocado. Soportó cada caricia, cada lamida, soportó que lo tomara una y otra vez, sintiéndose agotado, seco, manchado, completamente vacío. Había estado quien sabía cuanto tiempo ahí, cada vez la corrupción ganaba más terreno en su alma y aunque no lo quería admitir, aunque luchaba contra ello era Caos quien estaba ganando la batalla.

Se dejó vencer por unos segundos, cerrando los ojos en cuanto escuchó la voz de su hermana, aquella que al instante le quitó todo el enorme peso y la pena de encima. De nuevo ocurría, ya lo había olvidado, ella lo curaba... Lo salvaba de su propio caos y a Caos de perderse en su propio ser... La voz se sentía como brisa suave, una brisa que logró hacer que el hada se incorporase, abrazada por detrás por Caos, una Caos cambiada, más pura y calmada que ahora se interesaba por algo más que el corromper un alma...

- ¿Has amado nunca a nadie?... Me apuesto lo que quieras a que sí... Yo amo a mi hermana más que a nada en este mundo, el que se profesa por un lazo familiar que en nuestro caso se ha fortalecido a lo largo de dos siglos... ¿Por qué nos apoyamos tanto el uno en el otro? A veces nos peleamos, y nos enfadamos entre nosotros pero es normal. Ella piensa de un modo y yo de otro, somos seres individuales pero al final del día siempre nos daremos la mano y sentiremos que podemos estar ahí el uno para el otro. Lucho por su bienestar igual que ella lucha por el mío, luchamos también por el de nuestras gentes que dejaron de sufrir la guerra en cuanto fuimos entregados como ofrenda de paz, por este reino que ahora es el nuestro...

Hasta tú has sentido el abrazo de mi hermana, su voz te ha cambiado... Aún me pregunto por qué, pero hay un lazo más profundo... Que no logro comprender. Entonces Fío hizo algo que quizá antes no habría hecho en absoluto, girándose y tomando las manos de Caos, mirándola a los ojos con una paz y tranquilidad otorgadas por la hermana que le devolvía el poder de sonreír, algo que se apresuró a mostrarle a su " amiga " -¿Y tú, por qué luchas? ¿Por qué deseas corromperme? Dime... ¿Qué buscas?... Sentía curiosidad, pena, deseos de ayudarla pero también debía ir con pies de plomo. 

-Estas tierras no están desoladas, ni lo estarán.

No negó su maldición, y aguantó lo más regiamente que pudo la presión en la muñeca, cerrando un ojo. Observó por el rabillo del ojo a las hadas desplomándose, lamentando que hubiesen llegado a ese punto. Mantuvo la atención en su pelea al menos por ese momento, pero si nadie las había atajado para dentro de unos segundos, tendría que hacerlo ella misma de alguna forma.

-¿Un dragón zombie y ataques a ciudades pacíficas es algo que tu "salvación" considera bueno?

Por lo demás, apenas se vió libre (afortunadamente) respondió de forma certera y efectiva. Empuñó con ambas manos la lanza y se paró firme en sitio, dispuesta a aprovechar la construcción voluminosa de la misma como si se tratase de una maza. Dió un golpe certero a la lanza rival con el primer movimiento en diagonal ascendente y quitar por un momento el armamento del camino. Conectó y el choque retumbó, incluso creando una momentánea onda expansiva de aire que sacudió cabellos y ropas. Luego cambió la dirección del movimiento girando el cuerpo y los brazos para dar un golpe en horizontal. Estaba centrada ahora que no tenía distracciones en los alrededores, y sentía que sus movimientos estaban tornándose certeros, y debía aplicarse. Hasta ahora el rival había podido sostenerse de forma muy igualada con ella, por lo cual todo se reducía en quien aguantara más castigo.

Por primera vez en toda la batalla el ángel abría bien sus ojos ante aquel contraataque, o tal vez por tu opinión sobre sus motivos, dejando ir hacia atrás el brazo con el que sostenía la lanza mientras el otro se posicionaba con la intención de bloquear tu golpe, pero por más fuerte que fuese tu lo fuiste más en aquel momento, dando un impacto certero que mandó a volar al enemigo alado en dirección a una de las pocas casas cercanas que no se habían destruido, siendo que el peliblanco la atravesó provocando que se viniese abajo sobre él; no era momento de pensar en daños colaterales, pues una casa dañada seria lo menos importante si permitías a la criatura derrotarte.

Pocos segundos luego de que una nube de humo se levantase a causa de los escombros, el no-muerto salió volando a gran velocidad cortando el polvo a su paso, dirigiéndose hacia ti con gran potencia: sabía que las embestidas una tras otras ya no funcionarían, por lo que al estar a escasos metros de ti se detuvo en seco y se elevó un par de metros por el aire, lanzándose esta vez en picada hacia ti con la lanza esquelética. Todo esto utilizando una sola mano, pues el brazo que había recibido el golpe se encontraba totalmente partido, con los huesos por fuera y doblado de una dolorosa manera en la que incluso se podría pensar que pronto se terminaría por partir, aunque parecía aguantarse lo que para otros seria un dolor infernal...

Alanís se afianzó para cruzar lanzas, concretamente poniendo la suya en horizontal y sujetando con ambas manos. Sostuvo esta postura unos breves momentos, antes de impulsarse un poco y empujar de vuelta para abrirse un espacio en el cual levantar la lanza por el mango, soltando el otro extremo, pretendiendo perforar al enemigo. Tomó ese breve instante de cercanía para pensar cuidadosamente en su proxima acción, que sentía podía terminar con el enfrentamiento si aprovechaba bien la herida que había producido.

No podía perder ni un segundo con chistes, chascarrillos ni propaganda de lo bueno que era mi veneno que hasta es capaz de debilitar "un poco" al grandísimo Zedron... aunque joder que ganas tenía. Para derrotar al caballero debía de usar todos mis juguetes... pero joder, que pena no traer mi bolsa grande, en ella tenía muchas más cosas útiles que en esta...

Pero al menos, tenía esto. Rápidamente hurgue en mi bolsa para sacar uno de mis mejores juguetes: el guantelete relampagueante que conseguí del Guardián del Rayo una vez mis compañeros le derrotaron... y obviamente no podía perder la oportunidad de recuperarlo para mi. Me era más util en mi poder que vendiéndolo. Me gustaba poco usar cosas "mágicas"... pero a veces una sonrisa juguetona, dotes de prestamista y un hacha bonita no son suficiente.

Intenté ser lo más sincronizada que pude. Yendo por detrás de él, debía de usar el guantelete para golpear su espalda y electrocutarle de una descarga entre el punto del salto y el ataque de Baeric... no le quiero freír a él, pero si dejarlo lo suficientemente atontado y dolorido para que recibiera el golpe del espadachin.

El caballero observó fríamente como aquella hoja bajaba directo hacia su cabeza, mientras por detrás sentía una potente electricidad que se expandía por todo su cuerpo. Estaba en notable desventaja.

-¡T-Tsk... ARGH! -aún con su cuerpo paralizado y adolorido por quién sabe que cantidad de rayos, fue capaz de alzar su escudo y bloquear justo al espada de Baeric, ejerciendo nuevamente su fuerza bruta para lanzarlo hacia atrás.

El coloso se dio la vuelta y se fijo en la pelirroja, la cual era una enana en comparación a él. Pero antes de hacer nada, dejó caer su pesado escudo. Su capa empezó a removerse, y un intimidamente aura empezó a girar a su alrededor cual tornado. Zedrón finalmente sujetó su espada con ambas manos...

Y entonces, usando su enorme fuerza, lanzó un golpe horizontal con su arma a Cytla; en ese momento pudo haber intentado partirla en dos, pero utilizó la parte plana del arma; parecía que quería darle un golpe que la mandase a volar a una de las paredes del castillo...

-¡Prisión de Arcángel! -gritó Muramasa mientras abría su mano hacia Zedron. Del suelo brotaron múltiples cadenas doradas que volaron hacia el caballero y lo tomaron de pies, muñecas, torso, incluso del cuello... Todo aquello para que no se moviese, pero era difícil saber cuanto resistiría...

Zedron logró bloquear su ataque, provocando que Baeric chasqueara la lengua una vez aterrizó tras de el. Era un enemigo formidable, pero no podía quedarse admirándolo todo el rato, tenía que seguir adelante y terminarlo de una maldita vez.

Muramasa no tardó en conjurar un hechizo, el cual hizo brotar cadenas doradas del suelo y sujetaron con fuerza al caballero, ¡era la oportunidad perfecta!. Sin pensárselo dos veces, el caballero halcón volvió a su pose de combate y lanzó una serie de estocadas en dirección del caballero, más específicamente, sus piernas y manos. Si lograba hacer que fuera más lento o que soltara sus armas…sería pan comido.

Cuando Zedron se dio la vuelta y me miró desde muuuuuy arriba... Noté como el culo se me cerraba haciendo que no entrase ni el pelo de una gamba -​​​​​Je... Je... ¿t-te he qui-quitado el picor de la e-espalda Zedron? Ya podemos hablar de los honorarios luego... Jejejeje...- me reí con muchos nervios, quedándome pálida mientras veía soltar su escudo y esgrimir la espada con dos manos.

Puse el hacha para protegerme del impacto... Aunque eso no evitó que saliera disparada hacia una de las paredes... Sin gritar porque me había dolido demasiado el golpe. Joder... ¡Odio a Zedron! Me estrelle en la pared, y luego caí al suelo... Muy hecha polvo... Joder, seguro algún hueso me he roto, empezando por una de las manos... Dios como dolia, al menos aún tenía la mano del guantelete.

Miré a Zedron con cierto temor mientras me incorporaba... No quiero acercarme ni un metro más a el para que me vuelva a arrear... Así que vamos a atacar. Cogí el hacha con la mano buena del guantelete... Y la fui moviendo de delante y detrás, cargando electricidad y pasándola a mí hacha hasta que el filo relampaguease... Y entonces, aprovechando el genial agarre que hizo Muramasa... -¡Aaaaaah!- grite dando un hachazo fuerte contra el suelo, enviándole una descarga eléctrica en forma de filo que corría a ras de suelo hacia Zedron.