Partida Rol por web

Cuando el desayuno llegó me quedé mirándolo con los ojos abiertos, hinchándose una vena de mi frente al comprobar que aquello era exactamente lo que había pedido pero de forma bastante desordenada.

-¿Qué se supone que es esto?

Viendo el lado bueno había conseguido que la maid se equivocase, esta vez había ganado aquel asalto así que decidí no dar pegas y comerme aquel peculiar desayuno que sin duda sería todo un reto. La miel con leche era bastante extraña, casi parecía ser una receta contra resfriados; en cuanto a las tortitas de manzana con café no estaban tan mal, prácticamente era como si hubiese mojado las tortitas en el café.

Me encontraba desayunando tranquilamente cuando la puerta se abrió de golpe y una figura roja y borrosa entraba a toda velocidad por el aire. Cuando la figura aterrizó en el suelo pude identificarla como Nilith, que empezó a gritar una serie de palabras que apenas identifiqué "Cuanta energía por la mañana..." pensé tomando un poco de mi jugo de naranja.

La siguiente en entrar fue Niky, la cuál caminaba como si fuera sonámbula. Parecía estar medio dormida y apenas caminaba bien. Saludó y pidió su comida a la Mimí. Fui a saludarla cuando me di cuenta de que se había quedado dormida, lo que me hizo mirarla un tanto desconcertado.

Estaba pensando en despertarla cuando mi atención se desvío hacia la puerta, por donde entró Naitha. La joven siguió el ritual de pedir su desayuno y acercarse a nosotros, saludándonos cordialmente -Buenos días.- dije simplemente. Me fijé que la castaña estaba moviendo un poco a la rubia dormilona para así despertarla.

El siguiente entrar fue ese angelito... ¿Mikael?¿Samuel? Bueno que más dará. El caso es que empezó a hablar sobre su dios y no pude evitar mandarle una mirada fulminante. Como fuera así todos los días no creía poder contenerme... Decidí ignorarlo y concentrarme en mi desayuno.

Al rato vino la Mimí con unas bandejas de desayuno que dejó sobre la mesa delante de sus dueños. Al ver la comida delante de Niky y como esta seguía durmiendo decidí unirme a la misión de despertarla.

-Oye pequeña pianista, despierta o se te enfriará el desayuno.- dije moviendola gentilmente.

Una voz sonaba ligera en su cabeza, como si simplemente el viento cantase mientras la mecía suavemente, no comprendía muy bien lo que decía la voz, aunque sonaba algo importante.

Empezó a oler pronto las tostadas que tanto adoraba, con esa miel tan pura y dulce. Le encantaba mojar esas tostadas impregnadas en ese delicioso líquido dorado tan espeso en su leche chocolateada, tomar un trago del zumo y luego morder la tostada a la que se le quedaban pegados trocitos de cereales...mmmm que rico... y a la vez que pereza levantarse.. se estaba tan agusto...

Una segunda voz, esta vez masculina empezó a resonar en su mente, y esta le terminó de despertar por completo. Un desayuno frío no era nunca un buen desayuno. Abrió los ojos como bien pudo y miró a los lados sonrojándose por la situación. Estaba empezando a ubicarse y a entender que no estaba ni mucho menos sola o en su casa siquiera. Se levantó de un respingo y se alistó bastante alterada por los nervios y la vergüenza, sin darse cuenta de que llevaba el vestido del revés. Se sentó de nuevo en su sitio y les sonrió a todos.

-Pe..perdonen eh... el sueño puede conmigo...-

Rió nerviosamente y se fregó un poco los ojos antes de empezar a mojar una tostada en el vaso de leche chocolateada.

- Que tal vuestra mañana?... yo no he podido dormir en toda la noche.. no acostumbro a estar fuera de casa... jaja..-

Cuando fue a sacar la tostada ya era demasiado tarde, se había roto la mitad y hundido a causa del peso. Suspiró y cogió la cuchara para rescatarla y comerse la tostada.

-mmm que rico.. y que hambre tenía...-

Ya empezaba a estar más despierta, aunque seguía sin darse cuenta de que llevaba el vestido del revés. Cada tanto acariciaba a Damy, que ahora se hallaba sentado sobre la mesa, al lado del desayuno.

-Al menos espero que Damy si que haya podido dormir bien...-

Sonrió a Damy y miró a los demás.

-Uyh que mal educada eh... buen provecho!-

- No te preocupes, no hacen falta tantas formalidades - agité la mano para quitarle importancia - ¡A desayunar, que hay hambre!

Me froté las manos entusiasmada y agarré la cuchara para comerme la leche con cereales. De vez en cuando, generaba pequeño remolinos para lanzar un arándano y cogerlo en el aire.

- Pues yo he dormido de maravilla, tal vez hizo un poco de calor, pero nada de lo que quejarse. Espero que las clases sean entretenidas, sino terminaremos igual que Nicky, dormidos en clase. ¿Vosotros estáis deseando empezar?

De pronto escucháis algo que viene de los altavoces del comedor

-Alumnos, quedan 15 minutos para que empiece las clases, por favor dirigíos a vuestra clase sin rechsitar

Menciona una voz muy dulce y femenina