Partida Rol por web

Situado justo al lado del despacho del director, es más dentro hay una Puerta que da directamente al despacho del director.

Despacho amplio donde se reúnen todos los profesores para trabajar mientras no están impartiendo clases, las mesas están llenas de papeleo varios, como futuros Trabajos, futuros exámenes, documentos de presupuesto, además de otros Trabajos que llevan a cabo como profesores de la orden “School for Coexistence Between Supernatural Beings”

Antes de ir al aula de profesores pasé por el jardin, donde busque una rosa blanca y la escondí en un ramo de rosas rojas. Si tenía que hacerlo, no podía hacerlo mal. Después me dirigí al despacho y en la puerta le lancé una sonrisa a Ken. Tal vez no lo lograría, pero un Ikume nunca da algo por perdido hasta haberlo intentado.

Entré en el despacho con fuerza y convicción, buscando con la mirada a la profesora. Una vez la hube encontrado fui seguro de mi mismo. Me detuve dos segundo de pié, mirandola a los ojos, y despues me arrodillé ante ella, mostrandole el ramo de rosas rojas, con la blanca escondida. Con voz seria y confiada, sin duda ni suplica, empecé ha hablarla.

-Diosa que habéis cautivado mi corazón, tal vez os parezca algo impulsivo. Tal vez creáis que es algo provocado por las hormonas de la pubertad, mas yo se que lo que siente mi corazon no es solo eso. Mi cerebro dice que paré, pero mi cuerpo se mueve solo hasta vos desde el instante en el que entrasteis en el aula. Necesito tenerla entre mis brazos, sentir hasta el ultimo centimetro de su cuerpo perfecto junto a mi. Puede que en esté lugar haya cientos de hermosas rosas rojas, pero usted-di un golpe de muñeca, lanzando las rosas rojas por los aires y dejando solo la blanca en mi mano- es única entre todas ellas. Por favor, permita que pasemos juntos un tiempo agradable en el cuarto del amor.

Rachel estaba sentada en una de las mesas cerca de la puerta que daba al despacho del director, tenía mucho papeleo, y más por mail's que tenía que enviar, o pasar coas a formato pc, con la reapertura del Kyoken, aún les queda que pasar antiguos documentos formato papel al formato Word, así modernizándose.

Pero, algo interrumpió su Trabajo, se quedó mirando a Shiro y su peculiar espectáculo, simplemente arqueo la ceja.

Esto... me alaga mucho todo lo que has dicho, pero me gustan más lo que van al grano, si quieres follar solo dímelo, pero... – echo la espalda hacia el respaldar y se cruzó de piernas cruzándose de brazos, así se veía mas exuberante

Pero, no me gusta los pezqueñines, soy más de tiburones – menciono guiñándole un ojo y siguió pasando documentos al PC

Ken parecía estar orinaodse de la risa tras la Puerta del despacho de los profesores, tanto que acabo arrodillado en el suelo acariciándose el estomago

Por qué no está aquí Hiro que si no se iba a mear encima de la risa – logro decir ante tales carcajadas tan extravagantes que se podía escuchar desde dentro del despacho.

Una sonrisa se dibujo en mi cara, casi sin poder evitarlo. Me levanté tranquilamente, dejé la rosa blanca sobre el escritorio y miré a la profesora mientras sacudia el polvo de mis pantalones.

-La verdad, si hubiera sabido eso me habría ahorrado el quebradero de cabeza de pensar como hacerlo. Un placer haber hablado con usted. Aunque tenga cuidado, los tiburones suelen devorar a su presa. Aunque, pensandolo bien, creo que en este caso es el tiburón el devorado-dije antes de salir tranquilamente del despacho. Bueno, ella se lo pierde. Al salir miré a Ken con cara seria-. Cuando hayas acabado es hora de la otra prueba. Aunque dudo que la ropa de la gata sea de mi talla, y aun menos de marca. Como me haga un sarpullido pienso hacerte pagar al dermatologo.

Ken asintió y se puso en pie calmándose la risa, una vez calmado se empezaron a dirigir a las habitaciones, por el camino empezó a llamar a Shiro pezqueñin en plan broma pero sin malicia.