Partida Rol por web

No pude evitar sonreir mientras me besaba. La deje y le correspondí. Parte porque me estaba volviendo gelatina y parte porque ella necesitaba esa seguridad. 

-¿Ves que no soy tan mala?- Le digo  una vez el beso terminó y le acaricio el rostro. Miro a Dimitri que se había quedado expectante, era tan tierno a veces. Y le susurro algo al oído a Alessandra. Luego comienzo a depositar besos sobre su lóbulo y voy bajando despacio por su cuello hasta su clavícula. Mis manos siguen atadas y mucho no puedo hacer con ellas así que dejo que ella se aproveche de mi. 

-No te preocupes, no lo prefiero antes que a ti. Los conocí con minutos de diferencia- Le digo al oído - ¿Ahora, le vas a dar un espectáculo o le vas a dejar participar? 

Mira al chico con aprensión. No se veía mal chico, no, pero... ¿Un trío? No estaba ni muy segura de como funcionaría eso. Los suaves besos en su oreja y cuello la distraen, y cierra los ojos para permitirse sentir el placer de las caricias que le obsequiaba, intentando convencerse a si misma de que no le haría daño probar. Por otra parte, ¿No era a esto mismo a lo que se estaba negando solo unos minutos atrás?

Sin abrir los ojos le hizo un gesto al hombre para que se acercara. No era la reina de las sutilezas ni de la seducción, así que más le valía entender el mensaje, porque no se lo volvería a repetir. Miró a los ojos de Oriel, intrigada por ella y su capacidad de pasar de dominante a sumisa en nada de tiempo. Con un movimiento brusco, y aprovechando que la tenía de la cintura, la levanta un poco y en un giro queda sobre ella, recostada. Se apoya en un codo para no hacerla soportar su peso mientras con la otra mano la sigue abrazando, y con besos baja desde su cuello hasta su escote.

Mala eres, preciosa... Eso y peor...  - le susurra entre besos.

Me acerco de a poco cuando Alessandra me señala, me pongo a su lado y veo como se comienza a basarse apasionadamente y yo no me quedaría quieto, veo la espalda de Alejandra y en la nuca comienzo a darle besos suaves para que se erize, bajo un poco por su espalda mientras corro la remera o lo que tenga arriba.

Una mano recorre el vientre de Oriel y comienzo a moverla lentamente y sensualmente me gustaban las dos chicas aunque no tenía mucha idea de sí estaba bien.

Mi respiración era cada vez más agitada, y ya no  podía reprimir los leves gemidos y sonidos que se escapaban de mi ante tales atenciones. Por supuesto que estaba disfrutando, daba igual el papel. Estaba dispuesta a mostrarles que yo confiaba en ellos a pesar de haberlos conocido hace poco. La verdad es que alguien tiene que ceder, ¿No? Si no me adaptaba, esto podría terminar mal. La unión hace la fuerza.

Además, me moría de ganas desde que los vi. Ambos me llamaban la atención, desde el primer momento. La curiosidad va a ser mi perdición, lo se, pero por lo menos me iba a sacar las ganas. Todos ganamos. ¿No es mejor así? 

La pelirosa resultaba ser un fuego fatuo, si no se dirigía apropiadamente terminaba consumiendo todo a su alrededor. Me gustaba esa definición para ella. Luego del tercer intento, se dejó llevar y yo la iba a llevar por un buen camino. De eso me iba a asegurar. 

Me percaté de que el tiempo era nuestro enemigo. 

-Ahhh...-se me escapa un gemido al intentar hablar - ...me van a matar ustedes dos si siguen así.... - No había logrado entender si era una invitación o una advertencia. Mis muñecas seguían atadas, el roce de la fuerza involuntaria que estaba ejerciendo comenzaban a enrojecerse. 

Los besos de Dimitri en su nuca le dan un escalofrío, y al sentirlo bajar arquea la espalda como reacción inmediata. 

Desvístela. - Le ordena al hombre, con autoridad.

Que te matemos debería ser la menor de tus preocupaciones. - dice al tiempo que tira su cabello firmemente hacia atrás para descubrirle el cuello y la muerde fuertemente clavándole los dientes.

Sube la mano que la sujetaba por la cintura enterrándole las uñas y arrastrándolas por su costado, bajo la ropa. Un gesto de afecto que le dejaría a la chica una cicatriz por un tiempo al menos, a ver si eso la hacía recordar esa noche y con quien elegía meterse.

Seguía con mis besos cuando me da una simple orden, mis besos seguían y luego comienzo a sacarle la parte de arriba Alessandra como estaba concentrado llego sacar su remera hasta las manos teniendo su espalda y brassier a mi disposición. Veo como su cuello está libre y copiando su movimiento la muerdo como un vampiro. Mi corazón se acelera y noto la respiración de Oriel luego la miro y comienzo a sacarle las ropas como me dijeron.

Al haber sacado su minifalda comienzo con mi lengua en sus muslos y subo hasta pasar por la pelvis, luego con mis manos le saco lo que queda ropa dejando en interior. -Dios... Me encantan Mis uñas recorren la espalda de Alessandra mientras mi lengua juega en el vientre se Oriel.

Despertaron una chispa dormida que me hacia desearlas, sabía que lo pagaria caro pero eso sólo pensarlo me excitaba mucho más.

Abro los ojos como platos por la sorpesa, le habían dado una orden a Dimitri. Una mueca maliciosa se dibujó en mi rostro, esto iba a ser divertido.

Que te matemos debería ser la menor de tus preocupaciones. - dice al tiempo que tira su cabello firmemente hacia atrás para descubrirle el cuello y la muerde fuertemente clavándole los dientes.

Me río ante su comentario y dejo escapar un gemido de placer cuando siento que me tira del cabello y me muerde el cuello. No lo iba a negar, me gustaba duro y lo que Alessandra me estaba haciendo había despertado a un volcán en mi interior y su lava me recorría las venas. 

Sube la mano que la sujetaba por la cintura enterrándole las uñas y arrastrándolas por su costado, bajo la ropa. Un gesto de afecto que le dejaría a la chica una cicatriz por un tiempo al menos, a ver si eso la hacía recordar esa noche y con quien elegía meterse.

-La gatita tiene garras- Le digo al sentir sus uñas sobre mi piel desnuda. Apenas si puedo hablar. Luego siento como Dimitri me arranca lo poco que me quedaba de ropa. 

Su lengua caliente sobre mi piel se siente bien y se me escapa su nombre junto con algunos gemidos. Definitivamente había tomado las decisiones correctas hoy. Estaba disfrutando más de la cuenta y no podía esperar para la retribución. 

Termina de quitarse la musculosa blanca justo a tiempo para sentir una mordida vampiresca en su cuello que la hace soltar un suave gemido de placer. Toma a Oriel de la corbata que ataba sus manos y la obliga a sentarse delante suyo, de espaldas a su pecho. Pone los brazos de la chica tras su propia cabeza, de modo que quede abrazando su cuello, y la abre de piernas ofreciéndola a Dimitri. 

Besa su cuello suave y lentamente, con mordiditas juguetonas que no causan ningún tipo de dolor. Se imaginaba que la posición incómoda que la obligaba a arquear la espalda y mostrar sus atributos al chico ya le debía doler bastante, y prefería mimarla un poco acariciando su cabello ondulado y lamiendo su delicada piel, dejándola sentir lo agitada que estaba su respiración por el mero hecho de tenerla en sus brazos.

Veremos si me llamas gatita luego de hoy...

La miro aunque solamente quedo asì, me muestra todo sus atributos debido a Alessandra y mi corazon palpita mas pero debía ser mejor que eso. Me acerco de a poco y sonrío maliciosamente mientras que voy hacía atrás. -Eres mala pequeña Y con un simple movimiento desato las manos de Oriel

Luego pacificamente bajo mi lengua por el cuello de ella, paso por su pecho hasta uno de sus senos y por la punta. Bajo por su vientre despacio, por su pelvis y esquivo su sexo. Bajo por el muslo hacía lo posible para que sufriera mas pero sabía que ahora tenía ventaja sobre Alessandra.

-Ori te toca ahora hacerla pagar y sigo con mi lengua subiendo pero siempre rozando su lugar, había que jugar primero para luego ir a lo nuestro. De repente paso por arriba de su ropa interior siento como estaba humeda, luego me acerco a sus labios para besarla buscando su lengua y salgo mirando con malicia lo que pasaría pronto.

Estaba partida al medio. Literalmente no sabía que hacer. Las atenciones de Dimitri me estaban volviendo loca al igual que las de Alessandra. Le dedico una mirada que promete retribución a Dimitri. Me giro y la tomo por el rostro.

-Gracias por el recuerdo- Le digo antes de besarla, lento, muy despacio al principio saboreando cada sensación y de a poco subiendo la intensidad hasta dejarla casi sin aire. Luego bajo por su cuello, beso su clavícula y bajo hasta sus senos. Con ambas manos los acaricio suavemente, casi sin tocarlos. Con movimientos circulares de mi lengua masajeo sus pesones hasta que quedan erectos y luego los muerdo suavemente tirándo de ellos, mientras mis manos viajan por su espalda. Luego con mi mano derecha la tomo fuerte por la cintura y dejo que apenas mis dedos tracen círculos sobre su abdomen bajando suavemente. 

"Me vendría bien una pluma" Pienso. 

Antes de llegar a donde importa me paro, -Siento dejarte así, pero tengo otro asunto de que encargarme. - Le sonrío maliciosamente. Voy directo hacia Dimitri y sin explicación le arranco la camisa. Lamo su cuello y voy bajando hacia su abdomen. Mis manos siguen mi camino hasta su pelvis. Al más leve contacto noto su creciente erección. Le sonrío desde abajo - Dimka, no debes jugar con fuego, a menos que quieras quemarte.- Le digo antes de abrir sus pantalones y bajárselos. Me relamo los labios en anticipación, sin demora lo tomo en mi boca. Suavemente comienzo a moverme mientras siento que crece hasta su punto máximo. 

-Ahora si comienza la verdadera diversión- Digo mientras los ojos me brillan. Tomo a Dimitri de su pene y lo guío hasta donde esta Alessandra. -Estas a punto de convertirte en mi cena, pequeña gatita - Le digo mientras la beso nuevamente y la recuesto en el suelo. Me quito la ropa interior y le hago un gesto a Dimka para que se acerque. -¿Tengo que dibujarte un mapa?- Y vuelvo mi atención hacia la chica. Vuelvo a trazar todo ese camino desde su cuello hasta su vientre, pero esta vez no son simples besos, sino que lo complemente con pequeñas mordeduras. Comienzo a aflojar su pantalón con delicadeza. Lo deslizo por sus piernas y me pongo a juguetear con su ropa interior. Tomándola entre mis dientes y tirando levemente. 

Siento mucho placer cuando Oriel me saca la camisa y luego de a poco sigue besando mi cuerpo, no se detiene ahí y mi respiración comienza hacer mas pesada y mis gemidos comienzan hacerse notar cuando comienza a lamerla y mi mano baja hacía su cabeza incitandola a que siga cada vez mas.

-Me encanta Ori. De repente me toma de mi miembro y comienza acercarme hacía Alessandra, se tira y saca la ropa interior incitandome a que entre o que por lo menos juegue con ella. Mis manos abren de a poco todo su sexo introduciendose hasta el fondo y saliendo un poco. Miro abajo y siento como estaba en su maximo punto y de a poco comienzo a introducirla lentamente abriendo su interior hasta que logro entrar completo.

-Solo disfruta. De a poco comienzo a subir y bajar despacio para que se humedezca y pueda subir la velocidad, mis manos van hacia Alessandra llegando a jugar con sus senos recien parados haciendo circulos en ellos y luego apretandolos suaves. Mi lengua recorre el cuello de Ori mientras mis embestidas de a poco suben de velocidad y mas fuerte llegando hasta fondo.

Los gemidos y gritos comenzaban hacerse notorios en mi, miraba a las chicas y solo sonreía. Intento acercar mis labios Alessandra para darle un beso tierno y suave, muerdo su labio inferior y busco su lengua para que juegue con la mia.

Serás hijo de puta... - piensa mientras le sonríe divertida a Dimitri.

La besa suave y dulcemente, dándole pequeños mordisquitos en el labio inferior antes de que ella decida bajar. Siente los toques y su piel se torna de gallina, endureciendo sus pezones al mero contacto con la lengua de la chica. Cada tirada se traduce en un gemido susurrado, y cada jugueteo con sus dedos o sus manos le dan choques de electricidad pura.

Cuando se aleja, la observa cautivada por sus encantos. La manera en que lo dominaba todo, incluso en la posición desventajosa que estaba, su mirada, sus palabras... todo de ella la hacía derretirse. Era tanto así que sentía que Dimitri y ella misma estaban de más en el espectáculo que era Oriel por sí sola.

"Estas a punto de convertirte en mi cena, pequeña gatita"

Oh, fuck. No, no, no... no me apunté para esto... yo no soy cena de nadie. 

Cariño, no... no soy de las que se quedan abajo... 

Muy tarde. A nadie le interesaba su opinión. Incluso a ella misma le interesó bien poco una vez que la chica la empezó a desvestir y a juguetear con su ropa interior con los dientes, mientras Alessandra le acariciaba el cabello incitándola a ir más allá. La vista se hizo solo más esplendorosa y la experiencia más inolvidable, cuando Dimitri empezó a embestir a Oriel con fuerza. Por el solo hecho de verlo a él, con ese cuerpo, tomándola así, y a la chica que lo recibía justo encima de ella, gimiendo, ya estaba empapada. Es más, podría dar la noche por terminada ahí mismo y se iría satisfecha. 

Gimió placenteramente, por las caricias y por lo excitante de la situación. Tener una pareja follando sobre ella era mucho mejor de lo que se habría esperado jamás. Y cuando Dimitri se acercó a ella, buscando besarla, corrió en su encuentro. No podía esperar a tocar esos labios y jugar con su lengua, besarlo apasionadamente para agradecerle. Lo deja morderla y sigue besándolo, para luego ir a su oreja y lamerla, tironeando de ella con mordiscos de vez en cuando.

Dale más duro. - le susurra al oído.

"Solo disfruta" 

¿No era evidente que lo estaba haciendo hace rato? Pienso divertida y ese se convierte en mi último pensamiento racional. 

Lo que sucede luego envía una cantidad masiva de electricidad por mi cuerpo y ya se me desconecta el cerebro. La sangre hierve en mis venas, ya no puedo controlar mis gemidos de placer y la mano sobre mi cabeza me recuerda la tarea que me había propuesto. Lentamente voy bajando, lamiendo sobre su ropa interior, sintiendo su humedad. La miro y le sonrío con complicidad, se notaba que no era la única que estaba disfrutando el espectáculo. 

Siento como su respiración se acelera, su mano se tensa sobre mi cabeza haciendo una leve presión. Entonces me acerco a su parte más secreta aún cubierta por su ropa interior y deliberadamente comienzo a lamer en círculos. Concentrándome para no arrancarle lo poco que le queda de ropa pero cuando Dimitri comienza a acelerar el ritmo me pierdo en el deseo y le quito la prenda.

Entre jadeos, comienzo a darle placer con mi lengua. Asegurándome de trazar sus contornos, lentamente acariciar su parte más sensible hasta que sus gemidos se hagan más y más fuertes. Entonces empiezo a introducir lentamente mi dedo índice sintiendo como sus paredes ceden permitiéndome llegar más profundo. Entrando y saliendo delicadamente hasta que sus paredes se humedecen más y me propongo usar otro dedo más mientras sigo con mis atenciones sobre su botoncito. 

 Siento mi cuerpo perderse entre ellas, daba embestidas muy fuertes debido a que Alessandra me lo pedía. Notaba como entraba y salia de su cuerpo, cada embestida sentía mas humedo su interior y mis gemidos se hacían presentes, mi mirada estaba en Alessandra y sus labios los cuales me besaban.

 Ahh.. No te salvaras de mi. Sonrío picaramente y vuelvo a morder su labio, de a poco bajo con mi lengua por su cuello despacio dando pequeños besos suaves y tiernos, paso por su pecho sintiendo su respiración agitada debido a la excitación que le provocamos. Llego a sus senos para lamerlos alrededor de su pezon de a poco subía y lo mordia despacio para que se calentara mas.

 Mis manos bajaban por el cuerpo de Oriel investigando y conociendo sus curvas hasta que tomo una de sus piernas y la levanto, notaba como podía llegar mas al fondo en esta nueva posición y como el sonido que haciamos al rozarnos me calentaba mas y me fascinaba. Mi lengua va hacia el otro para seguir con este calor que no podía controlar, miraba a Alessandra muy tiernamente deseandola tanto como a Oriel.

 Que harás pequeña. Le guio un ojo esperando tener una respuesta positiva, mientras sigo con sus pechos. Mi respiración se hacia mas agitada y mis movimientos mas fuertes y rapidos, pero no iba a dejar que solo fueran de Oriel.

El cálido aliento de la mujer en su sexo la hace gemir suavemente, y sus dulces pero aventuradas caricias con la lengua están cerca de llevarla a perder la cordura cuando Dimitri reclama más besos y ella los recibe con ansias. Siente como el interior de sus muslos se humedece con el líquido que la empapa tras sentir los dedos de la chica jugueteando con su clítoris, y casi se siente culpable por recibir tantas atenciones de ambos.

Arquea la espalda, conteniéndose de apretar las piernas por el placer en forma de frío que recorría sus piernas, llevándose la mano que tenía desocupada al rostro, tapándose los ojos y mordiéndose el labio inferior. Basta ese momento de descuido para que los besos tiernos del hombre lleguen a sus senos y las pequeñas mordidas hacen salir pequeños chillidos de placer que no puede seguir acallando. Lo mira, solo para encontrarse con un par de ojos llenos de ternura y deseo, extraños en esa situación. 

Yo... - logró responder al desafío del hombre, tan nerviosa como excitada.

Se levanta un poco y con una mano tira un poco del cabello de la chica y la obliga a levantar el mentón, que luego acaricia tras soltarle el pelo. Suavemente, y sin soltarle el rostro, la guía hacia sus labios, para que quede a su misma altura mientras Dimitri sigue penetrándola. La besa apasionadamente, siguiendo su silueta con delicados roces y caricias, sintiendo su pecho contra el de ella. 

Sigue besando su quijada y luego baja hasta su cuello, mirando al chico. Con un dedo, empieza a estimularla analmente, buscando un lugar dónde jugar mientras él sigue ahí, pero provocándolo a venir por ella con la mirada y una desafiante sonrisa.

A pedido de Alessandra, Dimitri comenzó a embestirme con más fuerza. Mis gemidos y jadeos se hacían más frecuentes e iban subiendo de intensidad. Sentía como comenzaba a llevarme al borde de mi resistencia. Mientras Dimka seguía entrando más y más profundo, besaba a la chica con ternura y pasión. Tan solo verlos me excitaba aún más y mi orgasmo estaba en puerta. Quería liberarme de ese sentimiento de esa opresión....este fuego....me sentía como un volcán a punto de hacer erupción. 

Soy un juguete en sus manos, me dejo colocar como a ambos les guste. No me quejo, pero tampoco podría moverme si quisiera. Ahora que Dimitri me eleva una pierna para obtener mejor acceso a mi interior y me derrito, pero quiero más, estoy tan cerca que casi puedo saborearlo. 

Siento como a mi gatita le gusta lo que estoy haciéndole, es tan hermosa cuando se muerde el labio que quiero comérmela toda. Ahora quiere besarme y me llama la atención. Me dejo, por supuesto ¿cómo negarme a esa carita? Dejo que me bese y que se saboree en mis labios. La fricción de nuestros cuerpos me hace dudad de la individualidad, ahora somos uno. Nuestros pechos se rozan. Nuestros gemidos se elevan y junto con nuestras respiraciones entrecortadas es lo único que se siente, además del sonido de nuestros cuerpos tocándose. 

Entonces siento sus manos recorriéndome, van dejando tras de si rios de lava sobre mi piel. Un alarido casi animal se escapa de mi en el momento que Alessandra comienza a estimularme, estoy tan cerca, necesito liberarme. Sus nombres se escapan de mi como un gemido gutural al tiempo que oleadas de placer me hacen estremecer al tiempo que llego a mi primer orgasmo. Sólo dura unos segundos antes de que mi cuerpo vuelva a la carrera por otro pico. 

-Gatita....ahora te toca a ti- Le digo al oido. -Dimka quiere tomarte. - Le digo relamiendome. 

 De a poco voy bajando la velocidad, y la fuerza viendo como se besaban y buscaban entre ellas. De repente mi nombre se hace presente entre ellas, saco mi miembro despacio dentro de Oriel y luego quedo mirando a Alessandra. 

 Me acerco lentamente y noto como su sexo estaba mojado debido a la lengua de Oriel y a su dedo la cual dejo escapar un poco de su liquido, me pongo boca abajo y con mis manos tomo su cintura y la levanto, la comienzo atraer hacia mi. Mis ojos destellaban un brillo y mi excitación era muy grande.

 Cuando noto su cuerpo caliente sobre el mio, la bajo abriendola de piernas y sintiendo como de a poco entraba dentro de ella, gracias a Oriel me era mas fácil entrar porque la había estimulado. Noto y dejo escapar un grito cuando llego hasta el fondo de su ser y me levanto para susurrarle. Pequeña muevete un poco.

 Estaba muy caliente y necesitaba de mas con mis manos de nuevo libres tomo a Oriel y la hago colocar arriba mio dejandome en mi boca todo su sexo, de a poco comienzo a lamerlo en circulos, subo y bajo para que se pierda con mi lengua. Luego voy directo a su botoncito y lo estimulo para que grite y pueda escuchar sus gemidos.

 De a poco voy bajando para sentir como terminaba y metía mi lengua dentro de ella. Mi cuerpo quería mas las tenía donde queria y ellas podían tocarse y jugar conmigo, mis manos suben una a cada pecho y con las puntas de ellos tomo sus pezones y juego girandolos despacio para que se exciten cada vez mas.

Nota la erección de Dimka entra suave, lenta y tortuosamente en ella, ansiosa por sentirlo tan dentro como alcanzara. En cuanto toca el fondo deja salir un gemido que se encuentra con el grito del chico, y le agradece acercándose a él para besarlo. Se aleja rápidamente, y cuando él le ordena moverse, eso es exactamente lo que hace. Pausadamente mueve su cadera de manera circular y formando un ocho con ella, afirmándose de él por la cintura con una mano y con la otra jugueteando con su propio cabello.

¿Cómo había podido asustarse tanto de esto hace un rato y ahora desear que nunca terminara? 

Cuando sube a Oriel, le sonríe. Gatita, pequeña, o como quisieran decirle, ahora estaba sobre uno y a la altura del otro. El cómo había llegado ahí no era relevante. Sin soltar la cintura de Dimitri ni dejar de moverse para provocarle placer, se acerca a la castaña para juguetear con su pezón libre, lamiéndolo con suavidad y dando pequeños mordiscos y tirones que le causaran un dolor agradable mientras ella jadeaba intermitentemente por el goce que le causaba sentir el falo en su interior.