-A lo mejor ese truhán nos ha dirigido a una maraña de trampas--sospecha un enojado Rurik en voz alta--Como así sea voy a ser yo el que lo interrogue a la vuelta.
Casi como un autómata... Gulgram siguió a sus compañeros. Apenas prestó atención al interrogatorio y a las chanzas de Rurik. Iban camino de una lucha y él mismo estaba en lucha consigo mismo. El grito de su más amado compañero lo sacó definitivamente de sus cavilaciones. Lo primero era acabar con El Rey Sabueso y su Concubina. Ya habría tiempo para luchas internas... Cuando volvamos al campamento, debo meditar - Se dijo.