Partida Rol por web

- Amos, amos, amos!! - A la criatura le quedaba una sola cabeza, si conseguían cortarla, el combarte acabaría... Bajo mínimos y con energías renovadas el gnomo lanzó un nuevo hechizo, pero esta ve menos poderoso.

Aloth finalmente tumbó a la criatura. Su orbe hizo colapsar al abdomen de la hidra que cayó hecha un amasijo de sangre, vísceras, carne y distintas cabezas en medio del terreno pantanoso.

Brob salta de alegría y a continuación se acerca a Dain para tratar de salvarlo de la muerte.

Y Furen expiró.

Cuando la criatura cayó, corrió hacia sus compañeros caídos... Por desgracia dos de ellos habían muerto y el otro, inconsciente, no despertaría sin ayuda. Pidiendo permiso y perdón, cogió una poción y se la ofreció al enano insconsciente. 

- Hetamos en una misio, hero... ¡¡No hodemos hejarlos así!! - Habló mientras ayudaba al enano a levantarse - ¿Ahora qué? 

Una tristeza inundó su pequeño cuerpo. Había perdido a dos camaradas. 

-No, yo ya no sirvo a nadie--sentenció Dain con gravedad antes de agarrar el mazo para reventar todos los cráneos de hidra que encontró a su paso--Mi pelea ha terminado. En cuanto recupere el resuello y dé digna sepultura a mis dos compadres regreso a casa.

-¡Que se vaya el príncipe Thrommel a tomar por culo!

-Gracias por vuestra valentía. Os juro por Moradín que, si tengo la ocasión, contaré vuestra hazaña a uno de nuestros mejores bardos para que paséis a la historia de la piedra y la roca.

Así, sin más cortapisa que un dilatado abrazo sincero a cada uno de aquellos dos pequeños héroes, el luchador enano se puso manos a la obra con la única misión que ya le importaba.

La victoria estaba de vuestro lado. Pero, ¿a qué precio? Furen y Glohrim habían expirado y Dain yacía inconsciente con múltiples heridas. Además, aún no habíais dado con los enanos que transportaban el fuego de alquimista. Las pocas esperanzas que habíais depositado en la misión se fueron diluyendo conforme preparabais la sepultura de los enanos caídos.

Las noticias viajan rápido por las Llanuras de Emridy y no eran buenas. A pesar de vuestros valientes esfuerzos, las fuerzas del mal han demostrado ser demasiado para el poder combinado de Furyondia, Veluna y sus aliados. No pasará mucho tiempo antes de que los ejércitos del Mal Elemental sitien los muros de la misma Greyhawk.

Cuando llegáis al campamento de Thrommel, veis que la mayoría de sus soldados y seguidores han huido. El príncipe está hundido en el barro hasta los tobillos, mirando hacia el cielo y con su estandarte de batalla en el suelo tras él.

- Lo habéis hecho tan bien como se podía esperar -, dice con tristeza. - Realmente sois lo mejor de nosotros -.

Un escudero le entrega al príncipe su maltrecho yelmo. Lo estudia por un momento, luego se lo pone -. Hommlet será lo primero en caer, pero lo defenderemos hasta el final. Si tenéis hogares que proteger, os sugiero que vayáis hacia ellos ahora.