Brob, que había permanecido inconsciente gran parte del combate anterior, esbozó una leve sonrisa.
—Sin duda no voy a dejar sola a esta gente —dijo mientras guiñaba un ojo a sus compañeros—. Sin mí son incapaces de enfrentarse a nadie.
A la propuesta del paladín, respondió:
—¡Guarda la última para la fiesta, Glohrim, creo que la necesitaremos!
Anduvo todo el camino en silencio, había faltado poco para no contarlo. Apenas se dio cuenta de que estaban de nuevo en el campamento y había una batalla en marcha. Los belicosos enanos se agitaron y ninguno declinó la petición de los allí presentes. Le sorprendió que el hace poco inconsciente gnomo no declinase la petición. Intentó rechistar en un par de ocasiones, pero... No lo consiguió, no le salían las palabras. Resignado y hundiendo los hombros, miró al suelo, suspiró y se quedó en un rincón. Eso es lo que debería hacer, pasar desapercibido en el caos de la batalla... ¿podría conseguirlo? Mientras se hacía esa pregunta, sonrió pero sin dejar de mirar al suelo o elevar sus hombros.
Conocía la respuesta a esa innecesaria pregunta.
PG [46] - 10
Todos ganáis inspiración. Fin del capítulo.