Partida Rol por web

Tetsuo consideró la practicidad de la sugerencia del monje frente a la temeridad de exponerse a una muerte de forma innecesaria, lo que no le reportaría honor alguno.

Decidió pues actuar pragmáticamente y se apostó a un lado del molino, por encima de sus camaradas.

Comenzó a preparar uno de sus hechizos preferidos: La cola de fuego del Dragón. 

Al entrar, un terrible hedor me asalta y sé que estoy en la guardia de un monstruo. Siento en el aire la maldad y la muerte, bailando alrededor de mí como si fuese una una cortesana intentando seducirme despiadadamente. Me mantengo firme aun cuando veo que son las visceras de un desdichado lo que he pisado y que parecen decorar aquel podrido lugar.

Trago saliva mientras intento mantener la calma, comprendiendo que la sabiduría y la concentración son lo único que puede mantenerme centrado en este crítico momento, para no caer fruto de la desesperación y el miedo.

De pronto, veo a la bestia y comprendo que no es aquello que otros temían, sino algo mucho peor. El miedo parece querer asomar por mi cuerpo pero mi férrea voluntad consigue aplacarlo y domino mi cuerpo como siempre lo he hecho. Miro a la terrible a la criatura a los ojos antes de hablar:

 - "Tu secreto es mío, bestia."

Rápidamente me giro para salir por donde mismo entré, sabiendo que soy rápido como el viento y ligero como una pluma, confiando así que podré llevar a la criatura a mis compañeros para darle el fin que merece, antes de que ella consiga darme alcance. Nuestro plan es bueno y debemos atenernos a él.

Tras escuchar el plan, y sin nada mejor que añadir, me encamino a un lugar alto que descubrí mientras inspeccionaba el molino.

Una vez allí, me acomodo las flechas para poder hacer disparos rápidos, clavando en el suelo las flechas que creo que voy a necesitar, y colocando una en el arco, pero sin tensar todavía la cuerda.

Tras el rugido veis salir del molino una figura corriendo. Preparados como estabais casi disparáis contra vuestro compañero togashi cuando otra figura emerge del negro agujero. Una figura que se yergue con sus dos metros y medio de altura, largos colmillos y anchos hombros. Un fuerte hedor le acompaña y dos luces negras brillan donde debieran estar sus ojos.

El ogro sale en persecución del pequeño humano que ha descubierto su guarida y su secreto. 

La grotesca figura de la criatura asoma, revelándose como un ogro. 

Parece que las fuerzas de a pie palidecen ante el adversario, pero el fiero shugenja no se amilana y restalla su látigo flamígero contra el cuerpo del malvado ser.

Cuando consigo salir y el ogro me está siguiendo, cuando sé que mis compañeros ya le han visto y ha caído en la trampa, detengo mi carrera y me giro hacia él, sonriendo de la satisfacción de medirme contra un gran oponente.

El Ki-Rin en mi espalda empieza a brillar pues llamo su poder, el que fue infundado por la sangre de un Kami y al que alcanzo con el entrenamiento y control que tengo sobre mí mismo. Sé que ahora estoy preparado.

Aprieto mis puños y me dirijo a él, lanzando un patada voladora que espero le impacte en el centro del cuerpo. Mi salto es enorme y mi pie lleva la fuerza de una cascada, esperando a impactar con violencia y determinación.

Como siempre impasible, el silencioso samurái carga con su espada katana en posición de Dai Jodan, con verdadera furia en la mirada y exhalando vaho en el frío de la noche, hasta trazar un arco descendente con su filo sobre la bestia.

Togashi, que no se mueva! Gritó Naoko al monje mientras daba un paso adelante y buscaba el cuello de la criatura con la naginata. Penetró el duro pellejo de la criatura con un grito que reberveró en el pecho de todos los presentes y movió ala criatura desde  el cuello hacia el costado con toda la fuerza que tenía. 

Todos los león sentían a sus ancestros apoyando su mano, pero en esta ocasión era distinto: su ancestro verdaderamente y de forma casi palpable estaba guiando su mano y dandole mas fuerza. Samuneeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! gritó, sus ojos llenos de ir salvaje.

En cuanto salió la bestia, Naoko y Mirumoto blandieron sus armas dejando profundas heridas y mermando su impulso, algo de lo que Togashi se percató impactando con una poderosa patada que detuvo al ogro justo para que el Isawa terminara su conjuro y el ser quedara envuelto en llamas mientras se consumía lentamente.

No había salido mal. Si el ogro no se hubiera obcecado con el monje el resultado podría haber sido distinto, pero las fortunas os favorecieron en el combate. La Bestia de Hima ha sido abatida y la paz volverá a la aldea.

El silencioso samurái limpió su espada katana en la manga, y por fin pudo envainar. Tenía los dedos entumecidos por el agotamiento de empuñarla, y los ojos nuevamente perdidos en el infinito. Había cumplido su misión. Se sentía aliviado, solemne y bastante cansado de correr desde la aldea hasta aquí. Miró a sus compañeros.

- ¿Va a continuar la fiesta?

El bushi dragón todavía estaba sediento de sake.

Naoko alanceó un par de veces mas el cuerpo, sin creer que la bestia hubiera muerto de una forma tan simple. Cuando vió lo que Mirumoto hacía, sus ojos se abrieron enormes y perplejos, y desenvainó la katana, cortando la manga de seda del kimono que usaba el bushi.

Cuidado, son criaturas corruptas, estar en contacto con su sangre puede hacer que las garras del Gran Enemigo te tomen. Debe tener ma ciudado, Mirumoto-san Dijo Naoko, tirando al fuego el pedazo de tela y limpiando en el cadaver la sangre del ser que tenía en la lanza.

Le diré a uno de los Heimin que corte la cabeza de la bestia, la querremos como trofeo, asi como la del oso.

La misión estaba cumplida, la bestia muerta y la paz en la zona restaurada.

Vuestra vuelta a la ciudad fue recibida con honores y alegría. Habíais honrado a vuestro clan, al imperio y con ello a la mismísima Emperatriz.

Saber que Hida Kusonoki se quitó la vida después de que llegarais a la corte no os extrañó. No se portó con diligencia y deshonró al clan al mentir, aunque no a sabiendas, sobre la muerte de la bestia para que el Daimio León cediera tropas para la defensa de la muralla Kaiu. Después simplemente seguisteis vuestro camino.

El clan del león abrió un tratado de comercio con la ciudad de la rana rica en territorio dragón bastante beneficioso para ambos clanes.

Los representantes mantis continuaron hacia tierras unicornio en busca de caballos para su clan, pero esta vez con un salvoconducto hasta el mismo castillo Iuchi.

Los dos magos fenix continuaron camino a la defensa de la muralla Kaiu, con más experiencia y renovada confianza mientras Matsu Naoko miraba el horizonte como un desafío hacia su destino.

FIN.