Partida Rol por web

El el grito de Karasu el que me alerta del ataque, un leopardo de las nieves, seguramente el hambre le ha forzado a realizar el ataque ya que estas criaturas no suelen atacar a grupos tan numerosos como el nuestro o mas probablemente defiende su prole que a buen seguro se encuentra cerca, matar al animal sería condenar a su vez a su descendencia.

¡cuidado!

Me lanzo al ataque intentando golpear en el lateral para noquear al felino, sin embargo este hace gala de su gran agilidad esquivando mi ataque

Pensando en tomarnos el resto de la jornada de descanso estábamos todos, cuando de repente, un felino, autoctono, salta sobre nuestro plumifero compañero.
Apenas veo una sombra blanca saltar sobre cuando ya he desenvainado y mi escudo, se alza presto sobre mi antebrazo izquierdo.
Me adelanto y descargo un tajo vertical pero el leopardo, parece verme llegar pues se hace a un lado logrando minimizar el impacto de mi hoja.

Un golpe seco de el monje Elrohir impacta en la nuca del animal y lo deja inconsciente, respirando pero indefenso.

Un leopardo, no descansar y desde luego que ataque a uno de los que componen nuestra pequeña compañia, creo que ver esa montura nos ha despistando a todos.

Con la espada en la mano, me muevo para poder defender y pelear para proteger a los mios

Karasu estaba observando con curiosidad la criatura invocada por Abrosthor. Por eso probablemente no se dió cuenta de que se acercaba el felino hasta que se lanzó sobre él. Cuando la garra del leopardo atravesó ropas y plumaje, dejó escapar un grito, mezcla de sorpresa y dolor.

Afortunadamente sus compañeros eran rápidos, y antes de que pudiera reaccionar habían tumbado al animal. Karasu se levantó como pudo y se miró la herida.

¿Alguien sabe vendar esto? -preguntó, mirando de forma inconsciente al clérigo.

Creo que me vendrá bien descansar, si no os importa. Además así podré cambiar mis conjuros para entrar en el templo.

- Puedo hacer algo mucho mejor.- dijo Vaskalinsvel, acercándose al tengu herido.

Se detuvo a unos pasos y entonó una pequeña oración a Brigh. Al hacerlo, una luz dorada y anaranjada emanó del gnomo, penetrando suavemente en Karasu y en aquellos que estaban cerca. La herida se cerró y dejó de sangrar.

- Descansemos hasta mañana por la mañana.- sugirió el gnomo.- Por cierto, Elrohir, ¿qué piensas hacer con ese bicho? ¿Lo remato?- dijo, señalando al felino inconsciente.

El felino se despierta tras los curados de Vaskalinsvel y se gira y sale corriendo y se pierde en la nieve con su velocidad y su camuflaje natural.

Me acerco al felino mientras noto su respiración acompasada, agradezco a Gozreh que haya retenido mi puño dejando vivo al animal, mientras observo a Karasu pedir que curen su herida me pongo a pensar en la mejor manera de ocuparme del animal  ¿quizás una jaula improvisada? los guías podrían ocuparse de el hasta la vuelta, en ese momento el gnomo entona una oración , al terminar me pregunta que hacer con el felino ¿rematarlo? por Gozreh no, ya no representa un peligro, seguramente se sintió amenazado por nosotros y solo se defendió en ese momento puedo ver por el rabillo del ojo como el felino recupera la consciencia y siguiendo su instinto natural sale a toda velocidad perdiéndose en la nieve bueno, eso soluciona el problema lo ves, estaba mas asustado el de nosotros que nosotros de el  y si, mejor salir mañana por la mañana, descansados y con algo caliente en el estomago

Todo termina tan rápidamente como empezó.
Por tanto, envaino mi espada y me aproximo a nuestro plumifero amigo el cual, se ha llevado todas las atenciones del gatito.
Veo como también Vaska el Gnomo, se le aproxima. Se pone a rezar y mira por donde, cuara a Karasu, al gato este y hasta a los bichos que habíamos estado pisando.
El gato salta poniéndose en pie, nos mira, mira hacia atrás y sale disparado perdiéndose en el niveo paisaje.
Excelente Vaska. Allá va la cena
Claro que esto de los rezos, me da a mi una idea.
Por tanto yo tambien rezo, con toda la fe de la que soy capaz y tras la plegaria en cuestion, miro a mi alrededor.
Nada.
Ni burdel ni taberna ni furcias ni barril de alcohol.
Nada de nada.
Suspiro, le doy las gracias a Cayden y cosa curiosa, parece que el viento me traiga una sonora carcajada.
Acampemos entonces y aprovechemos esta noche para descansar. Mañana al amanecer, empezaremos la parte importante de la mision.

Preparado el campamento como de costumbre por los guías que parecen hacerlo de forma habitual y tras una frugal cena a base de raciones y lo poco fresco que queda, os metéis en las tiendas de campaña y dormís una plácida noche.

Cuando empieza a despuntar el día vuestros guías os despiertan y ya os tienen un calórico desayuno preparado para poder empezar el día y el viaje en condiciones.

Os preparáis y empezáis a divisar la ruta que seguiréis, mientras los guías os despiden esperando vuestro pronto y victorioso retorno.

Y tras la noche, como no podia ser de otro modo, llega el amanecer.
Medio roncando todavia, soy el primero que se asoma mientras ajusto los correajes de mi espada.
Miro de reojo a un lado y a otro y no. No hay sorpresas no.
Con lo bien que hubiera venido una noche de fiesta antes de ponernos serios con el asunto que tenemos entre manos.
Espabilo al fin y miro hacia atrás, hacia la tienda antes de decir.
En pie gente. Es hora de empezar a movernos.
Uno tras otro, los míos van apareciendo con caras similares a la mía.
Desayunamos junto a los guías, sin nada de alcohol claro, y tras llenar nuestros estómagos, estamos listos para partir.
Extiendo el mapa que me agencie el día anterior y tras mostrarlo, concretamos la ruta de acceso.
Y sin mas dilación, partimos para visitar el templo ese.
Y yo, que voy en vanguardia, me giro momentáneamente para responder a la despedida de los guías.
Bueno gente, vamos a lo nuestro. A ver si hay suerte y tenemos una jornada interesante. Interesante a mi manera claro.

Abrosthor ya estaba despierto bastante antes de que Tarcil. Con su cuaderno en mano y tras convocar de nuevo a su fiel Sybil, estuvo dibujando las montañas mientras esperaba al resto, y reflexionando. Al oir la voz del guerrero, volvió de su mundo. La estampa que había dibujado estaba en llamas... No era la primera vez que el gnomo dejaba a su mano moverse libremente, y siempre le sorprendía lo que encontraba retratado.

- Vamos, vamos, viajeros. Qué los problemas no se resuelven sólos, jejeje -anima el viajero reuniéndose con sus compañeros sobre la invocación-. Esto me recuerda a cuando bl bla bla bla bla...

Tras acabar de contar su historieta que se resume en un hombre infiel a su esposa pillado bajo un puente con una goblin, se torna a los guías y con amabilidad y sonriente les dice:

- ¿De verdad que no queréis venir? El oro, la fama, la gloria y la admiración comprendo que nos os atrigan, pues a mí me pasa lo mismo. Pero esa sensación de ver bellezas nuevas, de sentirte útil, con un propósito en la vida, como si los dioses quisieran que tú estuvieras sacrificándote por un bien mayor... Aaah -suspira-. Ese es el camino del pathfinder.

Karasu se levantó junto con sus compañeros. Mientras desayunaban sacó su libro de conjuros y estuvo leyéndolo con concentración.

Después del desayuno partió junto con el resto de compañeros. Por fin estaban cerca de su destino y eso se reflejaba en el ambiente animado del grupo.

Bien, vamos allá...

Uno a uno, los pathfinders se fueron despertando y reuniendo para el desayuno. Después de sus oraciones matutinas, en las que rogó a Brigh para no pasar mucho frío, Vaskalinsvel se unió al grupo para comer algo.

- Bueno, esperemos que el viaje sea rápido hasta el monasterio. Me pregunto cómo será la trenza que estamos buscando. ¿De verdad pensáis que será una trenza hecha de pelo humano? Menuda porquería, ¿no? Claro que si es una trenza mágica, el pelo se habrá conservado intacto. Me pregunto a quién se la cortarían. A alguno de los monjes seguramente, quizá a un maestro. Lo que no entiendo es por qué. Y además, ¿qué sentido tiene encantar una trenza con poderes mágicos? Con lo fácil que es encantar una espada, o una armadura, o un escudo... No sé si os he contado que en mi pueblo natal yo era un gran artesano. Claro, que todos los que adoramos a Brigh tenemos inclinaciones artísticas, sobre todo la forja es lo que más atrae a los gnomos de lava. A mí me va más el soplo de vidrio y la talla de cristal, porque.......

Claramente, la emoción ante el inicio de la aventura haía vuelto a disparar la impaciencia del gnomo, que no podía dejar de hablar.

Me despierto bien temprano y, como todos lo días empiezo a realizar mis ejercicios matutinos, los músculos agradecen la rutina mientras empiezo a entrar en calor puedo ver como los guías preparan el desayuno y Abrostor se pone a realizar unos dibujos, minutos después de que despertasen al resto de compañeros me acerco al fuego y como comedidamente con los demás, la comida no es especialmente sabrosa pero cumple su cometido la verdad no sé como sera la trenza, la información que logramos fue mas bien escasa sin embargo la capitana parecía bien segura de que era una trenza de pelo humano, lo que nos debe preocupar es donde puede estar guardada una vez finalizado el desayuno aseguro la mochila y me preparo para la ascensión esperemos que haga buen día