Partida Rol por web

En realidad no tenía ni idea que se llamaba Dolores,  dice el hombre  alzando los hombros, lamento mucho la situación, como le he dicho este es un barrio tranquilo, nunca me han robado, pero bueno supongo que hay gente mala. Dice el hombre dando te la cinta pegante. ¿algo más?

El profesor toma el objeto y lo introduce a un bolsillo de su saco -Creo que eso es todo mi buen hombre, ¿cuanto es por las cajas y esto?- dice esto ultimo mientras se toca el bolsillo -Y le entiendo, ¿sabe?, yo era huésped en la misma casa de ella y conocía muy poco de su vida... es una lastima... me pregunto si habrá existido si quiera una persona en el barrio que la haya conocido bien... tal vez un novio o amiga... ¿usted nunca la vio acompañada?-

Señor, la señorita en cuestion creo que nunca entró a mi tienda. Es una tragedia, pero no podría reconocerla. Dice el hombre recibiendo el dinero y  dandote lo que pagaste Vuelva pronto.

Después de unos cinco minutos el señor  Bishop  vuelve con unas cajas y una cinta pegante.
 

Me encontraba admirando los vestidos de la señorita Aguirre, colocándolos a continuación con cuidado después de comprobar que no ocultaran nada. Miré mejor en el armario, buscando algún bloc, libro o revista que pudiera indicarme algo más sobre la personalidad de la joven, pero aquella mujer no tenía nada de esos objetos que, para mí, parecían tan imprescindibles. O a esa chica no le gustaba leer, algo desde mi punto de vista inconcebible, o prefería hacerlo en cualquier otro lugar.

Mientras rebuscaba por el armario ajena a lo que hacían el resto, oí como se cerraba la puerta y, un tanto asustada, me giré para ver que había sucedido. Me di de frente con el señor Lusting y, sin saber muy bien el motivo, sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo mientras escuchaba una explicación que yo no había pedido.

—En primer lugar señor Lusting no sé a qué se refiere usted. Y si me está acusando de ser yo la persona que ha ido hablando mal de usted, está muy equivocado. De mi boca no ha salido ningún comentario ofensivo hacia ninguno de los huéspedes.

En esos momentos me sentía ofendida e, incluso, enfadada. Si el hombre había pensado que yo, cual mojigata, había ido corriendo a acusar al hombre ante la policía por su comportamiento un tando indecoroso durante la cena, es que se creía demasiado importante. Si ni siquiera me había acordado de esa conversación durante el interrogatorio...

Por fortuna, el regreso del señor Bishop cortó de raíz esa incómoda, a la par que absurda, conversación.

—En el armario no he encontrado nada relevante. Puedo ir guardando ya sus vestidos.

Cogí una de las cajas y comencé a doblar con delicadeza la ropa de la difunta.

—Si supiéramos si tenía familiares, quizás a ellos les gustaría quedarse con sus cosas ¿no creen?

El profesor regresa con dos cajas, sosteniendolas como si se tratase de un par de zapatos, con una mano, mientras se mantiene de pie con la otra mano, sujetando su bastón. -He vuelto- dice al atravezar el umbral de la puerta. -¿Han descubierto algo?- pregunta.

El profesor suelta ambas cajas al suelo y luego cambia de mano su bastón, para extraer la cinta adhesiva. -No estoy muy seguro, pero espero que esto sea a lo que se referia profesor- explica extendiendo la mano para entregarla al Doctor Saitsef.

Por fortuna, el regreso del señor Bishop cortó de raíz esa incómoda, a la par que absurda, conversación.

—En el armario no he encontrado nada relevante. Puedo ir guardando ya sus vestidos.

Cogí una de las cajas y comencé a doblar con delicadeza la ropa de la difunta.

—Si supiéramos si tenía familiares, quizás a ellos les gustaría quedarse con sus cosas ¿no creen?

Cuando regreso a la habitación de Dolores, siento un poco de tensión en el aire, de inicio me pareció extraño que la puerta estuviera cerrada ya que todos trabajaríamos ahí, veo al Sr. Lusting caminando hacia la Señorita Collins y no alcancé a escuchar lo que decían ..... -Espero que no les moleste el polvo- dije avisando de mi retorno a la habitación y me dispuse a trabajar en lo de obtener huellas de algún lado.

Cuando llega el profesor Bishop tomo lo que me ofrece y me dirijo a él: -Sí, en efecto Profesor, muchas gracias, en un momento le doy el dinero de la cinta- 

Máster ¿que tirada puedo utilizar para encontrar huellas?  ¿percibir, suerte, idea, cultura general, destreza? disculpa todavía tengo dudas del sistema. :P

¡Maldita sea la suerte!, pienso con amargura cuando tan solo dos pasos después de comenzar a avanzar la puerta se abre a mis espaldas cuando alguien ingresa.

Me detengo frustrado tanto por la respuesta que la joven me brinda con convicción así como por el tener que postergar lo que pretendía hacer y no obstante una nueva idea nace en mi mente.

Vaya vaya, así que hay un nuevo giro de engranajes según parece, pienso aun sin moverme.

El señor Bishop ha vuelto condenadamente rápido de sus diligencias para entablar una charla con la señorita Anne y no pasa mucho tiempo hasta que el señor Saitsef hace acto de presencia poniéndose rápidamente a trabajar mediante unos polvillos que va aplicando sobre las diversas superficies de la habitación.

Les dejo trabajar, no estoy en mi ámbito y de poca ayuda seria mi presencia. Sin decir palabras entonces salgo de allí mientras voy barajando nuevas opciones.

Victor entonces sin decir mucho sale de la habitación dejando a la mujer, y ambos profesores ocupandose de las pertenencias de la difunta.

Justo cuando Anne estaba doblando los vestidos, se escapa una nota pequeña de uno de ellos.

"Oh mi Querida Dolores,

Hoy te vi bailar de manera encantadora, no sabes lo mucho que vibra mi corazon al pensar en tí. Sé que estas molesta por aquella pequeñez, pero querida te aseguro que no significo nada...

¿podriamos vernos de nuevo?

Con el corazón,

Roberto"

La nota no tiene fecha.

En el sótano de la residencia funciona una ferreteria. ¿deseas ir ahí?

La casa no tiene altillo, sabes por lo que te dijeron que el tercer piso se quemó... aunque visiblemente no se ve nada, podrias averiguar.

En el sótano de la residencia funciona una ferretería. ¿Deseas ir ahí?

La casa no tiene altillo, sabes por lo que te dijeron que el tercer piso se quemó... aunque visiblemente no se ve nada, podrías averiguar.

Víctor salio de la habitación rumiando nuevas ideas pero sin tener un rumbo claro. De esta forma, se encontró saliendo al exterior de la vivienda con la intención de ir hacia la ferretería montada en el mismo sótano de la casa pero a medio camino se detuvo jurando con frustración por lo bajo ante la sorpresa de un transeúnte que por allí pasaba.

Y es que claro, en su necesidad de clarificar sus ideas, había fantaseado con la posibilidad de que desde la ferretería y mediante algún tipo de pasaje pudiera accederse directamente a la habitación de Dolores.

Necedades sin dudas.

Callejones sin salida.

Necesitaba pensar bien interesado como estaba ahora, en no tener ningún trato con la pasma local.

Volvió entonces hacia la casa pero no ingreso en ella, sentándose en la puerta y con una brizna de pasto cogido desde el mismo jardín, se dejo acariciar por el sol diurno y pensó:

1 – alguien había muerto en la casa, dentro de su habitación la cual estaba cerrada con llave.

2 – al parecer nadie había escuchado nada hasta el momento en que Petula había gritado.

3 – aparentemente, no existía forma de ingresar por otro lado a la habitación que ocupaba Dolores.

Datos curiosos también eran que:

1 – la misma noche antes de que muriera Dolores, uno de los inquilinos que ofuscado se había retirado de la mesa donde cenaran todos juntos, luego había dejado unos misteriosos frasquitos en la puerta del resto de los inquilinos.

2 – la única que al parecer tenía una llave maestra de todas las cerraduras era la propia señora Petula quien casualmente había sido la que encontró el cuerpo sin vida de Dolores.

Esto le dejaba dos posibles sospechosos:

La dueña de la casa y el Sr. Szymczack.

Mmm, murmuro Víctor mientras se ponía nuevamente de pie, habrá que averiguar un poco mas de estos dos, se dijo e ingreso a la casa.

Justo cuando entras a la casa, escuchas a Pétula cantando con la radio baja, usualmente ella suele cantar duro, pero esta vez lo hace más bajo.