Partida Rol por web

Oyes la puerta abrirse de golpe, tras ella aparece un tipo negro, vestido con un traje blanco manchado de sangre. Sostiene un subfusil idéntico al tuyo que empieza a escupir balas sin cesar.

En ese momento te das cuenta que no se trata de uno de los pringados raperos de este barrio. Este tipo es como tú. Un asesino.

Desde tu posición devuelves el fuego automático, pero tus balas las detiene la puerta metálica tras la que se cubre.

Y de pronto, el mundo parece estallar para tí. Ni siquiera eres consciente de la ráfaga que te alcanza el cuello, ni de la bala que te destroza la médula espinal.

Las luces se apagan, el estruendo de los disparos se silencian mientras caes hacia atrás, sin sentir nada más.
Tu muerte es rápida y casi sin dolor.
Casi.