Hirachi apartó la mirada ofendido. ¿Cómo podía ser tan frío? No eran mejores que ellos. De hecho habían demostrado ser los dos peores. Podrían haber estado perfectamente en el lugar de cualquiera de sus antiguos compañeros. Decidió no intentar forzar más la conversación y sólo acompañarle hasta su habitación.
Con la conversación finalizada, Jotaro permaneció el resto del trayecto hasta su cuarto en silencio. Cuando por fin llegaron, el joven bushi abrió la puerta y, antes de entrar, dijo:
-Gracias por tu compañía, Hirachi-san. Buenas noches.
Acto seguido se metió en su habitación y cerró la puerta. Necesitaba dormir. Dormir y olvidar.
Por mí ya puede cerrarse del todo esta escena :3.