Murasama al ver a su compañero se precipitó para tomarlo del hombro y evitar que se desplomara, aunque al parecer no llegó a perder la consciencia. Sonriendo trató de hacer una señal a la joven que les había atendido para pedir una habitación en la que descansar al menos aquella noche y de paso felicitarles por la calidad de su sochu.
-Tranquilo Kôkatsu-san, siento haberos puesto en esta situación, pero para mañana seguro que estaréis como nuevo.- No sabía si sería apropiado decir lo que estaba a punto de soltar, pero el alcohol le animó a seguir adelante.-Parece que al final el "gran jabalí" os cogió desprevenido en la segunda arremetida ¡Ja ja ja!- En cuanto pudo contener la risa miró de nuevo a la joven. -Bella dama, podríais avisarnos cuando estén listas nuestras habitaciones si no hay problema.-
Minipunto para el equipo de los clanes menores!! Hip hip hurra! XD
Kôkatsu se despertó en aquella habitación sin ser muy consciente de cómo había llegado. Un fuerte dolor de cabeza martilleaba sus sienes cada pocos segundos. Con mucho esfuerzo se levantó y buscó algo con lo que asearse un poco. Encontró un cubo con agua y unos paños pero en lugar de usarlos, comenzó a beber con ansia el agua que contenía. Bebió tanto que se mareó de no respirar mientras tragaba. Usó el poco agua que había dejado para limpiarse parando cada vez que los pinchazos volvían. Cuando salió de su habitación, se encontró a Murasama-san. Parecía alegre. Eso hizo feliz al cangrejo, su amistad se había tensado mucho desde aquel entrenamiento y le parecía que el ronin había obtenido más que una justa victoria. Recordaba que le había ayudado a mantener la compostura y que mientras iban hacia su cuarto había fingido tropezarse con Kôkatsu para evitar que perdiese el equilibrio. - Gracias por la lección de anoche Sochu-sama. - añadió mientras abandonaban la posada en dirección a Kyuden Doji.
Hic. Hic. Eructo. Hic.
Por mí, damos por terminado el preludio. Qué te parece Murasama?