Partida Rol por web

- Y que buscarian atacando el Templo, se giro hacia Ser Talasek, hay algo en el Templo que le pueda ser util al Halcon y que debamos conocer, dijo el druida mirando tambien a Eritai.

- Podriamos usarlo contra el Halcon ? pregunto inqusitivo

Eritai asiente a vuestras palabras.

Sí... Así es - afirma entristecida -. Vuestras sospechas son desafortunadamente ciertas. El Halcón y su asqueroso culto están detrás de los ataques que está sufriendo la ciudad. El número de ciudadanos que huye de Greyhawk crece cada día y los oficiales de la ciudad temen que pronto no haya nadie que se oponga a este ponzoñoso culto.

Haciendo una pausa, Eritai sentencia en tono serio -. Hay que acabar con las actividades del culto lo antes posible.

Después se vuelve a Barakanar para explicar los preparativos -. Probablemente Iuz, nuestro archienemigo, esté detrás de las acciones del Halcón y por lo tanto, tarde o temprano, el Templo será un objetivo a derribar. Debemos anticiparnos todo lo que podamos.

Finalmente se dirige a todo el grupo -. ¿Habéis descubierto algo en vuestros viajes?

Muy a su pesar, negó.

—El lugar estaba abandonado, no era más que una vieja guarida del Halcón, que el culto ya no utilizaba. Supimos que esa criatura vendría pronto porque nos lo encontramos, prácticamente de casualidad, cuando se marchaba, pero nada más. Debió de ir a descansar tras su letargo y recuperar algunas de sus pertenencias; hemos traído algunos libros que hemos encontrado, por si contuvieran alguna pista, pero me temo que no tendremos mucho tiempo, y poco importa ya: conocemos su siguiente paso, y debemos evitarlo; no podemos permitir que se haga con la ciudad.

—Nada realmente de utilidad, salvo que el halcón parece ser un... devoto, de las trampas mágicas— Raff estaba seguro de que se pasaría el resto de su vida apretando los dientes antes de abrir una puerta.

—¿Qué tan inminente parece el ataque? Por gracia de Jallarzi y Connery, aún deberíamos tener una veintena de días como miembros del Gremio de magos. Si no están en la Casa del Gremio para ayudar, quizás pudiera haber alguien dispuesto a compartir información sobre la situación, o a ayudarnos.

Raff estaba tratando de ensayar defensas rápidas para el templo, cuando reparó en un detalle que ignoraba.

—Pero igualmente nos falta saber algo importante ¿Qué son estos ataques "terroristas"? ¿Estamos hablando de matones con palos y espadas? ¿De monstruos aparecidos de la nada en medio de lugares concurridos? ¿De explosiones sorpresivas y sin explicación?

Eritai se ve claramente contrariada al oír que no pudisteis atrapar al Halcón en su guarida.

Sin duda, Raff - dice apenada -. Una más que probable matanza nos acecha. Ya que el Halcón es conocedora de que la estáis persiguiendo, no dudará en lanzar un ataque masivo en breve.

Desconozco si Connery y Jallarzi se encuentra aún en la ciudad. Ahora mismo sólo debo pensar en la defensa del Templo.

Eritai suspira profundamente.

Ojalá fuera tan sencillo, querido Raff. Durante vuestra ausencia el culto ha estado muy activo, actuando con sigilo o a espaldas de la guardia de la ciudad y de nuestras propias fuerzas del Templo. Muchos ciudadanos se han visto afectados mentalmente y después han sido asesinados. También se han producido incendios misteriosos, apariciones fantasmales, desapariciones de varios ciudadanos, extorsiones a comerciantes, amenazas y demás.

Todo comenzó como un leve rumor hasta que la alarma se generalizó en todos los ciudadanos, lo que a muchos les ha llevado al éxodo.

Ahora, con el Halcón aquí, sus objetivos seguro que se centrarán en los que la aprisionaron hace más de 60 años y, en consecuencia, su objetivo será este sagrado templo.

Eritai hace una pausa. Aunque apenada, sabe que debéis tomaros un respiro y que vuestro esfuerzo ha sido encomiable.

Ahora descansad al amparo de San Cuthbert. Precisaremos vuestra inestimable ayuda, pero os recomiendo que repongáis fuerzas y curéis vuestras heridas después de vuestro largo viaje.

El ataque podría suceder en cualquier momento y desearía que estuvierais descansados y listos para la batalla.