Partida Rol por web

Muchas gracias Touran. Responde Hank tras la imposición de manos a su compañero. Despues de que impusieran las manos a su compañera escucha como la posadera habla de cenar y parece abrirsele el apetito.

Tras los primeros cuidados Hank se reincorpora de la camilla donde estaba descansando aliviado por su recuperación y triste por la muerte de su compañero.

-Sí, parece que el ánimo de la gente de ciudad es muy voluble--afirma Amílcar sentándose un momento junto a Kolthar--Tan pronto se fijan todos en ti como se dan la vuelta para ignorarte por completo. En esta ocasión puede que hasta nos venga bien esa suerte. A ver si esta noche no se lía la tangana del otro día...

Las indiscretas tripas del arquero rugen con fuerza cuando se comienza a hablar de comida.

-El esfuerzo y la tensión deben haberme abierto el apetito como nunca.

Incómodo por el ruido de su estómago, el apacible nómada se levanta y se acerca a sus compañeros heridos para animarlos con una cálida sonrisa y un ligero apretón de manos. Finalmente, cuando ésta va a salir de la estancia, Amílcar se dirige a la amable posadera:

-Oiga, señora. Si es tan amable, le agradecería que informase al bardo de nuestro regreso. Estaremos esperándole aquí mismo para cuando pueda dedicarnos un minuto. Gracias.

Ante vuestros comentarios, la posadera no puede evitar sonreír: No os preocupéis por el Heraldo. Ha aprendido rápido.

Y antes de que podáis entender qué quiere decir, se marcha de la habitación.

En un rato tendréis la cena lista.

Aprovecháis para descansar hasta que uno de los mozos sube y os avisa de que ya podéis bajar.

Durante vuestra cena en una mesa situada cerca del fuego, escucháis las historias que cuenta el Heraldo. En ellas, los Caballeros de Neraka tienen un papel destacado. Entre otras cosas, relata cómo Lord Ariakan fundó la orden en imitación de los Caballeros de Solamnia, pero mejorando algunos aspectos, y también narra el papel destacado que la Orden tuvo durante la Guerra de Caos.

Tras la cena, os reunís con el Heraldo en una habitación de la planta superior.

¿Qué tal os fue? ¿Encontrasteis esa llave silvana? ¿Y vuestro amigo elfo?

El anciano parece ávido de respuestas.

No sabríamos qué decirle. Es posible que la hayamos encontrado pero no estamos seguros de que esto sea una llave.

Touran hace una señal a Amilcar para que abra la cajita.

Nuestro compañero murió mientras tratábamos de hacernos con la llave...

Asintiendo apesadumbrado por la muerte de Keygholad, Amílcar se adelanta y entrega la cajita de música al anciano después de abrir la tapa para ponerla en funcionamiento.

-Espero que esto sea la llave silvana, porque si no...

La mirada del Heraldo es triste cuando oye lo acaecido a Keygholad.

En verdad que esa noticia inunda de pesar mi corazón. Nunca pretendí al transmitiros mi sueño que eso sucediese. Pero todos sabemos que cada día mueren héroes. No lo olvidemos. Si después tenéis un rato, me gustaría que me contaseis vuestra visita a Pegrin. Me encargaré de componer un relato que inmortalice a vuestro compañeros... y a vosotros.

Cuando Amílcar muestra la caja al anciano y la abre, la música que ya conocéis suena de nuevo.

¡Gilean sea loado! ¿Puede ser...?

El Heraldo coge la caja y la contempla durante unos largos instantes.

¡La llave de Quinari!

Os mira como si debieseis comprender. Cuando se da cuenta de que el nombre no os es familiar, explica:

Esta caja de música es un objeto casi tan antiguo como el mundo. Fue creada en la Era de los Sueños y ha ido pasando en herencia a lo largo de la las mujeres de la casa real de Silvanesti. La última elfa que la poseyó fue ni más ni menos que Alhana Brisaestelar.

Tras unos instantes de pausa, prosigue:

Fue creada por el mismísimo Silvanos, el fundador de la antigua nación élfica, con el objeto de guardar algo importante. La leyenda dice que la llave de Quinari aparecerá en un momento de gran necesidad.

¿Pero es una llave o una caja de música?

Exclama el minotauro rascándose la testa.

De verdad que no lo entiendo, y ahora...¿hay que devolverla a los elfos?, por que supongo que la andarán buscando. Aunque ya le pienso decir a la tal Alhana que tenga más cuidado, por reencontrar la caja esta a muerto Keygholad.

Es una caja de música y la leyenda dice que se usa para guardar algo. ¿El qué? No lo sé. ¿Por qué recibe el nombre de "llave"? Tampoco. Es algo tan antiguo, que su signficado se ha perdido en el Río del Tiempo, responde el Heraldo con honestidad, más hablando para él mismo que para vosotros.

Tras unos segundos de reflexión, se dirige a Kolthar:

¿Devolverla a los elfos dices, hombre-toro? No creo que eso sea lo que se pretende. Mi sueño no me reveló para qué servía la llave, pero sí me dejó claro que estaba destinada a que la usaseis vosotros. Supongo que ahora comienza lo difícil: averiguar qué hacer con ella...