Año 0. Nacimiento de Tramórea.
El universo, tan grande, tan infinito. La oscuridad contenía materia, sin embargo, entre los recovecos, y en ciertos momentos se unían para generar distintos tipos de formas: Asteroides, estrellas, planetas...
Fue así como se generó aquel planeta, aún solo una forma esférica. Los seis dioses comunes se fijaron en sus elementos. Parecía una señal, puesto que era un lugar muy sensible a los elementos de las deidades. Buscaron la forma de acercarse mas, fisicamente, a tal mundo. Encontraron la forma adoptando sus formas elementales. Del mar y la luna se ocupaba la diosa de los glaciares, quien en conjunción con el dios de la fragua vaporizaron el hielo y lo convirtieron en aquello tan esencial para la vida. Al parecer, el glaciar creado de Shiva fue demasiado grande, por lo que aquel gran territorio quedó sin querer rodeado de agua, con amenaza incluso de que este se fragmentara y hundiera. Lyss creó los bosques entre territorios, para que la magia pudiera fluir en su interior, en un futuro próximo. Gaia, madre de la tierra, creó cordilleras como límites físicos, y facilitó la estabilidad de aquel mundo gracias a unir mas fuertemente el terreno al centro de la tierra, aun teniendo que fragmentar ella misma el gran continente en varios. Kero, dios del trueno, generó los cambios climáticos, y, en concreto, junto con el dios Karin, dió forma a las tormentas, formas que aportarían la salud necesaria a la vida en la tierra. Parecía estar todo dispuesto para el nacimiento de la vida en aquel lugar.
Entonces se vieron envueltos en una ardua decisión: Qué territorio quedarse. Las rencillas entre los dioses generaban oscuridad en sus cuerpos físicos, una oscuridad que debían eliminar de manera inminente... Así crearon a Tubilok, dios de la oscuridad, nacido de las rencillas entre dioses, que quedaron aliviados de aquel peso. Se dividieron el mundo: El dios de la forja, eligió los desiertos de arena al sur para sí, a los que denominó "Haidare", fuego eterno, en rúnico. La diosa de la naturaleza, eligió los caminos y recovecos, dejando libre a sus criaturas porque ese era su designio. El dios del trueno encaminó a los suyos hacia el norte, donde junto con el dios del viento, mas al este, se sentirían cómodos y seguirían creando tormentas. Finalmente, la diosa del hielo se quedó con la parte del extremo norte, un lugar glaciar, perfecto para sus obras de arte. Gaia se adentró en el territorio noroeste, un límite del mar de Keralinos.
Cuando todo parecía estar en concordancia, comenzó la creación de la criaturas. Primero, decidieron crear las criaturas míticas, representaciones de su poder en aquella tierra. Así crearon a los Djinn, representacion del dios del rayo y el viento. Crearon a los unicornios , representación de la naturaleza y la magia de Lyss, a los dragones, resultado de la combinación de Karin y Kahnor, y a los gigantes, representación de la diosa Shiva. Fué entonces cuando crearon a los humanos y los animales, seres imperfectos que podrían beber de la esencia de aquellas criaturas míticas y que los propios dioses mimaban dándoles diferencias entre ellos según el territorio. Los unicornios desarrollaron una sensibilidad por los seres humanos, a quienes entregaban parte de su miticidad para volverlos seres capaces de cambiar el mundo y mantener el legado de belleza que Lyss había dejado, con ayuda de la magia. Además, los guardianes de cada territorio defendían su lugar a sangre y fuego, aunque aún no existiera ningún peligro.
Perdieron entonces a Tubilok de vista. Creó su propia raza de humanos, homínidos de piel casi de carbon, escondidos al amparo de muchos dioses, y desde allí creó las criaturas que amenazarían con quebrantar la paz y la armonía. Él creó a los trasgos, a los orcos, a las sierpes y a las mas temibles criaturas. Ellos fueron los primeros en organizarse como una ciudad, y, años después, fueron los demás. Los dioses se dieron cuenta tarde de esto: Cuando comenzaron a masacrar a las criaturas creadas por ellos, las criaturas míticas designadas por estos abandonaron sus puestos y fueron a defender y combatir por la estabilidad del mundo. El propio dios oscuro desarrolló una serie de torres con símbolos rúnicos que aumentaban el poder de sus criaturas y de si mismo.
Aquella batalla duró cinco siglos, cinco siglos de lucha continua en la que las civilizaciones se desarrollaron, y los magos aprendieron a utilizar su poder, esta vez en defensa a los demás. Además, habían encontrado diferencias entre sí, debido al tipo de energía que el unicornio traía, puesto que estas criaturas habían pasado por manos de todos los dioses, reeditadas al observar como Tubilok gobernaba el mundo, para que pudieran transferir parte del poder divino de los mismos en defensa de ellos.
Así lo hicieron, y así consiguieron equilibrar las fuerzas. Pero aquel que nació de la oscuridad de los corazones divinos, no se dejó ganar con tanta facilidad. Fué entonces cuando utilizó todo su poder para crear la última de sus pesadillas: Las sombras. Seres inanimados, que no podían ser derrotados por simples humanos sin entrenamiento, puesto que habitaban en sus corazones y así se desarrollaban, creando un ejercito de tinieblas reales. Se necesitaba habilidad para acabar con ellos, y la inferioridad numérica era demasiado pronunciada.
Como respuesta, los seis dioses crearon una serie de armas legendarias: Espadas que contenían dentro de sí parte de su poder, controlando elementos en cierto modo, y apoyando más a los magos para sus conjuros, potenciandolos de manera impresionante solo estando al lado de ellas. Un dia, un herrero recibió un mensaje a través de un oráculo, un mensaje de los dioses quienes con voz clara expresaron su deseo de crear aquellas armas. Dryss, pues así se llamaba el herrero, creó tal y como habían dicho las voces etéreas, los contenedores de energía, y los enviados de los dioses a la tierra hicieron su parte: Un báculo se llenó del poder y la magia de un unicornio, dos espadas se crearon, una de fuego, con el poder de los dragones, y otra de hielo, con el poder de los glaciares. Las tres que quedaron no tenían forma definida, pero se adecuaban a los designios de sus amos para generar un cuerpo material que los satisfajera Las denominaron las 6 armas de Dryss, el enviado. Los que las empuñaron, se denominaban a si mismos Tahedoranes ,"Guardianes de la luz". Y aquellos que los siguieron, sus compañeros de batalla, los que se beneficiaban de su poder, se denominaban Guardianes.
La gran batalla se erigió en los rededores de la cordillera oeste de Ainar, pues hasta allí había llegado el dominio del dios oscuro, y allí vencieron a las criaturas del mismo. Allí pereció la oscuridad y prevaleció la luz. Aquella era había acabado, con mucha destrucción.
Era hora de reconstruir el mundo.
Las armas designadas desaparecieron a excepción de una, la espada del dios de la forja, quien prevaleció como símbolo de la victoria en aquella época, y que ahora prevalece en lugar seguro. Los tahedoranes, fervientes protectores de su mundo, llamaron a aquellos que iban portando la espada, "Zemalnit", aquel que posee a Zemal, pues aquel fue el nombre de tal filo. Hoy en dia, su llama no se ha apagado, despues de mas de 50 generaciones.
Año 1750 después de la creación. La tierra parece estar en paz, aunque aún quedan siervos de tubilok vivos, y su raza humana, los Ainari, campan libremente, redimidos por los dioses. El mundo es un lugar mas seguro, pero se ha creado la necesidad de acompañar a los Tahedoranes nuevamente en sus batallas, debido a que al parecer están siendo buscados por aquel maligno dios. Gracias a un mensaje en el oráculo de Rition norte, habían advertido de aquello, y ahora los Guardianes nuevamente tienen algo que hacer. No son siervos de los Tahedoranes, sin embargo, su deber es protegerlos. Nada mas.
El consejo de magos se hacía cada vez mas y mas fuerte. Ellos seguían investigando por su cuenta aquel mundo, sus criaturas míticas, y sus proporciones. Habían seguido desarrollando la magia para, en un futuro, no depender de deidades, poder protegerse a si mismo y a su pueblo. Asimismo, la ciudad de los magos por excelencia tenía sede en Rition norte, donde el oráculo reside. La escuela de aprendizes a Tahedoran, por el contrario, estaba en el sur.
Aún batallaban contra sus enemigos, sin embargo, para mantener viva aquella organización y no perecer con el tiempo.
No obstante, ultimamente aquellas batallas se hacían mas frecuentes. Además de esto, los magos habían organizado varias reuniones en las cuales se discutía la presencia de una energía que no era común a aquella tierra. Aún las torres negras existían, puesto que no pudieron destruirse, aunque estaban fuertemente vigiladas. Ahora estas palpitaban como si tuvieran vida propia, como si notaran la presencia de algo que conocieran. El ultimo Zemalnit había caido, después de que una representación del dios Tubilok amenazara con volver a comenzar aquella era, y ahora Zemal palpitaba de manera extraña también, como si se percatara de que se requería su presencia en algún lado. Próxima quedaba la batalla por Zemal, en Ritión sur, pero algo estaba a punto de cambiar...
Breve reseña de oficios:
-Tahedoranes. Los tahedoranes son los guerreros que portaron las armas legendarias y salvaron el mundo hace muchos años. Siguen preparándose para cualquier ataque y, por lo que parece, está próximo el mismo. Cuando son aprendizes, pasando la fiebre letal, un proceso de selección mediante el cual se les induce una fiebre que deben de aguantar y resistir, para poder dominar el Mirhatei, entrenan algo mas en la academia de Rition y pasado ese tiempo los envian a distintos lugares a defender y atacar posiciones. Con ellos entrenan los guardianes, aunque el entrenamiento de estos últimos se base mas en armas a distancia y armas cuerpo a cuerpo rápidas. Deben lealtad a su ciudad natal, sin embargo, desde que entran en la academia. Significa esto que los Tahedoranes defenderán su territorio natal ante cualquier cosa. Están obligados a acudir a las reuniones convocadas por el Zemalnit y los sabios. A medida que se sube en la escala de poder, las misiones se vuelven mas complicadas y enrevesadas. De resto, funcionan como cualquier organización común.
-Guardianes. Los guardianes son los acompañantes de los Tahedoranes, sus mas fieles amigos y compañeros. Luchan junto a ellos, advertidos de las presencias oscuras que vuelven a habitar en el mundo. No son menospreciados, puesto que son los mejores arqueros y asesinos de Tramórea. Reciben una instrucción parecida a la de los Tahedoranes, pero no tienen que sufrir la fiebre, pero sí acompañarlos en todo el proceso, cuidando de estos y tratando de que no muera por todos los medios posibles. Se basan en las armas a distancia y las armas a cuerpo rápidas y letales.
-Magos. Los magos son los portadores del poder divino de los dioses. Existen tanta variedad de tipos de magos como Dioses hay en el mundo, contando con el dios Tubilok, y con la generalidad (Luz). Su orden está pasando por un momento de brillantez bastante poderoso, y son solicitados en todo el mundo. Además, su expansión es limitada: Si no fuera así, el equilibrio se rompería. Ahora son destinados a proteger a los humanos normales, a dar su vida por estos, y defender la tierra en la que nacieron. Deben de acudir siempre a las reuniones de magos: Ese es su único requisito. En la orden, los líderes y sabios ocupan los puestos mas altos, y es una jerarquia que se basa en honores y acciones hasta el mas bajo, el aprendiz. Entre los rangos mas grandes está el de instructor de magia, ya que significaría el poder para hacer que otros absorvan de la mas sagrada de sus aptitudes: La sabiduría.