Te encuentras en el bar de la respetada familia Bochesse, tomándote un café con uno de los sicarios novatos del don, ya que no tienes a ningún compañero mas "respetable" y con más posición de lo que estás acostumbrado.
El chico es joven, tiene 19 años, es duro ver como gente tan joven puede perder tan pronto su vida por caprichos o negocios de un conjunto pequeño de personas. Pero el negocio lo exige y es indispensable.
Pues el otro día me encontré con Tony "dedos rápidos", y me contó que vió a dos policías registrar su edificio en busca de alcohol, me dijo que casi le pillan, menos mal que siempre deja los negocios en el armario de su atractiva vecina, se la llevaron a ella por contrabando. Me dijo que le remordía la conciencia, pero si el se vuelve incapacitado para realizar sus negocios se suicidaría antes de que lo hicieramos nosotros.
El chico estaba emocionadísimo hablando del tema, se vé que no habla con mucha gente del ámbito por su nueva incorporación.
Saco un pequeño puro de mi pitillera de plata, lo enciendo con calma y acompaño la primera calada de un trago de café. Después, con un gesto de satisfacción personal, dejo caer otro purito sobre la mesa.
Toma chico, pocas cosas saborearás en la vida como esta, importación cubana.
Vuelvo a hacer una pausa para saborear el cigarro con calma, no teniendo ninguna prisa en contestar, mostrándome levemente distante, a fin de cuentas, este chico será fácilmente manejable.
Mira, cuando el negocio es serio, antes de que creas estar incapacitado para el negocio estarás siendo pasto de los peces del lago Michigan, y tendrás sobre tus pies el peso de tu error. Concretamente en este tipo de negocios los errores pesan 20 kg de cemento procesado.
Miro fijamente a los ojos tratando de impresionar al chico en todos los sentidos. Todas mis palabras, gestos y detalles intentan hacerle ver la grandeza del negocio, el poder del lujo y del dinero, y también que yo no soy como su jefe... yo soy mas grande.
DJ, ¿en aquella época se movían drogas? ¿no era fundamentalmente contrabando de alcohol?
MASTER: Si, es cierto, nosé porqué he puesto drogas... Debo de estar mas loco que antes. xD Ya he cambiado el post.
Red coge el puro y se lo coloca en la boca, muerde la punta del extremo que tiene en la boca.- Ohh, ¡grácias! - El chico se rebusca en los bolsillos mientras atiende a tu conversación. Cuando terminas coloca las dos manos sobre la mesa y mirándote, como dudando, al final te hace un gesto con una mano cerrada moviendo el pulgar de arriba a abajo. - Señor Baretti, ¿tiene fuego por favor? - Dicho estoespera a que le acerques el encendedor.
Tendré cuidado si algo pasa... No quiero estar... "incapacitado". - Dice asustado, como si le pudiera pasar en pocos minutos.
Introduzco la mano en el bolsillo interior de mi americana, y saco el encendedor, también de plata. Lentamente, siendo calma más que parsimonia, dejo el mechero encima de la mesa que sólo se descubre cuando retiro mi mano.
Vamos chico, seguro que TÚ eres más inteligente que todo eso. Además me agrada tu compañía, puede que algún día me acompañes a un negocio... hago una breve pausa, como si estuviera pensando el termino, de verdad, fuera de este barrio. Hasta entonces abre bien los ojos y aprende lo que puedas.
LLegado este punto miro mi reloj como si estuviera impacientando, pero sin mostrar expresión alguna de ello. Apuro los ultimos tragos del café entre calada y calada.
¿Y bien? ¿Cuándo se supone que va venir a verme tu jefe? Entenderéis que mi tiempo vale mucho dinero.
El chico parece sonrojarse un poco ante tu aprecio hacia él, nunca hasta ahora nadie le había dado ánimos como para sentirse "uno más". - Pues se está retrasando señor baretti. Digo yo, que estará al caer...
Mi semblante se decepciona visiblemente y, entre dientes, se escapa una mueca de rabia. Parece que esta gente no sabe con quién está tratando, pero da igual, este tiempo que me conceden les saldrá caro. Ahora el chico está en posición de decirme todo lo que sabe, incluso cosas que ni siquiera, querría decirme.
Háblame de vosotros, ¿cuántos sois en la familia? ¿Qué tal es ese Carpintero?
El chico parece extrañado. - Señor, no es mi intención saber mas que usted, pero. - susurrandote - El carpintero es alguien al que no se le debe ver, estaba hablando de mi caporegime. - El chico vuelve a su postura anterior y mira haca atrás con la precaución de que no haya nadie detrás que le haya escuchado. - En cuanto a el número de familiares, nadie lo sabe con certeza. Es algo que no se debe saber, supongo, pero esto es solo mis suposiciones.
Jeh! que manera más elegante de decirme todo lo que sabe y, a la vez, no decirme nada. Este chico me gusta más por momentos... Sín embargo le creo, es uno de los peces más pequeños del estanque y estoy seguro que, si no habla, es por que no sabe nada más. Le dedico una sonrisa, para que se sienta agusto, que piense que me ha ayudado y luego me dirijo a el con un tono agradable y amable:
Anda chico, sal ahí fuera y mira a ver si ves a tu jefe. No quisiera empezar a cansarme de esperar, y estar de mal humor cuando venga por aquí.
No muestro enfado alguno, sólo amabilidad y sonrisa, pero entiendo que nada mas provechoso voy a sacar esperando en este modesto bar.
El teléfono de la barra sonó de improviso mientras Red te hablaba sobre la organización. El barman lo atendió como siempre. - ¿Diga? Si,... está aqui. - Mirando hacia tu mesa. - Si, está acompañado, ajá, bien... - Deja de escuchar por el audífono y hace un gesto, extendiéndo el teléfono hacia vosotros dos. - Red, es para tí, es Norman. - El chico se levantó y fué hacia el barman, y cogió el teléfono.
Red cogió el teléfono y antes de ponérselo en la oreja. - Gracias Luigi. ... ¿Diga? ... Sí. Si, está aqui señor. Le paso con él. - Red Te hace una seña para que te acerques. Te levantas y caminas hacia él.
Es mi jefe, quiere hablar contigo. - Te dá el teléfono.
Desde el otro lado de la línea oyes una voz de una mujer. - ¿Señor Baretti? ¿Es usted?
Primero me hacen esperar y ahora pretenden una reunión impersonal... ¿quién se creerá que es esta gente?
No visiblemente ilusionado me acerco al teléfono y, sin mayor afán, cogo el aparato de las manos del chaval.
El mismo y... ¿usted es?
¿Voz de mujer? ¿El famoso carpintero es una mujer? No puede ser...