Partida Rol por web

Tu prólogo.

13 de Enero de 1932.

Estás durmiendo tranquilamente cuando te despierta el despertador. Esla hora de levantarte para ir a currar a la fábrica. Te lavas y te vistes con tu atuendo tradicional de los talleres, desayunas lo poco que te queda, tendrías que ir hoy a comprar provisiones. Y ya estás preparado para ir a trabajar. Bajas a la calle y consigues encontrar un taxi que te lleve a la puerta de la fábrica 10 minutos antes de tu turno.

Así que te encuentras en las puertas de la fábrica donde trabajas y te dá tus fuentes de ingresos.

Al llegar te diriges a la zona de empleados, caminas por el gran parking donde los trabajadores con coche aparcan en dirección a la puerta de entrada a la fábrica de Ford. En una mirada distraida a los coches de tus compañeros puedes vislumbrar a un hombre vestido decentemente intentando abrir uno de los coches con un alambre. No conoces ni de vista a ese hombre.

Madre mía, casi llego tarde hoy! Y después de trabajar, me tendré que pasar por el tendero a comprar algo de comida, que vuelvo a estar sin nada. Como el jefe no nos suba el sueldo, nos tendremos que comer el papel de periódico. Ummmmmm..... ¿qué hace ese "estirado" allí? A ver, a ver, ... Pero si está forzando el coche de un compañero; debo ir con cuidado, a ver si me va a sacar una "pipa". Pero tampoco me puedo quedar con los brazos cruzados.

Pippo se acerca al lugar donde se encuentra el hombre bien vestido. Con amabilidad pero con una voz firme y sin demostrar miedo, le inquiere.

- Perdone, señor. ¿Puedo ayudarle en algo? ¿Se ha perdido?

La distancia que Pippo mantiene, es la prudencial por si el individuo hace ademán de sacar un arma.

El tipo da un saltito al escuchar tu voz, y se queda quieto. Pero algo le parece extraño. Gira la cabeza hacia ti, y al verte parece que se tranquiliza. Algo extraño le pasa y continúa robando el coche, haciendo caso omiso de tu presencia.

Mientras intenta robar un coche que posiblemente sepas mas que él, ya que te encargas de esos coches, el ladrón parece mirar hacia todos lasdos con preocupación.

¿Este majadero es tonto? ¿Acaso no me ha oído? Bueno, Pippo, se acabó la cortesía.

Pippo decide acercarse más al tipo, aún a riesgo de cualquier eventualidad.

- Señor, deje de forzar el coche. Esto es propiedad privada. - le advierte a modo de aviso.

¡Manténte alerta, Pippo! Aunque sea un ratero de tres al cuarto, puede ocasionarme problemas.

El hombre consigue abrir la puerta, se está metiendo en el coche, y se frena en seco, se empiezan a escuchar pasos y gritos de gente corriendo por una de las esquinas. - ¡¡DETENGAN AL LADRÓN!! - El hombre se termina de subir y, con la puerta abierta empieza a hacer un puente.

A Pippo ya no le cabe ninguna duda, si es que las tenía, de la condición del individuo. Recorta las distancias y se pone a la altura del "presunto" ladrón, con la intención de cogerle.

Este tipo no va a levantar ningún coche de aquí. No se va a salir con la suya!