Partida Rol por web

Puñal salió de su escondrijo aplaudiendo con socarronería, sonriendo como una alimaña:

- ¡Bravo Kressle! La verdad es que esperaba que te duraran menos esta panda de bufones, ¡estás perdiendo facultades! - dijo mientras le guiñaba un ojo confidente.

En ese momento Puñal sacó de su pechera el medallón de Lord Venado que poseía para dejar claro de qué lado estaba.

- Espero que te haya gustado como he dejado a tu merced a estos lacayos de los Señores de la Espada. Ja, ja, ja, se me parten los huevos de risa de cómo se tragaron todo lo que les dije: que erais gente razonable, y que si os daban un buen trato os rendiríais y dejaríais vuestras actividades y que largaríais el escondite de nuestro señor, Lord Venado, en cuanto escuchaseis el nombre de los Señores de la Espada - Puñal hizo una pausa para que todos rieran ante tal posibilidad.

- Pero, bueno, hablemos de negocios, que es para lo que he venido aquí. ¿Qué os parece si impedimos que se mueran desangrados esta panda de desarrapados y les encerrmaos en alguna picota? No me he pasado todo este tiempo fallando mis disparos y llevándoles hasta la boca del lobo para que ahora no me lleve una buena recompensa por tanto trabajo, ¿no creéis?. Llevemos a estos inútiles a Lord Venado y que él ejecute un castigo ejemplar sobre ellos, que los ahorque con sus tripas o qué sé yo, algo peor, que para eso nuestro jefe tiene creatividad de sobra, ¡y que los Señores de la Espada sepan quién es el verdadero señor de estas tierras...!

Puñal esperó las reacciones de los bandidos para después continuar.

- Por cierto, siento que tuviera que matar al vigía, pero la elfa estaba a mi lado y no podía mantener mi coartada si no le disparaba: y cuando quiero ser certero, ya sabéis que soy mortal. Siento que ella escapara, pero tampoco tiene un lugar donde huir: se refugiará en la fortaleza de Oleg o se marchará al interior de los bosques de donde jamás tendría que haber salido - por un momento Puñal pareció pensativo.

Finalmente, terminó:

- Ahora que lo pienso, con ese rufián muerto, y las bajas que has tenido te falta algo de personal aquí, así que ¿qué te parece si me uno a vuestro grupo y te digo donde tienen encerrado a Bydón? Sí, está vivo, y estos desgraciados le torturaron para que delatara vuestra guarida, pero él se mantuvo firme y no soltó prenda; al contrario que la puta alimaña de Paskal, que fue enseñarle el acero al rojo y empezar a llorar como una muñequita. ¡Alegraos, camaradas, porque mañana podremos dar su merecido a Oleg, rescatar a Bydón y colgar de los cojones a la rata de Paskal!

La mujer se acercó a Puñal dispuesta a arrancarle la cabeza con el hacha de mano, pero tras escuchar sus palabras con los ojos entrecerrados bajó el arma. La verdad es que lo que decía tenía todo el sentido del mundo, era la única explicación lógica a una aproximación tan rocambolesca por parte de aquellos tíos tan raros. -¿Dices que Bydon está vivo?- Musitó con interés y un leve tono de esperanza.- Entonces no perdamos tiempo en castigos ejemplares. Rematad a esos desgraciados, desvalijadlos y preparaos. Salimos mañana al amanecer. Y tú...-  Añadió dirigiéndose a Puñal.- Bien hecho.- Y a sus hombres.- No le perdais de vista.