Partida Rol por web

 Sareval corrió hasta el cubil de la bestia e introdujo el espadón por una de las grietas de la madriguera. Un ruido parecido a un siseo se dejó oir. Cuando sacó su espada, estaba manchada con un líquido denso y pegajoso.

- Arañas, os juro que odio a las arañas - gritó el bárbaro.

Sintiendo como el frío parecía abandonar su cuerpo en cierta medida, Gottfried tomó rápidamente la decisión de acudir junto a sus compañeros y auxiliarles con el poder de su diosa. Se situó junto al bárbaro Sareval, envainó su cimitarra y suplicando a la diosa para que le concediera su bendición, transmitió el poder de su conexión con la diosa al mandoble de su compañero.

Neaniver se coloco espalda contra espalda con Sandael. Le parecia bastante raro que una sola araña hubiera causado todo esto, asi que se preparo por lo que pudiera pasar diciendo

- Atost - y un fulgor brillante recorrio su cuerpo mientras su mano se cerraba sobre la espada esperando algun ataque.

La araña había acusao el tajo de Sareval y no pareció hacerle mucha gracia. Desde el fondo de su madriguera volvió a asomar la cabeza y hundir sus mandíbulas en la pantorrilla del bárbaro, ahora con más desesperación que amenaza.

Puñal salió de su escondrijo para disparar una flecha a aquella criatura pero en el fragor del combate apenas podía distinguir a la bestia entre las estocadas de sus compañeros...

- ¡Puta alimaña! - gritó, enfadado el enano - ¡Sal de una jodida vez, cabrona!
Sí, de nuevo su hacha se había encontrado con la trampilla del bicho...

 La flecha de Sandael volvió a perderse por encima de la madriguera. -Maldita sea, sacarla de ahí, ¿alguien tiene fuego?, a lo mejor con él podemos obligarla a salir.

 - Es una perra escurridiza - grito Sareval tras fallar el ataque como sus compañeros.

Gottfried sacó un puñado de monedas de plata de su bolsa, musitó una plegaria a la diosa para que les guiara con su luz, y las arrojó contra la guarida de la bestia, esperando que la nueva luz la obligara a salir de su madriguera o al menos la asustara lo suficiente.

Despues de comprobar con cierta desconfianza, que no habia mas arañas cerca, Neaniver abandono la espalda de Sareval y agito su mano izquierda en el aire, mientras alrededor de ella se creaba una nube negra que se disipo casi al instante...

- Loomi - el hechicero pronuncio la palabra en el ignoto idioma de la magia....

La luz de Gotfried no parecía ser un incentivo suficiente para sacar a la araña de su madriguera, y eEl conjuro de Neaniver no tuvo efecto alguno en el inmenso insecto que, acorralado, intentaba librarse de aquellos intrusos a dentelladas. El escudo de Gongaldur detuvo un violento embite que dejó el metal goteando de su temible veneno.