Partida Rol por web

El explorador elfo, encabezó la marcha de vuelta al Refugio Invernal. Sin duda era un tipo solitario, y se había acostumbrado a ir unos pasos por delante del grupo siempre, mientras rastreaba posibles animales salvajes o cualquier encuentro no deseado. A parte es el que tenía mejor orientación y sin duda os fiabais de su buen juicio, a la hora de deambular por bosques y montañas desconocidas.

La llegada del invierno se anunciaba con solo mirar al horizonte, donde se podían observar las montañas cubiertas de una capa de nieve, así como los bosques tintados de blanco. Cada día que pasaba las temperaturas bajaban unos grados y según las predicciones de Liham, en una semana o dos empezaría el invierno, las nevadas y el mal tiempo en general.

Os encaminasteis nuevamente hacía el punto de partida de estos días: Refugio Invernal, pero esta vez todos estabais mas animados pues volvíais tras haber realizado la misión que os había encargado el alcalde del pueblo, y habíais liberado la zona de esa plaga kóbold. Era posible que volvieran a establecerse, pero al menos tendrían una temporada tranquila, gracias a vosotros.

Al cabo de unas horas, volvisteis a encontraros delante de aquellas fortificaciones de madera, en forma de muro que defendían la aldea. Esta vez los guardias os saludaron al reconoceros y se apresuraron a abrir los porticones.

 -Estupenda bienvenida. Me alegro de veros. -saludó a los guardias como si los conociera de toda la vida.

Lord Padraig, ahora ataviado con unas buenas pieles y escoltado por dos guardias, se acercó a la puerta, de la que cruzabais el umbral de la aldea.

- Vaya, veo que habéis vuelto.. - iba añadir algo mas, pero se calló.

- ¿Y bien? - preguntó - ¿Cómo ha ido vuestra aventura?

 -No todo lo bien que debería. Hemos perdido a un compañero en el intento, Señor. -la cara del mago se llenó de sombras, las mismas que está acostumbrado a utilizar en batalla.

Pero al menos su muerte no ha sido en vano. -interrumpe- También hemos traído buenas noticias.

Torinn levanta la mano y señala a una de las bolsas que llevaba colgado el explorador.

La mirada del paladin permanecio seria a las palabras del alcalde y de adenath. La perdida de su compañero no seria algo facil de olvidar para el.

Lord Padraig, sin perder su compostura, observó la cabeza que le estaban mostrando. No pudo evitar una mueca de disgusto y asco al ver aquella cabeza separada de su cuerpo. Cuando estaba apunto de retirar su mirada, vio algo que le hizo mantenerla. Señaló a algo que había en la frente de esa cabeza.

- Ese tatuaje! - dijo señalando un tatuaje de un carnero de color negro en la frente - Es del cabecilla de esos kóbold.. un tal 'Diente de Hierro'.. ¿verdad?

Aunque la pregunta era hacia vosotros, uno de sus guardias se adelantó.

- Señor! Sin duda lo puedo confirmar. - explicó uno de los guardias de la milicia. - Una vez patrullamos la zona y lo pudimos ver dando ordenes a esos pequeños reptiles. Recuerdo perfectamente ese tatuaje.

Lord Padraig asiente al soldado que había hablado y luego volvió a mirar al grupo de aventureros.

- Vaya pues! Muchas gracias por todo! - exclamó sonriente y tendió su mano para que se la estrechara el guerrero dracónido que parecía liderar el grupo a su parecer.

- Puedo decir que en nombre de Refugio Invernal, os estamos muy agradecidos por todo.

Ahora se empezaron a congregar algunos aldeanos de aquí y de allá, atraídos por la exclamación de su alcalde y por la llegada de los aventureros. Al oír que la amenaza kóbold había caído algunos lanzaron tímidos vítores y otros hasta aplaudieron. Sin duda los granjeros de la zona se habían liberado de una buena carga.

- Y.. aunque sé que no es mucho, pagaré lo acordado con vosotros. 100 monedas de oro, aunque seguro que habréis encontrado algo de valor entre esas alimañas.

 -Permítame que insista, mi Lord. Nada que hayamos encontrado en esa nauseabunda cueva puede pagar la pérdida de nuestro compañero. -después se giró hacia la muchedumbre que se estaba congregando y les gritó- ¡Deben saber que si ahora son libres de la amenaza Kobold es gracias al sacrificio de Vered Darelt! ¡No se olviden nunca de ese nombre!

El chamán siguió al igual que el resto del grupo el ritmo marcado por el explorador de camino al Refugio Invernal. La marcha se hizo en silencio, posiblemente todos tenían que reflexionar acerca de los acontecimientos ocurridos, así que él no quiso ser la nota discordante y también se mantuvo callado durante el trayecto.

Cuando llegaron al asentamiento, lo miró con detenimiento. Él había pasado toda su vida en un poblado nómada, así que aquellas construcciones le intrigaban. Por tanto, dado que parecía existir buen entendimiento entre los habitantes de aquél sitio y sus nuevos y por qué no decirlo, primeros, compañeros de viaje, se limitó a observar con atención y asombro a su alrededor.

Por desgracia para él, fueron detenidos apenas pasado el umbral de la empalizada que rodeaba el asentamiento. Estaba tan absorto con lo que veía, que apenas se fijó en lo que se decía y mucho menos se atrevió a participar, por lo menos al principio. Luego cuando vio que aquello se alargaba, decidió prestar atención a su interlocutor. Por su porte y ropas parecía que debía ser alguien importante, tenía el aspecto de un jefe guerrero y supuso que quizá estuviera al mando.

La conversación prosiguió y Torinn mostró la cabeza del caudillo ajusticiado y fue la llamada de atención de aquél jefe la que hizo que Angakok, prestara atención a algo que había pasado por alto, el tatuaje del cabecilla Kobold. No se había encarado a él y mientras Torinn cercenaba la cabeza había estado atendiendo a los heridos. Pero ahora que lo veía, por alguna extraña razón, aquel detalle le pareció importante, quizá fuera conveniente preguntar más tarde a los espíritus acerca de aquél símbolo. Pudiera ser que hubieran pasado algo por alto y aquello tuviera alguna implicación mayor, ya que, ahora que lo pensaba, no era normal que miembros de una raza aceptaran ser comandados por alguien de otra.

No obstante, no dijo nada, ni siquiera cuando Adenath, clamó el nombre de Vered, a la multitud que por momentos se congregaba a su alrededor.

- Tranquilo, no olvidaremos el nombre de vuestro compañero, que se sacrificó para el bienestar de unas gentes que apenas conocía. - al decir esas palabras disminuyeron los vitoreo y los aplausos, y la gente pareció comprender el dolor de la perdida, y asintieron antes las palabras de su líder.

Poco a poco iba anocheciendo. Un retumbante rumor llegaba desde detrás de la montaña, amenazando con una buena tormenta esa noche. La gente al oír el primer trueno se apresuró a terminar sus tareas y dejarlo todo recogido para cuando estallara la lluvia.

El mismo Lord Padraig alzó la vista al cielo. 

- Vaya, parece que la noche va a llorar por la perdida de vuestro amigo, será mejor que terminé un par de asuntos. Supongo que esta noche os alojaréis en la posada Wrafton - dijo y luego añadió - Os haré llevar el dinero prometido en unos momentos.

Dicho esto se encaminó hacia otro lado.

- Deberíais descansar, os lo merecéis.

1. Puerta exterior y las murallas
2. La Posada Wrafton
3. La Plaza del Mercado
4. Los Establos
5. La Herrería
6. La Torre de Valthrun
7. La Gran Tienda de Bairwin
8. El Gremio de Combatientes
9. Viviendas
10. El templo
11. La puerta interior
12. Almacén del pueblo
13. Cuartel
14. La casa solariega

**Saber religión**

Al cortarla la cabeza a Diente de Hierro y caersele su casco, recuerdas el tatuaje que tenía con un carnero perfilado en tinta negra. Después de rememorar algunas de tus enseñanzas sobre dioses, recuerdas que alguien te habló como un símbolo muy parecido a ese.

Crees que es uno de los demonios de las cohortes del oscuro dios llamado Orcus. Un príncipe demoníaco que aspiró a ser un dios menor. Se conocieron antaño algunas sectas que habían operado en su nombre pero hace ya tiempo que no se conoce la existencia de su culto.

Neel agarcede las el respeto mostrado por lo precentes al mencionar lo ocurrido a su compañero. Cuando la gente comienza a retirarse, el paladin comenta sus compañeros "camaradas, seria bueno que llevemos a adaptar esta armadura con el herrero, me da igual quien la use, pero creo q esta claro q los mas indicados serian torinn o yo, y como yo uso escudo creo q lo mejor seria q la use torinn. En cuanto a mi ire al templo a mostrar mis debidos respetos y a orar por el alma de los caidos. No me esperen esta noche, seguramente estare meditando. Ahora, q si me necesitan para algo importante ya saben donde estoy."

Angakok escuchó a lo lejos el amenazante sonido del trueno. Dirigió una mirada al cielo y rápidamente calculó la intensidad de la tormenta que se avecinaba y lo que faltaba para que las primeras gotas de lluvia empezaran a caer en el poblado. - Yo no tengo inconveniente en acompañar a quien sea a la herrería. Tengo que reconocer que todo esto me intriga y antes de que descarguen aquellas nubes, me gustaría ver todo cuanto fuera posible.- dijo tras escuchar las palabras de Neel.

La verdad es que a él aquella cota de malla ni le iba ni le venía, para él su recompensa era el trabajo bien hecho, y en esta ocasión todavía estaba apesadumbrado por ver morir a un hombre joven, en plenitud de sus facultades, delante de él.

 -Mm... Una torre... Casi puedo oler a pergamino. Me gustaría acercarme a ver de qué se trata esa torre. ¿Hay alguien que quiera acompañar a este desamparado y endeble siervo de lo arcano? -el tono irónico del joven mago era patente.

- Como he dicho, a mi me apetece explorar este asentamiento, así que lo que podemos hacer es ir primero a la herrería para dejar ahí encargado los arreglos para la cota de maya que hemos encontrado y de ahi podemos dirigirnos a la torre que está justo enfrente. -

Liham musitó. - Yo voy a ausentarme hasta mañana, quiero dar una vuelta por las afueras.. - señaló su lobo - No puede acostumbrarse a vivir entre personas o no crecerá con todos sus instintos.

Se encaminó hacía la puerta, y antes de alejarse demasiado añadió: 

- Mañana, en el alba, nos veremos en la posada - dijo y despareció de vuestra vista.