Partida Rol por web

La herrería es una simple caseta que hay cerca de la entrada del pueblo. No dudáis ni un momento que estáis en el sitio adecuado pues a medida que os acercáis los martillazos se hacen cada ves mas audibles. Cuando estáis en la puerta, podéis ver como hay varias herramientas colgadas y un yunke en el exterior, aunque el sonido ahora viene de dentro. Una oleada de calor os invade cuando cruzáis el umbral de ese pequeño comercio.

Un enano golpeaba con potencia lo que parecía ser una hoja de una espada contra un yunque. El material, seguramente hierro o acero estaba al rojo vivo pues era la mejor manera de darle la forma deseada. Hasta que no acabó de golpear con el martillo, aquel enano no parecía darse cuenta de que habían llegado tres nuevos clientes, o al menos no daba signos de ellos.

Cuando hubo acabado, con unas tenazas, cogió el filo que estaba trabajando y lo sumergió en un cubo lleno de agua, generando una gran nube de vapor.

Thair, que era como todo el mundo se había referido al herrero del pueblo al preguntar, era un enano musculado, con una larga barba rojiza. Por su brazos corrían gotas de sudor mezcladas con hollín, sin duda después de un largo día de trabajo.

- Bienvenidos a la tienda de Thairr Golpeadorr - exclamó al reparar en vuestra presencia. Su acento era marcado y arrastraba las erres como muchos de su raza.

Saludos, herrero. Buen trabajo el vuestro, los martillazos se escuchan desde varios metros atrás.

Una vez dentro de la herrería, deja apoyada su hacha en la pared, al lado de la puerta. Podía percibir que el enano se había fijado en la cota de malla al entrar.

Os traemos un pequeño encargo. -dice dejando la armadura en una de las mesas de madera de la herrería- Encontramos esta cota de malla y creemos que necesita unos ajustes, ¿podréis hacerlo?

El enano tomó aquella armadura y la examinó a consciencia. Parecía maravillado mientras observaba los detalles de las junturas y otros pequeños detalles de esa cota.

- Vaya esta arrmadura es prreciosa, es de factura enana, no podía serr de otrra manerra. - dijo levantándola para contemplarla mejor. En ese momento cayó como de un pliegue de la armadura un pergamino enrollado. El enano herrero no pareció haberlo visto y siguió hablando.

- No hay que serr un experrto, para verr que es mágica. Aún así podrre hacerr unos rretoques parra que un patas larrgas pueda llevarrla. - acabó diciendo y luego os miró a los tres.

- Supongo que corre cierrta prrisa, así que tendrre que trrabajarr toda la noche. Os cobrrarre 50 monedas por este trrabajo. Tendree que usarr mis mejorres materriales. - acabó comentando mientras ponía la armadura encima de una mesa de trabajo, para ponerse a trabajar cuanto antes.

Angakok que había observado como se deslizaba el pergamino al suelo, y temeroso de que alguna chispa pudiera caerle encima y arruinarlo, se adelantó y se agachó para recogerlo. Luego volvió a donde estaba para abrirlo haciendo indicaciones a Adenath para que se acercara a leerle con él.

- Pues nada Torinn, si te parece que el precio está bien, pregunta cuanto tiempo tardará en tenerla lista y paga. - Una vez dicho esto abrió el pergamino.

Agarras rápidamente el pergamino para evitar que se queme en ese ambiente "fogoso". Es extraño, seguramente se habría colado en uno de los pliegues al abrir ese cofre de ese cabecilla "Diente de Hierro", pero no teníais ni idea que podía ser. Lo ponéis encima de una mesa de madera que hay algo alejada de la forja y os miráis entre vosotros para confirmar que no sabéis de donde ha salido.

(clicad en el pergamino para abrirlo)

Angakok cerró de nuevo el pergamino tras leerlo y dijo - Luego hablaremos sobre esto. Ahora vayamos a visitar esa torre, Adenath. - Dicho eso, se guardó el pergamino y se dirigió hacia su próximo destino. Al salir se fijó en si había alguien en el exterior prestandoles especial atención.

 -No me gusta nada esto de "la grieta".

Adenath parecía ofuscado por el calor y los olores de la herrería, tan diferentes de las bibliotecas a las que estaba acostumbrado.