Partida Rol por web

Los competidores avanzaban imbatibles, sin asomo de cansancio por las condiciones del desierto. Iban tan sobrados que no dejaban obstáculo en pie a su paso, acabando con enemigos, plantas y monumentos nacionales. Sin embargo, no todos aguantaron el ritmo trepidante de la competición, viéndose obligados a abandonar antes de tiempo. El mago de las barbas, cuya presencia había sido cuestionada por los organizadores al no llevar vehículo de tracción motora, se salió del circuito para meterse en un bar, mandando fama, fortuna, y premios de increíble valor al garete. Por otro lado, la competidora rubia conocida como Alana, una interesante y misteriosa figura que no había soltado prenda en toda la carrera, se quedó a hacer compañía a los Moradores de las Arenas restantes. Lo que ocurre en el desierto se queda en el desierto, y solo podemos intuir la clase de gustos que tendrán esos moradores con ropas bondage.

Aparte de los abandonos, los que permanecían en la carrera tampoco habían salido de rositas. J.R, también conocido como Joe Reed (Quizás quisiste decir: Lou Reed), se vio herido de gravedad por el bofetón que había recibido. Y no físicamente herido, si no herido en su orgullo, lo cual es si cabe peor para un roquero. En otro punto, la estatua de Cera de Fernando Alonso poseída recibió una lluvia de cactus, que habían sido arramblados por el tractor de Lester. 

En tal estado, el pelotón avanzó por Colorado, lo más probable que realizando adelantamientos peligrosos, excediendo límites de velocidad, y siendo perseguidos por patrullas de policía. Pero como ya hemos usado el Gran Cañón, y el Estado tiene pocas cosas más de interés, omitiremos esas desventuras de los participantes. Al menos hasta que cruzaron la frontera, llegando a un lugar más allá del arco iris: Kansas.

Las carreteras de campo parecían despejadas de vehículos, con un cielo gris arremolinado que quitaba las ganas a los conductores del lugar de salir a dar paseos en coche. Esto les dejaba a nuestros competidores un terreno limpio en el que correr, si obviamos esporádicas vacas, estanques, o vallas, que podían ser fácilmente evitados. Fácilmente de no ser por el tiempo.

Quizá lo despejado de las vías tuviera que ver con el aviso de tornado en todo el Estado, que había alertado a los habitantes a guarecerse en sus sótanos y refugios más cercanos, y no salir hasta que pasara el temporal. Pero ni viento, ni lluvia, ni ocasionales remolinos destructores achantaron a nuestros participantes, que aceleraron ante las desavenencias climatológicas y se prepararon a cruzar el tramo de pista peligroso.

La Gran Carrera sigue su curso, y para Rayo, el rodaje sigue siendo una tortura. 

—¿Para qué tenemos los dichosos camerinos si no vamos a descansar nunca, eh? ¡Así no puedo trabajar! —comenta la gran estrella, exhausta, sin saber que en esa carrera no había camerinos ni nada relacionado con el cine. 

El nuevo escenario era el estado de Kansas, un estado que se caracterizaba por... por... por lo que fuese. A Rayo McQueen no le importaba, pues si algo tenía que decir sobre ese sitio ya se lo indicaría el guión.

—¡El poder de la amistad siempre nos sacará de cualquier aprieto! ¡Yuju! —dice con su voz apitufada con la que se ha ganado el corazón de millones de niños. Mientras se dedica a decir estupideces, una violenta ventolera empieza a soplar fuertemente, zarandeando al coche que conduce sin conductor de un lado a otro de la carretera.

—¡Eh! ¡Los de Efectos Especiales! ¡Os estáis pasando con la máquina de aire para mover el pelo! Eso queda muy bien para dar epicidad a las escenas en las que el protagonista deja su melenaza al viento, pero por si no os habéis fijado ¡YO NO TENGO PELO! ¡Soy un coche, maldita sea! —se queja, indignado. De pronto, el viento empieza a colarse por debajo de su chasis y poco a poco va elevando a Rayo, haciendo que flote en círculos por el efecto del tornado— ¡Oigan! ¡Con cuidado! ¿Dónde llantas está mi doble? ¡¡DOBLE!! ¡¡DOBLE!! ¡Esta escena es para ti, maldición!

Rayo McQueen se sigue elevando, y elevando, y elevando... hasta que es succionado por el ojo del huracán. Desde allí dentro, empieza a caer en picado por el cilindro que forma el interior del tornado:

—¡¡BÁJENME!! ¡¡BÁJENME!! ¡¡NO ESTOY DISPUESTO A VOLAR!! ¡¡EN MI CONTRATO NO DICE QUE TAMBIÉN TENGA QUE RODAR "AVIONES"!! ¡¡ME NIEGOOOO!! —grita furioso el actor de Pixar. Nadie parece hacerle caso, así que, viendo que se va a estrellar en picado contra el suelo como si fuese un Dusty Crophopper cualquiera, cierra los ojos con fuerza (con la justa para no resquebrajar su luna delantera, que valen caras) y trata de calmarse gracias a la meditación:

Necesito serenarme, respira, respira, Rayo, ¿qué haría la Abuela Sauce en tu lugar? AY, NO SÉ, LA ABUELA SAUCE ES DEMASIADO SABIA PARA METERSE EN ESTE TIPO DE RODAJES SIN SENTIDO. Maldito director, en cuanto salga de esta le voy a meter un puro por incumplimiento de contrato que se va a enterar, qué cabreo tengo. Pero no debo pensar en ello, tengo que tranquilizarme: ooohmmm... Abuela Sauce es mi guía... y uniremos nuestra vooooz con las montaaaañaaaaas... y colores en el viento descubriiiiiiiir... 

No se sabe qué colores tendría el viento del tornado donde estaba el famoso coche rojo, pero siguiendo las leyes de la física con un rigor exacto, el vórtice doctorwhoviano hace contacto con la chapa metálica del vehículo y forma unos rayos (pero no McQueens) que empiezan a salir despedidos hacia el exterior. Uno de ellos impacta en una casa arrancada que gira al ritmo del vendaval, rompiendo una ventana del piso superior que aún quedaba intacta. Ahora puede girar como un verdadero decorado de película de tornados: arrancada de sus cimientos, con todas las ventanas rotas y casi en perfecto estado.

El recorrido del circuito por el Estado del Girasol, donde la Amaleen había estado una vez de excursión en un viaje escolar, se unió con que la cinta de cassette (cara A) empezó a reproducir una balada que a la gente le daba por relacionar con Kansas (Lester no sabía por qué), y dejaron al redneck un poco sentimental.

- ¡Ay, Amaleen! ¿Ónde andarás? ¿Poh qué te fuiste a tonteah con tu hermanastro-sobrino Otis Jefferson y su imponente cultivo de pimientoh? ¡Yo y mi maizal éramoh mejor que eso, antes de que los federaleh me lo confiscaran! -dijo Lester con los ojos brillantes por la tristeza, mientras conducía en un bucle de adelantamientos con el alienígena del planeta de los V de la Estrella Sirio.

Mientras pensaba en su amor despechado con la Amaleen al ritmo del "Dust in the Wind", no sé dio cuenta que el "polvo en el viento" había formado un tornado de dimensiones épicas hasta que casi lo tenía encima, llevándose todo a su paso. El fenómeno meteorológico succionó hasta al coche rojo que conducía sin conductor y que no paraba de quejarse. 

- ¡La madre del cordeoh! ¿De dónde ha salido ehte bicho? Menoh mal que soy campeón de Tractor Rodeo del poblao de McKenzie: ¡¡A MÍ NO SE ME EHCAPA EHTE TERNERO!!

Enfundándose en una camiseta preparada para la ocasión

[Por detrás decía: "Yo vencí al Tractor-Rodeo de McKenzie, Alabama™ y sólo conseguí esta estúpida camiseta"]

y cambiando la canción de su cinta de cassette (cara A) por otra más alegre 

Lester pulsó un botón del interior de su vehículo y empezó a elevarse con su tractor hasta la cima del tornado, tratando de domarlo como si de un toro salvaje se tratase.

*Dramatización *

- ¡¡¡YIIIIIIJAAAAAHHH!!! -gritó el paleto, descontrolado. Lo que en realidad estaba descontrolado era el Ordenador KITT.9000, que tras su depresión con los cactus de la anterior etapa estaba un poco paranoico, creyó que estaban bajo ataque militar y empezó a disparar a diestro y siniestro con la metralleta del techo del tractor.

- ¡Michael! ¡Dave! digo... ¡Alfa a Charlie! ¿Me recibe? ¡Código rojo! ¡REPITO, CÓDIGO ROJO! ¡Nos atacan con... ¿pirañas?! -un grupo de pirañas de un estanque cercano (cuyo bote también andaba por ahí volando) daban vueltas al ritmo del tornado- ¡NECESITAMOS REFUERZOS, CAMBIO! Nos enfrentamos a nuestro peor enemigo: no es un Sharknado... ni una Pirañaconda... ¡¡es un PIRAÑADO!!

Los tiros dieron en el blanco a todas las pirañas, incluso a algunas que en realidad no eran pirañas, sino un grupo de plancton que se había unido para tener forma de piraña y camuflarse con sus ídolos carnívoros.

Prost detiene su monoplaza en el límite exacto de la frontera, en un grácil derrape que lo deja aparcado paralelamente a la misma. Atrás queda Arizona, con su tierra rojiza, su Gran Cañón derrumbándose y lo que sea que haya allí. Delante, Arkansas, con su tierra negruzca, su tornado y lo que sea que haya allá. Hay que reconocer que los yanquis son organizados a la hora de repartir tópicos en su terruño.

- Bien, analicemos el siguiente tramo – dice Alain, saliendo del monoplaza, quitándose el casco y sacándose la chorra para soltar tremenda meada contra el viento huracanado, que rocía del dorado icor a todo su equipo de mecánicos portátil, entregado en esos instantes a la labor de darle brillo al asiento del Campeón.

La fría y calculadora mirada del Francés recorre la sinousa silueta del tornado. Analiza contornos, velocidad del viento, rebufo y capacidad de succión. Su prodigioso cerebro compara los datos con los de los circuitos que el Profesor conoce a la perfección.

Sólo hay una coincidencia posible, y, por qué no decirlo, obvia.

- Gran Premio de Mónaco – espeta con sequedad, de modo y manera que un salivazo sale disparado y retorna (por el viento huracanado yatusabeh) hasta impactar en pleno ojo del jefe de abrillantado de tapacubos, Greguar.

Alain Prost saca su movil, y hace una llamada mientras su equipo le sirve un cubata doble.

- ¿James? Si, lo que sea, vente, que tengo algo chulo para tu pirulo.

Instantes después, una desvencijada camioneta volkswagen cruza el páramo hasta aparcar, con idéntico derrape, al lado del monoplaza. De ella, sale una figura ataviada con una gorra.

- Hostia puta, Niki ¿que mierdas haces tú aquí?
- Te lo he intentado decir antes de que me colgaras – contesta Lauda con cara de haber pasado por la parrilla (y no la de salida) - James Hunt lleva varios años muerto.
- Ah, claro, las drogas y el fornicio desenfrenado... ¿y por que pollas tienes tu su teléfono?
- Err... ¿te acuerdas de la peli esa que hicieron de nosotros? - Niki Lauda se pasa la mano por la nuca, algo avergonzado – pues es que para intentar pillar algo de los royaltis me dijeron que tenía que demostrar que convivía con el putero de Hunt un año entero... así que llevo dos meses con su ataúd en la furgo.
- Claro, Niki, lo que sea, muy interesante, seguro - dice Alain pasando del culo quemado de su interlocutor como quien pasa una oreja de cerdo por la plancha - ¿entonces lo tienes aquí dentro?

Sin esperar respuesta, Prost saca el ataud de James Hunt de la volskwagen, y golpea tres veces la tapadera, como quien llama a la puerta.

- ¿James? - pregunta delicadamente Alain.
- Veste al peo – replica el cadáver de Hunt.
- Hey, James, hay putas – informa Prost con media sonrisa.
- ¿Putas? - inquiere Hunt "The Shunt" con tono de urgencia.
- Putas Voladoras, James, Putas Voladoras – afirma El Profesor.

La tapadera se abre violentamente, y surge del interior James Hunt en perfectas condiciones, pelazo rubio setentero oscilando al viento, pantalones de campana, cigarro recién encendido en la comisura de los labios, y camiseta con el texto "Hey baby, I'm James Hunt, Let's fuck!".

El piloto redivivo lanza una ojeada al tornado, hasta detectar a sus objetivos. Luego, se percata de la presencia de Niki Lauda en el bollo este.

- Nik, repartamos como en los viejos tiempos: la vieja pa ti, el bomboncito para mi.
- Hombre...
- Esa es la actitud, Nik, esa es la actitud.

Prost apura su cubata mientras observa a la pareja de faquers avanzar hacia el tornado, tirando despreocupadamente el vaso una vez su contenido ha desaparecido. Éste (el vaso) termina impactando en el cráneo de Greguar, provocándole un traumatismo encefálico de esos que le hace creer que es un PNJ con texto en lugar de un PNJ de relleno.

- Oiga Jefe, me preguntaba una cosa... ¿Que mierdas tiene que ver el Gran Premio de Mónaco con esos dos y un tornado?
- Muy sencillo, Greguar – dice Alain mientras apoya su pie sobre la cabeza del preguntón, apoyando los codos en su rodilla y mirando al infinito – el Gran Premio de Mónaco siempre han sido Carolina y Estefanía.
- ... entonces lo del rebufo y la succión...
- Metáforas, Greguar, metáforas.
- Un poco bastas, ¿no?
- Como condones de esparto, Greguar, como condones de esparto.

Tras explicar el chiste, Alain se pone el casco y vuelve al monoplaza. Arranca presto, volviendo a la carrera con la dignidad de alguien de su Clase, esto es, sacando un dedo a todos sus contrincantes, mientras en el cielo, girando por los vientos huracanados (¿tornadeados?), James Hunt y Nikki Lauda están montando una vacanal con la mujer de la bicicleta, la anciana de la mecedora y tres vacas. Por eso vacanal, y no bacanal.

Atrás, muy atrás, se vé la figura cada vez más pequeña de Greguar, y en su rostro se intuye el desasosiego provocado por la duda.

La duda de no entender la necesidad de hacer un chiste tan malo como el de la vacanal.

La de en qué universo se puede considerar que James Hunt y Nikki Lauda follando en el aire equivalen a cinco obstáculos menos.

La de porqué el hijoputa de Prost le ha dejado tirado en medio del desierto, completamente sólo.

Entonces le cae una vaca en la cabeza, acabando con tanta duda y tanta hostia.

- Nik, repartamos como en los viejos tiempos: la vieja pa ti, el bomboncito para mi.
- Hombre...
- Esa es la actitud, Nik, esa es la actitud.

Los coches pasan a toda velocidad junto a una pequeña casita de madera que tiembla ligeramente con cada bólido. Aparcado junto a ella, inadvertido y todavía sucio por el polvo del desierto está el Ciclón.

-¡Mierda, no hay papel higiénico! ¿Qué coño hago yo ahora?-exclama Chuck "Bravo".

La casita se agita mientras el titán del volante hurga en sus bolsillos. Sus anchos hombros y poderosos músculos apenas caben en el estrecho cubículo.

-A ver... joder, justo se me tenía que ocurrir limpiarme los bolsillos en el bar aquel... En fin, si no hay más remedio... la puta, todos de veinte dólares. En buena puta hora me tuve que pasar por el cajero automático antes de entrar al bar...

Al cabo de unos horribles segundos que, por decencia, no describiremos aquí, el ruido del agua al correr sale de la casita de madera. La puerta se abre y nuestro indiscutible héroe apuntando al firmamento con el brazo izquierdo:

-¡Joder, cómo me he puesto!-maldice-¡Ahora tendré que conducir con una mano!

Y será un reto difícil porque el viento es cada vez más fuerte.

-Hostia, menuda liada...-murmura Chuck subiéndose al volante con la mano en alto. Da unas palmadas cariñosas (con la mano limpia) a su vehículo-Ciclón, creo que tenemos aquí a un adversario digno de tus bujías. Que no se diga, amigo mío.

¡Nadie puede decir que Chuck "Bravo" no hace honor a su mote! 

¡El viento huracanado limpia el polvo del Ciclón para enfrentarse al tornado!

¡El motor ruge pero nadie puede oírlo!

Y... parece que tenemos dificultades técnicas: una de las granjas arrancadas por el tornado se ha llevado por delante el vehículo de Chuck "Bravo".

Seguiremos informando.

Al primo español de Lou Reed, aun le dolía la ostia que le dio el brazo furtivo de alguien que no respetaba su derecho a cobrar por ser escuchado por la radio y por eso decidió ponerse serio, poner las manos en el volante y poner su cassette favorito.
[img]PONGA AQUÍ IMAGEN DEL CASSETE RETRO DEL MUERMO DE REED PORQUE A MI NO ME DEJA[/img]

Y empezó a seguir el ritmo, pero eso junto con el viento levantando peligrosamente su tupe para mostrar su incipiente calva, mas que llevaba desde Kansas meandose por culpa del bajón del Hype, le estaba poniendo de mala ostia.

-Joder primo, eres un puto muermo no me entraña que tengas cara de camello.-Insulto a la música que le dio la vida antes de cargarse el reproductor a base de ostias bien dadas con sus pies negros, la primera victima. -Cállate idiota, tu solo eres la mala obra de un demente.-Resonó la voz de Lou en su cabeza, o alrededor, puede que la vieja en mecedora o una de las vacas fuera en realidad él y le estuviera insultando (o intentando), o simplemente los efectos secundarios de beber mierda en lata antes de empezar la carrera, fuera lo que fuera Joe se estaba cabreando cada vez mas.

-¡SHUT UP! Joder eres aburrido hasta para insultar primo. Te voy a enseñar yo lo que es la buena música-Giro en 360º esquivo los numerosos obstáculos con su codazo y volvió a girar 180 para ir contra corriente, en algún momento pensaría que ir hacia atrás, mientras el viento esta delante era buena idea o solamente quería hacer el idiota un rato mas. Y hablando de idioteces fue entonces cuando saco su armónica, dejando el volante al aire y afinar su instrumento de destrucción maxiva. O como él lo llamaba: DM IVA, apunto a la cara del hombre cera y soplo como nunca antes había soplado.

-¡ARREPENTIDO, DE ESTAR CONTIGO!-Fueron las ultimas palabras que Forocochero encantado escucharía antes de el sonido desarmonico de su armónica rasgarianaa.

Sin Ariana ya en la competición la carrera se estaba convirtiendo en algo soporífero para Zoraida. No le había durado ni un par de asaltos así que conducía ya aburrida, medio quedándose dormida. Normalmente no conseguía mantener la atención fija en una tarea sin despistarse por el vuelo de una mosca y tener que conducir la obligaba a mantener la atención en la carretera, desgraciadamente. Pero eso no quería decir que no pudiese hacer varias cosas a la vez. Era una mujer de hoy en día, no un hombre, incapaz de hacer varias cosas a la vez. Así que mientras conducía se retocaba el maquillaje mirándose en el espejo retrovisor. Así recordaba su modelo a seguir en cuanto a maquillaje, Inmaculada de Gran Hermano España.

La distracción al volante aparece como la segunda causa de producción de accidentes de tráfico mortales en carretera estando presente, como factor concurrente, en un 35% de los mismos.
El accidente más frecuente, en carretera, es la salida de la vía, tipo muy relacionado con la falta de atención durante la conducción. La desatención a la conducción suele producirse por acciones que se realizan a la vez que se conduce. Los estadistas han determinado que en un 50% de este 35% se ven afectadas mujeres mal maquilladas. Por mal maquilladas se entiende que, o bien el maquilladle de su rostro, ya sea una parte (pestañas, párpados, pómulos, labios, etc) o bien el óvalo facial en su conjunto, estaba incompleto en lo que respecta al maquillaje. Investigadores forenses de la sección Arrrgg de la revista Cuore, confirman que de las mujeres afectadas, un 99% de ellas pueden considerarse como “Chonis”. Están conclusiones son obtenidas de los rigurosos ensayos de grosor en la capa de maquillaje o como resultado de los análisis químicos que determinan la calidad del maquillaje como, y cito textualmente del informe forense, de “baratillo”.

Así se perfilaba Zoraida la raya del ojo que, cuando ya casi llegaba por la sien derecha, el tornado la sorprendió. La coñoneta del Kevin, con ella dentro, fue zarandeada de arriba a abajo, dada la vuelta, centrifugada como en una lavadora. Pero Zoraida no cejaba en su tarea de maquillarse. En lo que se refería a ponerse guapa tenía el pulso del francotirador más avezado. El tornado había levantado, en su furioso paso pro el estado de Colroado, multitud de objetos y seres. Un grupo de vacas locas trataban de agarrarse, como si la vida les fuese en juego, a la coñoneta. Pero Zoraida acababa en ese momento de terminar su faena y bastó una única mirada a su rostro recién maquillado, un sutil reflejo de su sombra de ojos, para pulverizarlas al instante.

El mono se dio cuenta que habían cambiado de paisaje cuando comenzó a notar que a su alrededor, las cosas no parecían querer quedarse ancladas al suelo, desafiando a un tal Newton y no sé cual teoría de la manzana. Que pasara en el exterior aquello no le preocupaba (después de todo, su termotanque podía resistir aquellos embates y mucho más), pero cuando el viento comenzó a colarse por las hendijas y las cáscaras de banana de su querido lanzador salieron disparadas hacia su cara, supo que había llegado la hora de tomar cartas en el asunto.

Sin dejar de apretar el acelerador para que los demás no lo adelantaran, sopesó la situación. Estaba convencido de que toda la agitación era culpa del universo la vida y todo lo demás las casas, las granjas y esos otros edificios de campo que aburridos de permanecer estáticos, habían decidido montar una fiesta a lo loco. No era la primera vez que Pe Jota veía algo así, aunque las veces anteriores habían involucrado humanos, cuerpos desnudos y aceitosos y bananas. Muchas bananas.

-IH IH IH... UH OH UH AH AH AH... AHAHAHAHAH UHHUHUH...- rascándose la cabeza llegó a la conclusión que lo mejor que podía hacer, era lanzar un hechizo vudú de separación (durante un tiempo, antes de ser un mono independiente, había estado trabajando para una bruja caribeña). Cuando las casas no quisieran tener más relaciones con las granjas y los edificios decidieran que estaban mejor solos, las cosas volverían a la normalidad.

Repasó los ingredientes: café heces de mono, sal negra popó de simio, tabaco caca de homínido, chile materia fecal de macaco, y así siguiendo (y bueh, es un mono! raro que tuviera todo lo demás). Los colocó en orden en un tarrito vacío de aceite y comenzó a recitar el nombre de Eusebio.

-AH AH UH, AH AH UH, AH AH--- una voz femenina interrumpió su concentración.

"Dije mierda, mono retrasado, MIERDA"

Una hembra que se acostaba con su padre, hija de otra humana tan promiscua como ella, se metió en su cabeza, diciéndole lo que tenía que hacer. Una insidiosa y molesta voz... como la de su ex- esposa.

-IIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHH IIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHH IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHH UHUHUHUHUHUH AHAHAHAHAHAHA IIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHHH- furioso, arrojó todo el contenido del frasquito hacia donde escuchaba esa voz. La muy perra mona no volvería a controlarlo. Nunca más.

Cargado de color rojo y vociferando a los cuatro tornados, arremetió de frente contra la espiral de casas, granjas y edificios voladores y la atravesó al medio, partiéndola en dos. Como le hubiera gustado hacer con su ex. Partirla en dos y bañarse en su sangre mientras se cagaba en su cara, dándole toda la mierda que le tanto quería.

Cánida bicípeda miró para un lado y luego para el otro. ¿Dónde estaba? Seguro estaban preparando el decorado para otra escena, una de esas pelis catástrofe (con lo quegastaban en efectos especiales seguro que sería un desastre), pero a nuestra pequeña perrita no le importaba eso. Tenía que encontrar al Papel de azúcar N°17 antes que otro se hiciera con él, ¿pero dónde se había metido?

- ¡Guaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuu! -

Salió disparada hacia arriba dondo tumbos y giros. Más abajo vio al objeto de su persecución seguido muy de cerca por una humana con pintas de querer hacerse del papel azucarado.

- ¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr...! -

Nadie la iba alejar de lo que le pertenecía por derecho canino, menos aún una pringosa humana pintarrajeada. Mientras volaba en círculos hacia arriba se quitó su precioso collar antipulgas y lo usó como látigo para golpear a la ladrona... con tan mala suerte que se enganchó a un perro malcarado que en ese momento bajaba por el ojo del huracán. ¡Por Rintintín! Cánida se vio arrastrada por Chucho Terminator o como se llamara en dirección al coche de la humana...

- ¡Auuuuuuuuuuuuuuuuuuú...! -

Eso iba a doler...

El camino desde que salieron de Arizona había sido más o menos tranquilo. Algunos Muchos insultos a otros conductores, pitadas entre ellos, amenazas de muerte, algún que otro pañal que el viejo había usado y lanzaba contra los contrincantes... lo normal.

La cosa empeoró cuando llegaron al estado de Kansas. No se como la gente podía vivir allí. Gigantescos tornados se alzaban llevándose volando edificios enteros. Las ciudades estaban repartidas en base a los tornados que las transportaban. Los habitantes de dichas casas aprovechaban cuando pasaban volando cerca de la casa de uno de sus vecinos para pedirles un poco de sal y de mierda que se les había acabado y aún quedaban varias millas hasta que el tornado pasara cerca del que llevaba el supermercado. De vez en cuando alguna de esas casas salía volando fuera del tornado y se empotraba en algún hospital infantil provocando una matanza descomunal y apocalíptica.

Pero bueno dejemos el tema y vayamos al grano. Mas exactamente a ese enorme grano en el culo que es el jodido viejales. Ahí continuaba tan pancho conduciendo su Ford de 1931, observando con los ojos bien abiertos el enorme tornado que tenía en frente suya y que estaba a punto de tragarle. -Aaaaaaagh Aaaaaaaaaaaaaagh ¿Qué es esoooooo? Noooooooo.- gritó cuando esté le engulló por completo y elevó su vehículo hasta los cielos.

Comenzó buscar entre sus medicinas las pastillas para la tensión (estaba a punto de darle un infarto del susto). -¿Dónde diantres están las malditas pastillas de la tensión? Veamos, esta pastilla azul no es. Estas verdes y amarillas tampoco... ¡¡Ah, aquí están!!- y acto seguido las ingirió.

Comenzó a calmarse y pudo empezar a pensar con mala hostia tranquilidad. -Joder estos malditos tornados seguro que son culpa de la contaminación esa de la que hablan todos los días por la radio. La que provocan esos jodidos molinos de viento. En mis tiempos empleábamos carbón y el petróleo para todo y no teníamos problemas.- decía mientras intentaba girar el volante para controlar el coche.

A todo esto, una ancianita, que volaba sentada en su mecedora tranquilamente haciendo algo de punto de cruz, pasó al lado del coche de Audevius y esté como buen semental que era es la echó el ojo. -Vaya vaya, mira que tenemos aquí. ¿Qué hace una abuelita tan guapa , arrugada y senil como usted en un día de mierda como este?- la dijo sacando la cabeza por la ventanilla y apoyando su brazo en la puerta. -¿Por qué no pasa a mi coche, en donde podrá estar más tranquila?-. La abuelita, miró con cara de malas pulgas a aquel impertinente -¿Disculpe? ¿Pero quien se cree que es usted para hablarme así? Que sepa que merezco un respeto por ser mujer. Usted es un machista y un grosero. El patriarcado ha estado oprimiendo a las mujeres pero ya no lo vamos a tolerar más. Que sepa que...- continuó la señora hablando sobre el feminismo y la situación de la mujer en estos años.

Audevius, se aburrió bastante rápido del tema “No me jodas... una feminitista de esas que salen todos los días enseñando los pechos por la tele, que vergüenza por favor. ¿A dónde está dirigiéndose el mundo?” pensaba.

Cerró los ojos por un momento y cuando volvió a abrirlos... ¡¡PUF!!, ya no estaban en el tornado, es más, habían salido despedidos y caían a gran velocidad en dirección a... ¡¡¡UN HOSPITAL DE PERRITOS INFANTILES!!!. -Woooooooooooooooooooooo- gritó Audevius mientras se acercaban cada vez más al edificio. La vieja, que seguía dando la charla se molestó aún más debido al grito del viejo y esta comenzó a gritar con más fuerza. Aunque duró poco, porque ambos se empotraron contra el hospital de perritos infantiles. ¡¡¡PUM!!! El vehículo del viejo cayo encima de la pobre vieja y de un montón de perritos súper monos, suaves y adorables levantando una polvareda de humo, polvo, escombros y sangre.

El coche Ford de 1931 seguía de una pieza. Audevius no sabía como había ocurrido, pero seguía vivo y listo para competir. Aceleró a tope y salió disparado del edificio listo para continuar la carrera.

El desgraciado atrapado en la estatua de cera sabía que se le terminaba el tiempo. No podía saber qué tiempo, pues había dejado los libros con los enanos de Arizona. Quizás Daddy lo supiera, o las dos latinoamericanas. O el mecánico francés con mono al que su jefe había dejado atrás. O el calvo que había explicado, entre sollozos, cómo su mujer lo había echado de casa por su ludopatía. O la ganadora de Miss Kansas infantil 2014, su madre y el arcón bajo cuyos cien kilos de potingues se combaba el techo del R5. O los setenta y cuatro componentes de los City Chiefs, que preparaban el siguiente partido bajo las órdenes de su entrenador. O los tres elefantes y los cinco leones del Circo Ararat Shrine, que se habían colado por la ventana cuando alguien había abierto una de las ventanillas para fumar. O los alumnos de primero del Instituto de Topeka, a quienes se habían ofrecido para llevar de excursión cuando el autobús escolar sobrevoló las cabezas de todos, devorado por un huracán que aullaba: “volar volar hijos de perra xdxd me follare a vuestrás perras y me beberé la sangre de vuestras mdres xdxd (espero qe sea +18 xd)”. O el equipo de investigación meteorológica de la Universidad Estatal de Kansas. O uno de ls trescientos o cuatrocientos mil atribulados ciudadanos de Wichita, a quienes estaban evacuado mientras el temporal arrasaba con su ciudad como un niño destruía su castillo de piezas de Lego.

Lamentablemente, nadie hablaba de ello y él solo era un alma atrapada en una estatua de cera.

Alguien estaba leyendo las notas y se dio cuenta de que le habían atacado. No estaba muy clara la razón, pero la reacción era evidente. Se tiró un dado, escupieron y bombardearon al agresor con el botín de estatuas de cera que llevaban en el maletero, y que si se hubiera acordado de mencionar en el primer mensaje hubiera sido suficiente para superar la tirada.

El forocochero no comprendía nada. Al fantasma que conducía todo le daba igual. Los pasajeros se quejaban de la falta de espacio.

Sacándome la arena de un zapato, y tocándome mi media ceja chamuscada seguía participando en la carrera con mi grandiosa fuerza y mi pelazo ondeando al viento. Habíamos llegado a Kansas, pero a mi poco me importaba el nombre. O el resto de competidores, que parecían dedicarse a dar vueltas como locos. En aquel momento, toda mi atención estaba dirigida a ese magnífico ente gigante que recogía en sus brazos al resto de participantes. Alcé mis manos al cielo, y miré a aquel maravilloso ser. En mi boca, mi lengua se regocijaba con las palabras a punto de salir de mis profundas entrañas.

-¡Oh! ¡OOooh! - exclamé con anticipación, sabiendo lo que vendría despues. - ¡Es... ES UN THORNADO!

Sí señores. El chiste salió de mis labios como un torrente de palabras que se entrelazaron en un maravilloso sonido que viajó por el espacio tiempo y creó una onda expansiva hiperdimensional que viajó a un lugar en el pasado, hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana... y rebotó en el 42, volviendo a nuestra era con tal amplificación, que dejó sordos a varios árboles descuajados. Ésto provoco que los anteriores, decepcionados de no poder escuchar otros chistes tan magníficos, desistieron de seguir volando por el tornado y salieron pacíficamente de escena, probablemente a una consulta GAES, para intentar mejorar su audición.

Y yo seguí tan contento mi carrera, ignorando al tornado y al resto, y pretendiendo continuar mi destino. Aunque desgraciadamente, el susodicho ciclón se dio por aludido y la tomó conmigo, sumergiéndome con el resto de competidores en una vorágine de extraños objetos voladores.

Cómo era posible!! Había usado su Condensador de materia!! Pero no había dado resultado. Bueno, si, había adelantado puestos, pero el viejo se le escapó. Y el pueblerino mal-peinado también! Los demás no le importaban. Ni si quiera se había percatado de pedaaazo hiper huracán en el que volaban un sinfín de cosas terrícolas. Maldita sea, no quedaba nada que hacer en ésta vida. Sólo acelerar tu amasijo de chapa y gritar.

-Malditos seais todos hijos de puta!! A tiiii, jodido paleto, cuando te pille te voy a ayudar a peinarte! Bastardo, hijo de mil padres! Todos tan bastardos como tú!! Eres tan feo, escoria, que tu madre te acariciaba con un palo!! 

Ana se encontraba en un éxtasis del insulto. El pedal del acelerador había quedado enganchado y su montón de chatarra aceleraba sin parar, cada vez más y más rápido. Adelantó al coche rojo sin conductor. 

-Tuuuu, en mi planeta no sobrevivirías de lo mierdoso que eres!! Hasta un milfjiejos te destrozaría por partes para convertirte en algo más parecido al vólido que estoy conduciendo! Que te jodaaan!!

Poco después se encontraba a la altura de Alain y Chuck.

-AAah, pichaflojaaaaa!! Maricóoonnn!! Te crees que eres guapo?? Maldito terrícola engreído, asómate a mi culo y será como si te miraras en un espejo!! Siiii, no os peleéis por los piropos, nenes. Son para los dos!! Aljsodifjis!!

En la cúspide de su euforia, se pone de pie mientras atraviesa el tornado que se cierne sobre él, propicia un grito sideral y se rasga las vestiduras:

 -Me llamaaan Bossk!! Idos a toomaar por cuulooooo!! 

Se estaba flipando un poco, la verdad. Llegaba tarde, y haciendo toda esa mierda no iba a conseguir nada. Pero bueno. Ahí estaba tan inútil como siempre. De pie en su cacharro atravesando el huracán, adelantando a todo dios, incluso esquivó a 5 vacas en lugar de matarlas o apartarlas del lugar, que es lo que tendría que haber hecho.

Y nada, consigue llegar a la altura del viejo, le mira, sonríe de medio lado. Por fín le ha alcanzado y lentamente lo adelanta colocándose el primero.

Aún no deja de mirarlo, dispuesto a soltarle sus más oscuros, violentos, malolientes e incomprensibles insultos. Los cuales harán retumbar la tierra en el próximo tramo de carrera...