Partida Rol por web

La Gran Carrera (EJDRDLSP)

Tramo Final - Nueva York

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05/01/2015, 13:13
Director

Es conocido por todos que la Historia es cíclica, y que periódicamente los errores que los humanos cometen vuelven a repetirse. De este modo, y tal como ocurrió la batalla de Gettysburg, Pensilvania había sido el lugar determinado como punto de inflexión definitivo, tras un combate con un enorme número de bajas. 

J.R. fue el primero en abandonar la carrera, pues no tuvo en cuenta que al cantar ese horror de canción, él mismo se vería afectado por sus efectos. Aparte de joderle las cuerdas vocales, la música de su propio puño y letra le reventó los tímpanos, obligándole a permanecer en el hospital de campaña. Eso sí, ganó un Grammy.

Por su parte, Zoraida no tuvo en cuenta el efecto post-fiesta, y aun tenía una considerable cantidad de estupefacientes en aliento y sangre como para dar positivo en el control de drogas. En el momento en que la paró la policía de tráfico, que se escondía detrás de un arbusto a la salida de la fiesta para multar a los que volvían a casa borrachos, su destino en la cárcel estaba fijado.

Por último, el fajo de papeles de Azúcar, que había pasado inadvertidamente frente a otros peligros, tuvo un error fatal. Contó mal los perros que quedaban, que eran 6 en vez de 3. Si alguien hubiese aceptado inadvertidamente lo que decía el corredor, y hubiese calculado heridas en consecuencia, se encontraría vivo. Sin embargo, los 3 perros de más fueron suficientes como para convertir su glucosa existencia en un desayuno canino.

Por su parte, el viejno competidor conocido como Audevius vio su oportunidad en la muerte de Blácula, y abandonó la carrera para coronarse como el nuevo vampiro de Transilvania. Que no fuera inmortal ni tuviera poderes no le resultó inconveniente, puesto que el nuevo caza-vampiros del lugar era Thor, que también se había quedado ahí a vivir. Y el Asgardiano nunca acabó de derrotar al viejo Conde Lanoris.

Todas estas historias quedaron atrás para el mono, el paleto del tractor y el coche sin conductor, que se adentraron en una peliaguda Recta final, en un intento de alzarse con el premio del Billón. Y el escenario de este último tramo solo podía ser uno. La Gran Ciudad.

Los competidores se adentran en un nuevo tramo urbano, ¡solo que esta vez el último! En su camino, atravesando el puente de Brooklyn , pasando por el Empire State, cruzando Central Park, tirando por delante del Estadio de los Yankees y intentando pasar por los atascos de Time Square. ¡Un colofón de edificios emblemáticos, monumentos, y lugares de cine, con el último destino de la Estatua de la Libertad, el punto final de esta mítica aventura!

- ¡Corredores! ¡Preparaos para apretar, que aquí se acaba todo, para bien o para mal! ¡ADELANTE!

Notas de juego

J.R., Papel de Azucar y Zoraida se reparten las 3 heridas de la crítica, acabando con sus aspiraciones de victoria. Audevius Lanoris y Thor reciben otra herida por inactividad, saliéndose ambos a la par. Quedan vivos Lester, Pe Jota Mackey y Rayo Mqueen.

Enemigos:

New York City, con todo lo que esta ciudad conlleva en el imaginario colectivo. Menos las torres gemelas, claro, que esas ya las derribaron - Recta Final. No puede ser destruida, y causa dos heridas a cada jugador. Se obtiene inmunidad al ser el mejor valorado por la crítica. ¡Muerte súbita!

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05/01/2015, 14:24
Pe Jota Mackey

El mono ya estaba harto de todo. Harto de tener que atravesar cementerios y manadas de jipis ambientalistas, harto de maltratar a su querido termotanque, harto de correr detrás del paleto durante toda la competición, pero por sobre todo, estaba harto de soportar la incesante cháchara iluminadora de Rayo McQueen.

Aquel estúpido vehículo rojo se creía que porque había salido en una película infantil era super guay. Como si aquello fuera algo difícil! A él se lo venía a enrostrar, dándole consejos sobre la vida y como superar las dificultades. A él que, cuando el energúmeno apenas era un poco de metal sin fundir, cuando ni siquiera era una idea, Pe Jota había recorrido las rutas del gran país del norte acompañando a un humano de pocas luces en su camión, mientras se las arreglaban para que otro humano de pocas luces que se creía un perro o algo así no les echara mano y los metiera tras las rejas. Día a día sus aventuras eran retratadas y los niños de la nación -así como algunos extranjeros también- adoraban su rostro en la pantalla chica. Él había sido un verdadero pionero en destronar a los humanos del protagonismo del entretenimiento infantil y sin embargo, el jo-ven-ci-to se las daba de sabelotodo e intentaba conducir a Pe Jota vaya uno a saber donde.

Riendo para sí con malicia (algo como "ih ih ih" -se reía bajito, para no delatar sus planes) comenzó a montar su mejor artilugio: el Lanzaneitor 2000, el más mejor y más moderno lanzador de cáscaras de banana, totalmente ecológico, inoxidable y con cámara de fotos.

Sin perder un instante, aceleró a fondo para separarse del coche Disney y una vez que lo hubo rebasado activó el piloto automático. Por nada del mundo iba a perderse ver cómo su trampa se cobraba su víctima.

Con ansiedad, se colocó frente a la mira telescópica. Sus manitas comenzaron a sudar y su trasero también. Peló una última banana, para darle un toque de frescura a la munición que se amontonaba en el depósito. La comió. Volvió a mirar por la mira. Secó el sudor de las palmas de su mano y luego el de su trasero. Volvió a secarse las manos traserosudadas. Apuntó.

Y disparó.

-Tpium! -la primera cáscara salió disparada hacia la carretera. -Tpium, tpium, tpium! -las cáscaras seguían sucediéndose, cubriendo la superficie de rodadura, creando el mono un diseño imposible de esquivar.

-UH UH UH AH AH AH AH AH!!! UH UH UH AH AH AH AH! IIIIIIIIIIIIIIIIIH IIIIIIIIIIIIIIIH IH IH IH UH AH UH AH UH AH!

Mientras el mono disparaba, lanzaba imprecaciones contra Rayo McQueen, puteándolo de una forma que habría hecho ruborizar a un estibador del puerto de NY si hubiera entendido el idioma simio.

-UH UH AHAHAHAHA AH AH AH! UH UH UHUHUH IIIIIIIIIIIIIHHHHH IIIIIIIIIIIIIHHHH.

A ese paso, no creía que pudiera superar a Lester. Pero que buen sabor de boca le quedaría cuando viera como el coche rojo salía disparado de la carretera y se estrellaba contra la imponente estatua de la libertad.

- Tiradas (1)

Motivo: Despistar a rayo

Tirada: 1d6

Resultado: 3(+7)=10

Notas de juego

McQueen, te tuve piedad toda la carrera. Era hora de hacer algo para bajarte las ínfulas ;)

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05/01/2015, 17:15
Lester Montgomery

Nueva York: el último tramo de la Gran Carrera. Lester estaba en la recta final de la competición y era uno de los tres candidatos a ganar.

El redneck se puso a fantasear internamente. ¿Qué haría con el dinero del premio? Era una cantidad tan suculenta que no se le ocurría nada aparente, y sus propósitos iniciales habían ido cayendo como moscas muertas por el rabo de una vaca de rancho: el alien Anadrius había abandonado la carrera y McKenzie estaba a salvo, la Amaleen le había puesto los cuernos y había dejado claro que no estaba interesada en Lester, él mismo había desatado una revolución marmotil de vampiros... Y para colmo ahora estaban en la Gran Manzana, una ciudad demasiado urbana para un hombre de pueblo como él. ¿Qué debía hacer?

- Yokesé -se respondió a sí mismo- pero mientrah lo pienso y ya que ehtoy en ehta ciudadela, moveré mi trahero sureño por la única cosa que merece la pena de ver p'aquí: el toro ese de oro -dijo, ignorante de que el Toro de Wall Street era de bronce y no de oro.

Así que, poniendo a LA BESTIAJA en modo de "avance arácnido por grandes ciudades", se dirigió hacia allí, mientras su cinta de cassette (cara A) ya iba llegando a su fin. En ese momento sonaba una canción de un grupo de jóvenes de McKenzie (en concreto, unos primos-hermanos-sobrinos suyos) que habían formado una banda y que tocaban muy bien:

La canción contaba cómo al tío Rufus Wayne, mientras paseaba con su manada de búfalos, le había caído un trueno (sí, un trueno, no un rayo) y había sobrevivido después del estupefacto suceso. Curiosamente, su historia se había hecho tan famosa que había llegado a oídos de un colegial australiano, y él y su banda habían hecho una versión del grupo de McKenzie.

En cualquier caso, Lester llegó al Toro de Wall Street y se bajó para acariciarle el frío lomo.

- ¡Ay, torete! -suspiró, como si le entendiera-. Ojalá no fueseh una ehtatua y me dehpejarah un poco el cacao mental que tengo.

En ese momento, la cinta de cassette (cara A) dio chasquido dando a entender que había llegado a su fin, y KITT.9000 despertó de su suspensión.

- Michael, que siesta me he echado. Veo que tu música se ha gastado, procederé a darle la vuelta a la cinta para que puedas seguir deleitándote con estos temas pasado un rato -y cambió la cinta a la cara B.

Esa cara nunca había sido reproducida, pues había sido dejada por los aliens cuando invadieron el maizal de Lester y éste no se había atrevido a ponerla. Por suerte o por desgracia, los agentes del FBI Mully y Sculder no se habían percatado de su existencia y no la habían requisado cuando le expropiaron de sus campos.

De los altavoces de LA BESTIAJA empezaron a salir ruidos muy raros y que hacían daño a los oídos, como de otro planeta, y el redneck puso cara de pavor. 

- ¡¿Pero qué hah hecho, Ordenadoh?! ¡¿Qué eh ehto?!

La música salió con un halo verde radiactivo hasta el Toro de Wall Street, envolviéndolo. Cuando se despejó un poco, el Toro había tomado vida propia y con voz de autómata, le dijo a Lester.

- Saludos.Humanoide.Soy.Toro.De.Oro.Pide.Tu.Deseo.

- ¿Eh? ¿Deseo de quéh? Pero si yo he venío aquí pa tocah al toroh, que con to' loh añoh que tengo no había venío nunca p'aquí. Como de pequeñoh no noh llevaban de excursioneh a ningún lao, no he visto ná.

- Juventud.Para.Viajar;Deseo.Concedido -respondió el Toro; y a continuación abrió su boca, de donde salió un humo espeso.

- ¡Socorroh! ¡Organización de la carrera! ¡Policía! ¡Me quieren gaseáh en Nueva Yóh! ¡Y a ehte toro le güele mal el aliento! -dijo Lester alarmado, envuelto por la neblina.

Cuando los gases se disiparon, la vida había desaparecido del Toro de Oro y Lester estaba un poco cambiado:

- ¡Cough, cough! -tosió con su voz de trece años- Se acabó. Odio ehta ciudad y me ladgo de Wall Stdeet. Cuanto anteh llegue a la Ehtatua de la Libedtáh, anteh me podré ladgad a McKenzie -dijo, montándose en LA BESTIAJA. Del cabreó que tenía, no se dio cuenta que los pies apenas le llegaban a los pedales-. Conduce tú con el piloto automático, Oddenadoh, yo ehtoy ya hadto por hoy.

 

- Tiradas (1)

Motivo: ¡Ay, torete! Ojalá no fueseh una ehtatua y me dehpejarah un poco el cacao mental que tengo.

Tirada: 1d6

Resultado: 5(+8)=13

Notas de juego

Objeto (+1): Toro de Wall Street

Objeto secreto (+7): Cinta de cassette

Como es el último tramo, y para que nunca olvidéis a Lester Montgomery, os dejo una lista de Spotify con la banda sonora del personaje: "La Gran Carrera: Official Lester Montgomery's Soundtrack", un recorrido por las canciones que aparecieron y/o inspiraron los posts del paleto sureño. ¡No disponible en tiendas!

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06/01/2015, 19:56
Rayo McQueen

Ahhh... Nueva York, el Hall de Fama de las estrellas de cine. ¿Qué? ¿Cómo que eso es Hollywood...? Bueno, da igual, porque ya se había dicho que Rayo McQueen ahora era un guía espiritual de monos, y lo de actor era cosa secundaria.

Precisamente por eso, mientras rodaban por las calles de la Gran Manzana y el coche que conduce sin conductor iba diciendo:

- Pe Jota, que los plátanos de tus sueños no sean tus sueños de plátanos. Solo tú eres capaz de cambiar tu chimpancético destino (◡‿◡✿) -Rayo ya había cogido carrerilla diciendo filosofadas de autoayuda, y se animó con una segunda-: (◕‿-) Si las lianas de tu vida... ¡EH! ¡Espera un momento! ¿Eso es Broadway? -exclamó sorprendido-. Una vez me llamaron para "Cars: El Musical de Disney", y todavía tengo buenos recuerdos aquí. Chaaaaasing caaaars, If I lie hereeeee -cantó con voz algo galleada; de uno de los teatros salieron un par de tramoyistas, preocupados porque el estruendo de la voz de Rayo McQueen produjese un diluvio universal.

- ¿Ves, Pe Jota? ¡Salen a saludarme! ¡Aún siendo un guía espiritual, son fans míos! ¡Hola! ¡Soy el prota de la saga Cars, os amo! -dijo agitando alegremente sus parabrisitas, sin darse cuenta de que el mono Pe Jota Mackey le miraba con una mirada maléfica y le apuntaba con lo que a todas luces parecía una disparadora de cáscaras de plátano.

Los tramoyistas se metieron de nuevo para dentro con un movimiento de desdén con la mano y pasaron del coche rojo, de la Gran Carrera y de todo. Bastante tenían ya con sus musicales.

Rayo empezó a atropellar TODAS las cáscaras de plátano que había lanzado Pe Jota, hasta las que todavía no habían sido lanzadas, pues el resbalón que una de ellas le había producido le hizo patinar, tropezarse con una boca de riego, y saltar por los aires por encima del Lanzaneitor 2000. Para colmo de su mala suerte, una grúa de coches, de esas que tienen un imán gigante en el gancho para transportar vehículos siniestros de un desguace a otro, magnetizó a Rayo McQueen y le llevó a formar parte de una obra de arte rocambolesca: ¡Una estatua de Rayo McQueen gigante y formada por coches, que un excéntrico artista hipster se había dedicado a construir en la ciudad!

¿Quién lo iba a decir? Rayo McQueen había acabado como un coche formando parte de otro coche.

- Tiradas (1)

Motivo: Tramoyistas, ayuden y salven al Coche que conduce sin conductor a esquivar esas malvadas pieles de plátano

Tirada: 1d6

Dificultad: 10+

Resultado: 1(+1)=2 (Fracaso)

Notas de juego

Sin rencores, Pe Jota. Aunque fuese imposible superar tu tirada, no esperaba sacarme un pifioso 1 (+1 por los tramoyistas) en los dados  :)