Partida Rol por web

Una vez huído Baern, la otra criatura en pie se lanza contra Sabrala, atraído quizá por el sonido de su dulce voz.

Sabrala cae derribada. Su canto cambia a otro de combate mientras está en el suelo, después intenta levantarse para no ser tan vulnerable.

El can intenta retener en el suelo a Sabrala pero ésta logra zafarse y se pone en pie.

-¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrr! ¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!--ruge el oso polar mientras se abalanza sobre otro de los canes para estrujarlo con sus poderosos brazos.

Mientras sus compañeros luchan, Baern se mantiene en su rincon, temblando, visiblemente asustado ante la presencia, y sobre todo el sonido de los canes - Yo... yo... acaben con ellos - logra murmurar entre sollozos

La criatura no puede resistir el agarre del oso en que se ha convertido Ingrid. A pesar de ello, el zarpazo no ha sido tan efectivo como creía la cambiaformas y parte de sus heridas se cierran al instante. 

-¡No! ¡Sabrala!.- El mago visiblemente preocupado por la semielfa se coloca tras sus compañeros y empieza a conjurar:

- Eámanë Ciryatan

Y una gran explosión ignea afecta a gran parte de la caverna.

Ambas criaturas logran evitar parte de la explosión pero una de ellas cae chamuscada al suelo. 

Fenestir ajena a todo lo que sucede en el interior de la caverna escapa hasta que deja de oir los chillidos de los canes presa del panico cae y ase acurruca en un rincón.

El enano se rehace e intenta golpear violentamente a la única criatura que sigue con vida. El conjuro de Mallon le ha cogido totalmente por sorpresa.

- ¡Mago! Espero que sepas bien lo que haces. Mantén tu magia alejada de mis barbas, ¿Entendido?

Al comprobar que a pesar de hundir su hacha en el sabueso sus heridas se cierran al instante el enano maldice...

- Por las trenzas de mi tío Rorgard, ¿¿Qué demonios hay que hacer para acabar contigo??

Helden vuelve con sus compañeros y se dirije a recoger su espada.  

Sabrala decide no hacer ya nada más y se concentra en defenderse por completo, ya solo queda un can y sus compañeros acabarán con él.

La criatura superviviente se ensaña con el enano e intenta de nuevo tirarlo al suelo sin éxito. A pesar de ello, Stumred ha recibido otro mordisco.

Dejando caer al suelo al que ha muerto chumascado, el oso polar se acerca para cerrar el combate tratando de agarrar al último superviviente canino.

Mientras sus compañeros intentan acabar con los perros aulladores, Baern se mantiene en su rincón, con las manos sobre sus oidos e intentando olvidarse, del sonido que lo llevo a olvidarse de su arma.

Con todo, el olvido parece ser imposible para el fornido guerrero que se mantiene asustado, sin siquiera ánimos para ir a buscar su espada bastarda que descansa en el piso de la cueva, demasiado lejos de sus manos.

Algo contrariado por las palabra de Stumred, Mallon persiste con sus conjuros.

- Dínendal Fëfalas

Cuatro rayos mágicos surgen de los dedos del semielfo e impactan violentamente contra la criatura, dejándola tendida en el suelo y sin vida.

- Por fin... ¿Sabrala estás herida?- respira tranquilo el mago.

- No es nada... ¿Alguien más ha sido herido aunque sea poca cosa?

Una vez finiquitado el problema, Ingrid vuelve a su estado natural.

-¡Menuda hemos montado con tres perros de mala muerte!

Luego la druida albina acude a la entrada de la cueva silbando a todo pulmón para indicar el camino de vuelta a Suka.