Partida Rol por web

El viejo sonrió picaronamente.

- Nada, solo satisfacer mi infinita curiosidad. Un poco como tú. Lo cierto es que está siendo una vuelta muy productiva. Pero dime ¿Qué esperas encontrar aquí abajo? ¿Acaso no te fías de tus anfitriones? –

La mirada burlona del anciano parecía hacer entender que sabía más de lo que decía. Otro detalle no pasó desapercibido. El anciano estaba justo en medio, como impidiendo al arania el paso ¿Intencionadamente? No sabría decirlo. También sorprendió a Llell que a pesar del tiempo ahí parados aun no hubieran sido importunados por un guardia.

Y un ruido de ajetreo resonó más debajo de donde se encontraban.

El joven miró la niña que cargaba Erik a su espalda y sonrió de manera dulce.

- ¡Ah! La curiosidad de los niños. Motor del mundo y el tesoro más preciado que tenemos. Ellos son la razón de que nunca hayamos perdido la esperanza. Protégelo siempre –

Aunque su voz era dulce, el guerrero podía notar cierta nota melancólica en su voz.

Al mismo tiempo que hablaban, de entre el gentío aparecieron Bharash y Sarabhi que al verle, sonrieron y se aproximaron a él. El joven hizo una ligera reverencia a todos mientras or reuníais.

- No les molesto más. Disfruten de la fiesta. –

Y se comenzó a alejar, dejando a los compañeros relativamente a solas.

Tras dejar que Pekala se marchara, el dracónido y la felinia decidieron reunir al grupo para poner el común toda la información e intercambiar opiniones. Sin embargo, lo que en un principio podía parecer una tarea fácil, se volvió más complicada. Había demasiada gente, demasiado ruido. Fuegos artificiales iluminaban el cielo, la música inundaba vuestros oidos.

No obstante, tras mucho buscar, aunque no pudieron dar con Zook ni con Llell, si vieron algo más aparatado y hablando con el hijo del líder político al enorme guerrero de negra armadura. Se aproximaron alegremente a tiempo de ver como el acompañante se despedía y comenzaba a alejarse, dejándolos a solas.

la verdad es que no sabia que podia hacer, pero bueno, tenia tanta curiosidad que no pude evitar hablar con Cornius

- Buen amigo ... esta fiesta no esta siendo ni tan divertida ni informativa como desearia ..., porque no intentanmos descubrir algo sobre el templo, en concreto a su interior, me parece de lo mas interesante ... -

-Primero que todo; No, no me fio de ellos un pelo. Segundo, tampoco me fio de tí.

Lell hizo además de ir a pasar pese a la presencia del anciano.

-¿Qué estás escondiendo? ¿Me da la impresión que no quieres dejarme pasar y ver lo que hay ahí abajo. ¿Acaso estais haciendo algo que no deberíais?

Dorias era amable y en sus palabras no podían intuírse ni mentiras ni amenazas veladas. Pero teniendo en cuenta lo que acababa de pasar... No se fiaba de nada que viniera de esa ciudad.

Por suerte aparte de Dorias habían aparecido Bharash y Sarabhi. De ellos sí que se fiaba, aunque sólo fuera por el hecho de provenir de un mundo diferente a ese. Así que se despidió de Dorias y se acercó a sus compañeros para empezar a hablar con ellos.

 -Os veo bien. ¿Qué tal la fiesta?

Por supuesto esperaría a que Dorias se hubiera alejado lo bastante antes de empezar a comentar las cosas raras.

Barash flanqueaba el avance de Sarabhi, con una mano en su espalda en ademán protector. Cuando llegaron a la altura de Erik lo saludó con un ligero movimiento de cabeza.

- La fiesta bien, pero mi querida amiga - ahí miró a la felinida con afecto - creo que no la está disfrutando del todo. Sinceramente, yo no se que pensar. Aunque si hubiera que desconfiar... yo lo haría del humano sobrealimentado* - sus fauces conformaron lo que parecia una sonrisa amable.

- ¿Qué te ha contado Dorias? ¿Algo interesante? Pekala desde luego es demasiado inteligente para sonsacarle nada.. -

Miro a Erik y le sonrió -Espero que no me preguntes y me desees que me divierta, ya son demasiadas las personas que se preocupan por que este pasándolo bien- sonrió -y ese interés excesivo me hace... desconfiar aun más- dejo esa duda en el aire -¿que opinas tu?- le preguntaba sobre todo en general, no solo en la fiesta, quería saber su opinión de ese sitio, después de todo, era uno de los "suyos".

El anciano miró con curiosidad y claramente divertido a Llell, su rostro esbozó una sonrisa picarona. Tras él, el alboroto parecía aumentar de tono, como si se estuviera acercando. El anciano se giró hacia atrás y asintió satisfecho.

- El ritual no debe producirse. La prisión se debe mantener. –

Entonces un golpe resonó tras del Arania, haciendo que se girara para mirar qué le venía por detrás. No había nada, pero cuando volvió a mirar hacia delante, el anciano había desaparecido. No tuvo tiempo en pensar en esto pues enseguida, dos, tres y hasta cuatro figuras aparecieron desde el pasillo inferior. Eran hombre de piel bronceada y musculosa, vestían unas pocas pieles que les tapan las partes más pudorosas pero por lo demás, mostraban sus cuerpos esbeltos y llenos de tatuajes. Uno de ellos, de pelo negro tizón hizo una señal al resto para que se detuvieran cuando reparó en el pícaro que ahora se interponía entre ellos y la escalera.

Otro de ellos, con una expresión dura y malhumorada sacó un cuchillo y se dispuso a saltar sobre él, pero una voz le frenó.

- Actó –

Del fondo, apareció una quinta persona, la joven que habían encontrado en aquellas ruinas en la playa y que según los dirigentes de esta ciudad, debía estar siendo interrogada. La mujer avanzó hasta la cabeza y avanzó unos pasos hacia Llell.

- Dejar ir ¿Si? –

El resto de los guerreros que parecían estar rescatándola, parecían tensos y dispuestos a saltar sobre nuestro aventurero si la respuesta no era de su agrado.

La fiesta siguió a vuestro alrededor mientras los aventureros intercambiaban impresiones entre ellos. La música, el vino y sobre todo el alborozo corrían como un maná purificador. Pero de pronto, algo rompió este momento de calma. De los muros exteriores, resonó una fuerte explosión y el cielo se iluminó por un momento mientras una enorme bola de fuego se elevaba a lo alto.

La reacción de todos no tardó en hacerse notar y la alegría fue sustituida primero por rostros de temor, miradas confusas y finalmente por gente que comenzaba a correr en la dirección contraria.

En apenas unos instantes, el ambiente lúdico fue sustituido por caos en forma de gente corriendo en todas direcciones, gritando, buscando seres queridos. Los soldados comenzaron a moverse y mientras algunos corrían hacia el muro exterior donde se había producido la explosión, otros se quedaban para intentar controlar a la gente y dirigirlos en orden, fuera de allí.

En el cielo, pudieron ver a Pekala y a Shemhazai, ambos con las máscaras puestas, volando hacia el epicentro de la explosión. De entre la gente apareció Thalosious, confundido por un ligero punto de embriaguez que le invadía.

- Menos mal que os encuentro ¿Se puede saber que está pasando? -

Era un momento distendido para que lo dedicarais a conocer la ciudad, pero viendo que estáis bastante parados, vamos a avanzar esto.

¿Qué haces tú aquí? ¿De donde habeis salido todos? Mierda, seguro que me vais a meter en algún lío...

Llell se lo pensó apenas unos segundos y contestó.

Está bien, podeis iros pero voy a querer respuestas. Dime donde puedo encontrarte más tarde.

instintivamente, su cuerpo se puso en posición de defensa, colocandose delante de Sarabhi y ubicandose primero, valorando el escenario que se alzaba ante ellos. Vió a Thalosious llegar hasta ellos y percibió el inconfundible aroma a alcohol, aunque aún parecia tener casi todos sus sentidos alerta.

- Llevatelos a un lugar seguro, yo voy a ayudar - dió un tirón al mantel de la mesa que tenía al lado y cubriendose las fauces con él corrió en la misma dirección que Pekala y Shemhazai. De momento su lealtad estaba con ellos, por mucho que sus compañeros dudaran de sus intenciones. Solo hasta que alguien aportara pruebas fehacientes de su mal hacer, se decnataría en su contra. Mientras... los ayudaría a defender su ciudad.

Negó con la cabeza y agarro el brazo del dráconido -estas listo si piensas que voy a ir a esconderme mientras tu solo te diviertes- y salió corriendo con él, quisiese él o no.

Que ha pasado ... - digo cuando me encuentro con mis compañeros tras la explosion ... abra que ir a ver si necesitan ayuda ... y descubrir que ocurre o donde a pasado esa explosion ... tal vez no es tan feliz todo en esta ciudad ... -

La primera reacción de Erik al ver la explosión fue coger a Masae en brazos y protegerla con su cuerpo. ¿Qué demonios había pasado allí? ¿Un ataque? Porque si era eso, era uno a gran escala. Y gracias a la fiesta, había decenas de civiles inocentes en peligro.

Bharash y Sarabhi se ofrecieron a meterse en medio del caos para ayudar a las posibles víctimas y él estuvo a punto de hacer lo mismo, pero no podía meterse en mitad de una zona llena de humo y fuego con una niña. Afortunadamente la guardia de la ciudad reaccionó con rapidez, empezando a conducir a los no combatientes fuera de la zona de peligro.

 -Vamos a buscar a tu padre, Masae. Y cuando le encontremos, quiero que te quedes con él, ¿de acuerdo?

Porque con la niña a salvo, él podría ir a echar una mano al resto de sus compañeros. Pero antes de echar a andar hacia el grupo que estaba siendo evacuado, Erik se giró hacia el gnomo.

 -Nos atacan. Elige si quieres participar en la batalla o ayudar a los civiles, pero hazlo rápido. Puede que no tengamos mucho tiempo.

Y dicho eso, el guerrero avanzó a grandes zancadas para ir a buscar a Theodan.