Partida Rol por web

EL ULTIMO PARPADEO

El Traidor está ante el gran sarcófago con las manos y la vista hacia arriba, y su voz resuena por la sala al entonar una plegaria dedicada a Chemosh.

-Dios oscuro de la inmortalidad, tú que detienes a la muerte, me consagro a ti en cuerpo, en mente, en corazón y en alma...

Mientras el Traidor repite su plegaria no se da cuenta de que la puerta está abierta ni ve al joven acó­lito entrando con la brillante espada corta en la mano. A su vez, el acólito no ve a la gran criatura esquelética que acecha entre las sombras de la cripta. -¡Alto, traidor! grita el acólito.

El Traidor, sorprendido, interrumpida su plegaria, se gira y mira al joven con un resplandor en las profun­didades de sus ojos. De repente empieza a reir. Es un sonido cruel y despreciable que hace temblar al acólito.

-Ahhhh, así que quieres enfrentarte a mí, Neran? ¿Acabas de ponerte la túnica de Paladine y piensas que puedes evitar que complete mi ritual? -el Traidor niega con la cabeza y chasquea con la lengua.

-S... si, traidor, yo seré quien te lleve ante los dio­ses para pedir justicia -contesta Neran débilmente, apretando la mandíbula mientras da un paso hacia delante y levanta la espada corta.

Los ojos del traidor brillan mientras levanta una mano para señalar al acólito. Después sisea algo con tono bajo y en un idioma extraño y perturbador que hace encoger a Neran en anticipación a ser golpeado por la magia.

El Traidor vuelve a reír mientras niega con la cabeza.

-Ahhh, Neran... No deberla gastar mi poder en ti, especialmente cuando tengo a alguien que puede hacerlo por mi. ¡Krevok! ;Aragarolinathor!

De las sombras sale una figura esquelética envuelta en las llamas amarillas y sacrílegas de Chemosh. Lleva una enorme guja en las manos y se acerca al chico mientras el Traidor vuelve a levantar las manos y sigue con su canto.

-¡Un barbazu! -jadea Neran, agarrando su propia arma con los nudillos blancos. Cierra los ojos y susurra una plegaria mientras sostiene la hoja ante sí. El arma vuelve a desprender un estallido brillante de luz del sol que se extiende por toda la sala.

El infernal ruge mientras la luz sagrada lo ciega. Antes de que el infernal o el Traidor puedan reaccionar, Neran emprende una carrera ciega con el arma por delante en dirección al sacerdote maligno. El tiempo parece dilatarse y extenderse mientras Neran avanza con su espada...

...el Traidor grita una desesperada frase final...

...el infernal se gira y blande la guja hacia la espalda desprotegida del chico...

..el cuerpo del Traidor se sacude al ser atravesado en el pecho por la brillante espada, con tanta fuerza que se clava en el sarcófago de piedra que tiene debajo...

.. Neran grita de dolor cuando el arma del infernal le abre un corte hasta el espinazo y le lanza hacia un lado, donde cae al suelo...

...el infernal grita victorioso, se gira y vuelve a blandir el arma contra el chico herido...

...Neran cierra los ojos, agarrando su medallón con el puño ensangrentado y susurrando algo que sólo puede oír su dios...

...una brillante explosión (le luz estalla desde el cuerpo del acólito, lanzando al infernal contra el otro lado de la habitación mientras una radiación dorada impregna las paredes.

A medida que la luz regadora se desvanece, puede verse que el Traidor yace sin vida sobre el sarcófago, con el cuerpo atravesado por la hoja sagrada. Neran está en el suelo con una mirada de paz en sus rasgos y su espirito se eleva para unirse con su dios. Y el infernal convocado por el Traidor aúlla de rabia al encontrar­se atrapado en la cripta por las últimas palabras de un héroe cuya historia ha permanecido desconocida durante siglos...

Avalancha agachó la cabeza, decepcionado, cuando el segundo demonio se volvió por donde había venido.

-¡Ja! No se ve todos los días a un demonio huir con el rabo entre las piernas!

Después, su maza se enfundó sola y él palmeó la espalda del minotauro mientras se colcoaba a su lado, sobre el primer demonio que yace abatido.

-Bueno golpe, compañero! Ya era hora de que alguien dejara las cosas claras en este combate!

Avalancha guardó de nuevo su escudo pavés en su espalda y recogió su espadón del suelo. Entonces se produjo el parpadeo y Avalancha supo lo que había pasado exactamente.

-Bueno, ahora habrá que descubrir qué demonios custodiaba este cara de mono.

Lucien aún no conseguirá controlarse, el cuerpo le seguía temblando. Un demonio, han hecho huir a un demonio. Uno de esos seres que pueblan las pesadillas de la gente...

¿Os encontrais bien?¿Avalancha, quieres que use tu varita?

Una vez terminado el combate gracias a los dos guerreros poderosos del grupo y los demonios han vuelto a su plano, Robbie se fija en las heridas de Roth:

- Vaya, parece algún tipo de poder infernal que debe ser detenido por magia poderosa, y aún así deberemos controlar su evolución. Sientate tranquilo e intentaré sanar tus heridas. ¿Alguno más está herido?

Viendo que ninguno de los compañeros de carne y hueso estaban herido concentró su poder divino par apotenciar su conocimiento sobre la curación y sus conjuros de curar y luego de sus manos surgió una luz azulosa que debería haberse transmitido y sanado las heridas de Roth, pero el poder infernal no permitió que sus heridas sanasen

Avalancha se volvio hacia el mago. Iba a responder que estaba perfectamente pero entonces bajo la vista y vio los desperfectos en su organismo.

-Creo que no estarian mal un par de varitazos, Lucien. Son solo arañazos pero no me gusta ir por ahi de cualquier manera...

-Parece que las vacas son el punto débil de esos demonios... -digo mientras limpio la sangre de mi hacha como puedo, con una amplia sonrisa en el rostro. Luego atiendo a la nueva visión, y tras ello digo: -Bueno entonces...¿el demonio estaba guardando esa espada de luz, que es el fragmento del Bien que debemos encontrar? Y se supone que está en esta sala, no? -y la busco con la mirada, mientras añado: -Por cierto, gracias clérigo, de veras. Pero quizás la próxima vez sea buena idea que las bendiciones lleguen desde un principio, para sacarle provecho desde el comienzo del combate. Es solo una sugerencia, te estoy agradecido aun así. -finalizo haciendo hacia él una leve reverencia de cabeza, antes de seguir buscando la espada corta sagrada con la mirada.

Miro a mi compañero que aún sigue sangrando por sus heridas negras causadas por el demonio con su arma:

- Las bendiciones llegan cuando las esferas lo deciden, no cuando queremos los mortales. Gracias por el agradecimiento pero veo que aún no está recuperado y sigues perdiendo fuerzas.

Cuando los personajes intentan quitar la espada, el esqueleto del traidor quedará reducido a polvo, dejando sólo los restos harapientos de su túnica y su medallón de la fe (de Chemosh) 

Cuando finalmente llegáis afuera del templo y notáis el aire fresco, sentís corno si hubieran retirado una carga de vuestros hombros.
-Lo habéis encontrado -dice una voz suave desde detrás de vosotros, una voz que ya habéis oído antes. Os giráis y veis la extraña aparición (la de la niña, lileena, que esta de pié miríndoos con esos raros ojos azules que miran demasiado lejos.
-Debéis daros prisa, ya que las arenas del tiempo se deslizan con rapidez... el fragmento de luz es una llave, una llave que os permitirá encontrar lo que buscáis en las ruinas de una ciudad que antes no sentía miedo, pero que ahora se encuentra bajo una sombra de fuego y muerte.. Sin esperar una respuesta, la niña se vuelve y desaparece en las profundidades del templo, dejando atrás sólo un leve olor a lilas flotando en el aire.

La ciudad en ruinas de la que habla el espíritu son las ruinas de Kendermore, en la Desolación,El modo más facil para los personajes de llegar a Kendermore es encontrarse de nuevo con la tribu Mikku que los escoltará hasta AlqQurman, donde podrán encontrar un barco que los lleve por el mar de Khunnan hasta Puerto Balifor. Allí podrán encontrar un guía que los lleve por la Desolación hasta las ruinas de Kendemore, que se encuentra a la sombra del pico de Malys

Lucien hace uso de la varita en el forjado, al principio la magia no parece hacer mucho efecto, pero cuando vuelve a recurrir a ella si que nota su poder al ver como las grietas en la piel metálica de su compañero se empiezan a cerrar aunque no completamente.

Pasandose la mano por la frente se seca el sudor - Bueno, eso ha salido razonablemente bien. Al menos estamos todos vivos - sonrie inseguro.