Partida Rol por web

Miro a Sildar directamente a los ojos para hacerle entender que esa misión ya está aceptada de antemano.

-"Como he comentado, ahora mismo no tenemos ninguna pista de dónde encontrar a nuestro buen Gundren, que es la tarea principal, y si por el camino nos encontramos de nuevo con ese malandrín de Ianor, ten por seguro que acabará muerto o, si tiene suerte, preso. Creo que la mejor opción es tratar con el burgomaestre y aceptar esa misión que decía."

Al ver a Cae asustado, le hablé sosegadamente.

-"Tranquilo Cae, no te pasará nada. Yo cuidaré de ti, como te dije. Por una extraña casualidad no sabrás tú dónde se encuentra esa banda de orcos de la que hablamos, ¿verdad?" Le dije, mirándole inquisitivamente.

Freyr dedicó a Sildar una mirada similar a la que le hizo el clérigo. Era evidente que éramos los primeros que queríamos dar con esa rata de Ianor, era el único hilo por el que tirar hacía Gundren. 

Puesto que ya tenemos claros los pasos a seguir me marcho a descansar. Dijo inundando la mesa de humo. Entonces se giró y preguntó a Toblen. ¿Cuál es mi habitación?

¿Cuál es mi habitación?

Sus habitaciones siguen con sus cosas  y enseres, ( os habia dado habitaciones dias anteriores y son las mismas)

A pesar de todoToblen os acompaña a aquellos que deseais descansar a sus correspondientes cuartos, y cad acada uno de ellos os dice lo siguiente.

- Muchas gracias por librarnos de esos malenantes, ya no tendre miedo de que hagan algo a mi pequeño y mi mujer ... , no sabeis cuanta ayuda habeis dado a este pueblo ... tal vez sin merecernoslo ... - 

"Tranquilo Cae, no te pasará nada. Yo cuidaré de ti, como te dije. Por una extraña casualidad no sabrás tú dónde se encuentra esa banda de orcos de la que hablamos, ¿verdad?"

Cae se pone a pensar .... - Orcos no visto mucho hace , ... en castillo donde vivia Cae no haber Orcos ... solo Goblin y grandes peludos ... ellos traerme aqui para maltratar a pobre Cae ... enviar gran jefe ... rey,  mandar y leloos llevar con ellos para divertirse pegando a Cae - Cae solloza recordando aquellos momentos - Pero Cae ahora estar seguro ... tu fuerte protegerme ... verdad? - Dice mirando a Izmael

Miré a Cae detenidamente. Seguro que él, sin saberlo, tenía mucha y valiosa información para nosotros; como ese castillo al que se refería. Más adelante, tendría que sacarle la información poco a poco.

-"Sí, claro que te protegeré Cae. Ya te he dicho que estás bajo la protección de Lathander, dios todopoderoso, y ahora tú seguirás sus principios. Quién sabe, lo mismo dentro de unos años, llegarás a ser el primer goblin sacerdote de Lathander." Dije sonriendo.

Me levanté, al igual que hizo Freyr y me dirigí a la habitación para descansar. Le hice una señal a Cae para que me siguiera, ya que dormiría conmigo. Había hablado con Toblen para que dispusiera de un pequeño camastro en la habitación para Cae. Mañana sería un día duro, así que, qué mejor que irse a dormir pronto.

-"Hasta mañana Sildar, hasta mañana compañeros."

Parece que vuestro pequeño aliado tal vez podria saber mas de lo que creeis, tal vez  ahora que confia en ustedes sea mas ... receotivo a compartir informacion quien sabe.

Lo que si es claro es que es tarde y todos os dirigis a vuestros aposentos, hasta que la mañana despunta y podeis oler como desde el salon principal llega el aroma de la panceta frita y las gachas calientes.

Poco a poco van a pareciendo lugareños, y tambien los aventureros que despiertas y deciden su nue

La verdad es que lo siguiente que haría con Cae sería darle un buen baño. Me había costado dormir debido al mal olor que desprendía la pobre criatura. Nada más levantarnos, le enseñé una oración de pocas palabras, muy simple, que sería su mantra todas las mañanas cuando despertara. Yo también recé. Seguidamente le obligué a bañarse y le restregué bien para quitarle las costras de roña que tenía por todo el cuerpo. Por último, le di algo de ropa del hijo de Toblen, que más o menos le podía valer. Se lo había pedido al posadero la noche anterior, como un favor personal. Una vez listos, bajamos al comedor, siendo los primeros en pedir el desayuno.

Cuando la sala común quedó vacía, Isildel comprendió que era un buen momento para irse a dormir. ¿Cuánto tiempo hacía que se habían acostado todos? En la chimenea solo quedaban las brasas de lo que había sido un buen fuego.

Al llegar a su habitación ordenó los papeles y se sentó a meditar a la costumbre élfica. Unas horas después estaba en condiciones de volver a seguir leyendo los preciados manuales. Sin embargo, como comenzaba a ser frecuente en él, su meditación antaño tranquila y sin perturbaciones volvió a llenarse de imágenes caóticas y extraños portentos que hacían que le costara bastante trabajo centrarse en cualquier tarea nada más levantarse. 

Se acercó a la ventana para mirar todo lo lejos que le permitían las vistas, preguntándose por el paradero actual de Mithrandir. 

- Medianos, siempre tan problemáticos- masculló antes de darse la vuelta, resignado, y dirigirse a la sala común para desayunar. Tal vez así se le despejara un poco la cabeza.

Al bajar ya había algunos parroquianos, entre ellos Izmael y su nuevo… ¿ayudante? ¿mascota? No sabía muy bien como definir aquella extraña relación entre el sacerdote y el goblin.

En silencio, se acercó a ellos y tomó asiento en la mesa contigua, procurando poner algo de distancia entre la criatura y él, si bien pudo percibir que algo había cambiado: la intensa y mal oliente aura que lo acompañaba el día anterior parecía haber desaparecido. El elfo enarcó una ceja sorprendido y reprimió el repentino impulso de sonreir pues no habría sido propio de sus refinados modales.

- Buenos días- dijo simplemente en un alarde de elocuencia, pasando a continuación a extraer su pesado libro de oraciones de su mochila para hundir en los conocidos versos su escasa atención mientras le servían el desayuno.

Al enano le costó despertar. Demasiado cansancio, demasiadas heridas, demasiadas preocupaciones. Aunque tarde, logró ponerse en pie y reunirse en el salón junto a sus compañeros para desayunar. 

En su cara podía reflejarse que no estaba de humor, solía pasarle por las mañanas hasta que no desayunaba y fumaba de su pipa. Eh. Dijo a los presentes sentándose en la mesa haciendo un leve levantamiento de cabeza como saludo. Sus manos fueron rápidamente a por el desayuno que, como siempre, les habría dejado Toblen amablemente y se puso a devorar. No tenía hambre especialmente, sin embargo, presentía que el día sería tan largo y duro como el de ayer.

Os levantais y os dirigis a desayunas, charlais sobre lo ocurrido el dia anterior y a nadie se le pasa que Cae, ahora no huele ... a mierda de pedro ... aunque decir que huele bien seria un insulto a ese termino.

Comeis con tranquilidad, y como habeis pensado el dia anterior os dirigis a la casa consistorial donde esperais encontrar al Burgomaestre, pero nada mas llegar comprobais que la casa consistorial esta cerrada ... es cierto que Sildar no lo habeis visto en el desayuno hasta que ha bajado justo antes de que marcharais, asi que es trade ya, e incluso frente a sus puertas hay 2 o 3 personas esperando airada

Un minero con documentos es el primero que se os acerca - Demonios donde esta el Burgomaestre, quiero legalizar esto, he encontrado un filon de plomo y no quiero que lo quiten, llevo desde el amanecer, y deberia haber abierto hace bastante tiempo ... -

Otra señora que pasaba por ahi - Que raro, no ha sonado la campana de la mañana, .... cerrado, que raro, si es lo primero que se pone en funcionamiento de la ciudad, salvo por la capilla y la taberna claro jijijij - para despues alejarse.
 

Al terminar de desayunar, volvimos a las habitaciones para recoger nuestro equipo. Lo necesario para salir airoso de alguna contienda, nunca se sabe, y más viendo la chusma que había en esta villa. Cae me acompañaba en todo momento y yo aprovechaba cualquier instante en instruirle sobre la vida normal de una persona: ser educado, buenos modales, ser pulcro o en su caso, no ser tan sucio. También le iba instruyendo en la fe de mi dios, poco a poco, para que no se agobiara. De momento le había asignado una tarea, que era la de preparar la jofaina por las mañanas para asearnos. También le había enseñado una oración para empezar el día. En un tiempo, puede que fuera un buen novicio.

Volvimos a salir al salón, con todo lo necesario. Auric y Dalia seguían durmiendo, así que no les despertamos y le dijimos a Toblen que cuando bajaran los enviara hacia la casa consistorial. Sildar tampoco apareció. Puestos en marcha, por el camino les dije a mis dos compañeros de ir un momento al sastre, cosa que hicimos. Allí, le encargué al sastre un pequeño hábito, siguiendo mis indicaciones, para Cae. Si iba a ser un discípulo de Lathánder, debía de vestirse como tal. Después de esta pequeña parada nos dirigimos a ver al Burgomaestre, pero mira tú por dónde, no había llegado hoy. ¡Vaya coincidencia!

-"¿Qué os parece amigos si vamos a la vivienda de este tipo a buscarle? El asunto que nos urge es importante y el tiempo es oro. El no estar aquí hoy me huele raro, y no es por Cae." Dije sonriendo.

Dalya llegó al desayuno con grandes ojeras, había pasado toda la noche leyendo sus viejos libros, tratando de recodar las habilidades que hace tanto tiempo abandonó pensando que nunca más necesitaría. En su cara, junto al cansancio, se refleja algo de frustración por los traspiés de algo que pensaba que solo sería desempolvar un viejo cuaderno...

¡Isildel! Exclamó al ver a su compañero en el comedor. ¡Justo el elfo que necesito! Necesito que me digas qué estoy haciendo mal.... Mira. Pidió mientras gesticulaba pronunciando un pequeño encantamiento... Al finalizar la cerveza de Frery comenzó a elevarse. Vaya... Dijo entre sorprendida y extrañada... ¿Por qué ahora ha funcionado y antes no?

Un gato correteaba a sus pies mirándolo todo sin alejarese de la mediana. Una extraña inteligencia podía entreverse en sus ojos que observaban lo que le rodeaba. Al menos ese me salió a la primera... Murmuró mirando al gato

Dalya aun dormida le pdie ayuda a Isildel, y Auric, os acompaña tambien pero adormilado, no dice nada.

Parece que el burgomaestre se a dormido o algo, asi que decidis ir a su casa, esta cerca aunque algo apartada de la plaza centra. Al llegar a su puerta, llamais confuerza, esperando respuesta, pero nada, tan solo escuchais un sonido sordo y silencio. Volveis a llamar a la pierta y esta se abre, al parecer esta abierta, avanzais hasta la sala de estar y descubris el macabro espectáculo.

Sobre la alfombra esta el burgomaestre con el cuello rajado de lado a lado sobre un charco de sangre, y en el salon podeis ver 2 hobgoblins desarmando la casa, como si buscaran algo.

Nada mas entrara y ver aquello los dos hogboglin vuelven la vista hacia el sonido.

Nos dirigimos hacia la casa del burgomaestre, esperando que allí estuviera el tipo. Por el camino se nos unieron la mediana y el semiorco, y ya con el grupo al completo, fuimos hasta allí, indicados por la gente del lugar. Nada más entrar por la puerta, vimos que el orondo personaje estaba muerto, degollado, y dos hobgoblin registraban la sala. ¿Pero cómo habían entrado en la ciudad estas criaturas sin que nadie las viera? ¿Por qué habían matado al burgomaestre? ¿Y qué buscaban? Actué rápidamente, ya que teníamos la sorpresa a nuestro favor. Saqué mi maza y cargué contra ellos al grito de mi dios, no sin antes advertirle a Cae que se quedara afuera.

-"Quédate aquí Cae. ¡Por Lathander!"

Las criaturas eran muy rapidas, con facilidad esquivan a Izmael y al reto de heroes y de forma dramatica, saltan por la ventana y huyen a la espesura del bosque que esta proximo en la casa.

El espectáculo es dantesco, el burgomaestre yace en el suelo decapitado, la sangre borbotea de su cuello, peor parece que intenta hablar ... acercais el oido y podeis escuchar entre gorgojeos y chorreo de sangre una simple frase ...

- lo siento ... yo no queria ... - 

Entre sus dedos hay un papel ... el el podeis leer con claridad una simple frase ... "Ya no nos eres util" y debajo el dibujo de una araña negra, símbolo que ya conoceis, la firma de la araña negra.

Estaba claro que el burgomaestre esta compinchado, pero al ver el sotano, es algo mas que eso, esta lleno de cadaveres, parece que han usado esa sala para torturar a alquien, y en un rincon lo podeis ver ... el cuerpo de Gundren ... su cuerpo esta frio, hace tiempo que esta muerto, y esta claro que ya han conseguido todo lo deseado de el, la localizacion de la mina del oleja ... esto puede ser el principio del final de aquella zona.

Tras aquella derrota, los 4 junto con Cae intentasteis encontrar la mina, el castillo de bocapeñasco o a esa araña negra, pero se os escapa de los dedos.

Es solo cuando pasa medio año, cuando algo cambio, pero para mal, se habla de que una fuerza maligna crece entre las colinas, cientos de orcos y criaturas malignas se arremolina, y hablan de que un ser de gran poder los comanda.

Sildar intenta recuperar Phandalin, pero los limitados recursos humanos, de fuerzas militares es insuficiente, y la region cae el dominio de esta criatura, al parecer consiguieron las maravillas de la mina del oleaje y dominar la región .... todo lo que deseaban conseguir Gundren y Sildar se ha ido a la miseria, y el peor resultado ha tenido lugar ... se podra cambiar el destino de la zona o es el comienzo del final de la costa de las espadas ... el tiempo lo dira ....