Partida Rol por web

- Sin embargo si se donde fueron el grupo de compañeros de Gundren ... era para lo que quería ayuda, solo se que tenian que llevar un carromato de provisiones a una ciudad que esta a unos 10 dias o 12 de aqui, llamado ... Phandalin creo ... es una ciudad muy pequeño , y alejado de la carretera comercial que va hacia el sur, si no me equivoco ...- Dijo mientras se tomaba una jarra entera tras terminar de contar eso.

- Te recomiendo que si queires ayudar a Gundren que busques a ese grupo ... habia un Draconiano metalico, 2 orejas picudas, un jovencito ( manera que llaman a los humanos los enanos) y un camarada Enano, primo de Gundren tambien, como yo. Parecian buena gente, y bastante ... versados en la batalla, menos un orejas picudas, solo leia libros y de seguro que sera el mas listo del grupo ... , lo mas facil para identificar el grupo seria el draconiano metalico, soy muy raros, son como un lagarto grande con piel color metal, este es color cobre ... , no se nada mas ..., es toda la ayuda que podria darte, no se ni nombres ni mas de la mision que os tenia preparado, era algo privado y salvo el destino por si acaso, lo demas no es de mi incumbencia. -

Thalai sonrió. Una sonrisa amplia. Al fin el terco enano había largado algo de interés.

-¡Ajá! ¡A eso llamo yo una buena pista! ¡A mis brazos, Grot, primo de Gundren del clan Buscarrocas!-. Thalai se alzó súbitamente henchido de júbilo y dio dos cálidas palmaditas en los carrillos al enano. -¡Sabía yo que bajo ese caparazón de piedra se ocultaba un alma noble! ¡Eres igual que tu primo, Grot! ¡Rocoso por fuera! ¡Entrañable por dentro! ¡JAJAJAJAAAAAA!-. Apuró la damajuana, no sin antes golpear la jarra de Grot en claro deseo de salud.

-¡Me has ayudado grandemente, Grot! ¡Gracias por tu hospitalidad! ¡Saldré de inmediato en busca de tu primo y seguiré la pista que me has dado! ¡Y a fe mía que si regreso a Nuncainvierno sabré dónde sentar mis huesos...! ¡EN EL LIRIO MARCHITO! ¡JA!-. Golpeó la barra con tal entusiasmo que el tabernero debió temer que el hacha se descolgase y le cayese en la testa.

Hace escasos minutos, Thalai valoraba si enterrarle la nariz en el cráneo al enano. Ahora, era una especie de amigo para él. Uno hosco bastante gruñón, pero eh, nadie dijo que fuera un mundo perfecto.

Y así, el gigante salió de la taberna canturreando una canción tribal bastante obscena en su dialecto mientras pensaba que seguirle la pista a un grupo tan grande camino de Phandalin no debía ser tarea difícil. Menos aún si el sol brillaba en el lomo de un dracónido de bronce...

Thalai hizo su ritual favorito. Inspiró. Expiró. Sonrió, alegre de estar vivo aquella mañana. Y comenzó a correr siguiendo la pista que le había dado Grot. Y corrió. Corrió mucho. Porque no lo olvidemos: llegaba tarde. Y ya se sabe, cuando un amigo llama... un amigo acude.

Aguanta, Gundren Buscarrocas, allá va en tu busca Thalai Vaimei-Laga... ¡Aguanta, amigo! Sólo espero que sea algo emocionante... Porque si no... Voy a enfadarme... Y cuando me enfado... Je. 

Sales corriendo hacia Phandalin, pero tu no sabias ni donde estaba ni realmente el camino, comenzaste a correr sin saber exactamente el destino, pero pararte a pensar no fue tu primer impulso ... Cuando tomaste el camino del sur, veías a muchos labriegos, comerciantes y caballeros que iban de norte a sur y en dirección opuesta, muchos movimiento de mercancías y personas, algunos mercaderes al verte intentaban contratarte, y los labriegos te evitaban, temían tu ira o si le robaras no podrían hacer nada. caminabas mas de lo normal y descansabas cuando te apetecía.

Tras unos dias en el horizonte ves una pequeña ciudad o algo asi ... pensabas que habias llegado pero cuando llegas compruebas que no es tu destino, comienzas a canturrear sobre que ya habias llegado a Phandalin, cuando de repente el conductor de un carromato cercano, con mas miedo que otra cosa te interrumpe

- Buen ... hombre?? - dice sin saber como definirte ya que eres demasiado grande ,negro y ruidoso para lo que habia visto ... - eso no es Phandalin, es Leilon ... si va a Phandalin se ha pasado el cruce de Triboar, debe volver al cruce y tomar el camino durante unos dias, en ese camino esta señalado la salida a Phandalin , ... jejeje - dice algo nervioso por no darte la razón.

Vuelves por el camino hasta el cruce y sigues corriendo y descansando de manera aleatoria y intermitente ..., Cuando has llegado al camino hacia Triboar no ves ningún carromato, de pasar de un camino lleno de mercancias y mercenarios, así como labradores, en este camino no hay apenas nadie, por no decir nadie durante dias ...

Cuando ya estas casi pensando que no los vas a encontrar, de repente ves a lo lejos un carromato, esta parado, pero poco mas puedo ver de el mas que eso, pero esta parado porque esta en una curva y no desaparece de tu vista.

Thalai estaba en su mejor momento, corriendo a pleno pulmón y cantando en bucle la vieja canción de guerra de su amada diosa Rauatai, que venía a decir algo parecido a...

...Y la feroz Rauatai a los demonios miró

Y agitando sus diez espadas en el aire advirtió:

"Al primero que avance, la cabeza le corto.

El último que se rinda, tendrá un nuevo orto".

Thalai estalló en una carcajada atronadora imaginando los rostros de los enemigos de Rauatai tras semejante bravata. Estaba tan entusiasmado con las cantinelas y el despliegue de ejercicio físico, que se equivocó de salida y puso rumbo a Leilon. Por suerte, un hombrecillo asustadizo le indicó el camino correcto. La gente de los prados le tenía cierto miedo, cosa que él no comprendía demasiado bien. ¿Acaso no les mostraba su mejor sonrisa?

Palmeó amigablemente en el rostro al amable conductor que le dio una buena orientación y le deseó buen viaje. Se cuidó de calibrar su fuerza, porque era bien sabido que el Guardacielos era capaz de dislocar mandíbulas de un solo bofetón. Y claro, no era esa su intención.

Encauzó sus zancadas rumbo a Triboar. El paraje era inhóspito, solitario. Thalai aguzó los sentidos, pero no parecía haber nadie por aquel paraje. Empezó a considerar que no alcanzaría a los muchachos de Gundren a pesar de su excepcional carrera.

Entonces... ¡UNA NUEVA PISTA!

Un carromato varado en mitad del camino.

Sospechoso.

MUY sospechoso.

Thalai, echando mano al mástil de su aterradora hacha de batalla, avanzó con cautela, listo para cualquier eventualidad. No quería asustar a ningún viajero que estuviera haciendo de vientre, pero vista la falta de seres vivos por aquella zona, tampoco quería pecar de incauto.

Te mueves sigilosamente entre el bosque un poco ladeado para evitar que te vean en pleno centro del camino ... vas acercandote con cuidado ... y a la distancia ves que es un carromato no muy nuevo lleno de mercancías, al menos a los 100 pies que te encontrabas. Y tan solo puedes ver que hay una persona sobre el carromato pero no sabes, tal vez es un mercader o es un bandido, no sabrias decirlo, no puedes ver mas alla porque hay un recodo en el camino.

Thalai se rasca el mentón y agudiza la vista, pero aún así no sabe distinguir bien quién está en el carromato. Sólo sabe que es un solo individuo.

En su experiencia, pegarle un susto a alguien nervioso suele terminar en conflicto. Si ese alguien no fuese amigo de Gundren Buscarrocas no habría problema en soltarle un sostrazo. Pero claro... ¿Y si fuese amigo de Gundren?

Entonces sí habría un problema para Thalai. Porque los amigos de los amigos de Thalai son, por extensión, amigos de Thalai.

Así pues, el gigante negro prosigue sigiloso hasta el límite del bosque en el que se ha agazapado y observa al tipo del carromato de cerca.

Te acercas un poco mas ... y la verdad es un individuo delgado y con ropas coloridas, demasiado delgado para ser enano y escurrido para ser Humano ... parece un hombre ambriento o un elfo, la verdad.

La descripcion de Grot no dio demasiada información, pero teniendo en cuenta que no has visto nada y a nadie en este camino y que es un carromato en este camino te da toda la sensación que deben ser los amigos de Gundren, pero tal vez deberias preguntar primero para estar seguro ...

Un gigante de piel oscura y tatuada con grabados rojos emerge de entre la maleza del bosque cercano con gesto amable, si bien algo confuso, observando al conductor del carromato. De fisonomía poderosa, sudaba de modo abundante, como si hubiese estado haciendo un esfuerzo continuado durante varios días. Salvando unos calzones con un cinturón metálico y unas botas de piel, su único atuendo lo componían un zurrón de cuero y un collar sembrado de dientes de diversos depredadores.

Quizás fuera un cazador.

-Saludos, viajero. Ando algo confundido. ¿Habéis visto por curiosidad un carro guardado por un grupo compuesto por un dracónido bronceado, un enano, un humano y dos elf...?-. El hombre se detuvo. Frunció el ceño y se rascó el mentón con uno de sus enormes dedos. Sostenía sobre el hombro una descomunal hacha de batalla de una hoja lo suficientemente grande como para descabezar a un caballo con un buen tajo.

Quizás fuera un guerrero.

Parecía, por suerte, relajado. Al menos, de momento. Lo que parecía turbarle era un pensamiento recurrente.

-Un momento... ¿Acaso sois amigo de un enano llamado Gundren Buscarrocas? Porque... en tal caso...-. El enorme humano pareció esbozar una... ¿sonrisa? plagada de dientes afilados como cuchillas. -¡...En tal caso nuestros destinos están unidos! ¡JAAAJAJAJAJAAAAAAA!-. Soltó una carcajada ensordecedora y hundió la pesada hoja de su hacha en el suelo sin mucha dificultad. Extendió los brazos, unos brazos que podrían estrangular a un oso. -Mi nombre es Thalai Vaimei-Laga. Ando buscando a Gundren desde hace unos días. Me citó en Nuncainvierno, en una taberna llamada el Lirio Marchito, regentada por su hosco primo, el buen Grot. Ha sido él quien me ha puesto sobre la pista, pues por causas del destino, llegué tarde al encuentro-. Extrajo del zurrón una carta bastante arrugada con el sello del clan Buscarrocas. El bárbaro había aprendido la importancia de identificarse con rapidez para no despertar suspicacias. -Llevo corriendo días en dirección a Phandalin con la intención de alcanzaros para saber de mi buen amigo Gundren, aunque lamento decir que me perdí por el camino. Aquí mis credenciales, por si dudan de mi palabra-.

Thalai sonrió ampliamente al elfo bien vestido que permanecía en el carromato.

Quizás fuera un amigo.