Partida Rol por web

Freyr levantó la cabeza sobresaltado con la fiesta montada por la menuda pelirroja. Se había quedado dormido. ¿Qué? ¿Trasgos? ¿Dónde? El enano se levanto de un salto y agarró fuerte su martillo. Cuando entendió la situación se le quedó cara de tonto.

El discurso de Isildel pilló ya bien despierto al enano, que se lo agradeció con una leve patada en el pie. Vale ya viejo cascarrabias. No sabía la edad de Isildel, pero considerando que era elfo, seguro que tenía bastante más de la centena de años a sus espaldas. Eres peor que un enano. Ja, ja, ja. Añadió el enano en tono jocoso, soltando de nuevo sus sonoras carcajadas, que resonaron por toda la sala. Debemos descansar primero, ahora mismo poco podríamos hacer de tener que luchar otra batalla. Explicó Freyr al avinagrado mago. Nadie se olvida de mi primo, pero si lo que sabemos es cierto, de momento estará bien y conociéndolo, se las apañará para que sigan necesitándolo durante un buen tiempo.

Tras reprender al elfo, Freyr se acercó con las pocas fuerzas que le quedaban a la pequeña Kendra y le revolvió su enmarañado pelo. Prometo bailar contigo más adelante pulguita, pero ahora mismo mi condición física no me da para mucho más. ¿no querás que se me reabran las heridas verdad? Preguntó el enano sonriente y con tono amable. ¿Puedo ver qué has encontrado igualmente? El enano se había percatado de los brazales y le gustaría examinarlos más a fondo.

Kendra observó con fastidio a sus compañeros e hizo un pequeño mohín, aunque el disgusto le duró poco ante la perspectiva de enseñar lo que había encontrado. - ¡Mira, Freyr! ¡Estamos forrados, amigo! - exclamó emocionada mientras ponía en manos del enano todo lo que había encontrado. - Dinero, dinero, dinero, dinero, pociones, rana, dinero... ¿No es maravilloso ser aventurero? -. Olvidándose rápidamente de las ganancias y centrando su atención en el goblin prisionero.

Freyr se sentía genial con la energía que trasmitía Kendra. Al verla tan emocionada casi se le olvidaba el dolor de sus heridas, la sonrisa no podía borrarse de la cara del enano, aunque su poblada barba no es que dejara que se viera mucho.

¡Oooohhh! ¡Eres genial Kendrita! La felicitó el enano volviendo a revolverle el pelo. Ricos, ricos, ricos, ricos, me vendría bien una, oohhh bonita rana ¡y más ricos!. No sé si genial, desde luego a tu lado es divertido. Freyr fue comentando cada cosa que le mostraba la mediana pelirroja, se había acostumbrado a su pequeño juego y le resultaba gracioso participar de él, tanto que acabó carcajeándose de nuevo Ja, ja, ja. La risa del enano volvió a resonar por toda la estancia.

A pesar de todo lo que Kendra le había mostrado, a Freyr le llamaron la atención unos brazales que se encontraban entre el tesoro, los agarró y los inspeccionó detenidamente, su diseño resultaba bastante curioso.

Observas toda las piezas de cobre y plata que kendra que muertas, toma la rana y es de diseño elegante, de buena manufactura, pero cuando coges los brazaletes en tu mano ..., no necesitas mirarlo mucho para ver que los brazaletes no serian nada eficiente para un luchador, están formado por tiras metálicas de color cobre, tiene 3 aros atraves del que se pone el antebrazo, y en ellos, hay dibujos y diseños troquelados en el metal, y solo hay 4 tiras de metal que dan forma al brazalete, tambien troquelado con simbolos y diseños geometricos, tal vez podria soportar un golpe amplio pero seria inutil para un apuñalamiento o incluso al recibir un golpe, estas seguro que se romperia el mil pedazos, unos brazaletes normales seria mazizo, sin fisuras .... no tiene sentido que un herrero creara este tipo de brazaletes apra defenderse, seria inutil .....

Lo unico que tiene sentido que tenga algo oculto como magia o algo asi ...

Mientras observaba a la pequeña bailarina, vi que sacaba un par de pociones. Me acerqué y las cogí para observarlas. Quité sus tapones y respiré sus efluvios. No había duda, eran pociones de curación. Me acerqué a Freyr y le extendí una, aunque este estaba más centrado en la baratija que le había traido Kendra.

-"Tómate esto Freyr, te ayudará y recuperarás fuerzas."

Fui a ver al gigantón y le pregunté.

-"¿Tú qué tal te encuentras? ¿Tus heridas son graves? Esta pócima te puede ayudar."

Le di la poción a Thalai y fui a sentarme un ratín. Estaba muy malherido, pero mi fe me obligaba a ayudar antes a los demás que a mi mismo.

El enano se vio interrumpido por Izmael mientras observaba los brazales más de cerca. ¡Ni en broma me la voy a beber! Le espetó cuando ofreció la otra poción al gigantón. Prefiero arrastrarme si hace falta. Tú eres nuestro sanador, por lo tanto eres el primero que debe recuperarse, si tu caes, no tendríamos quien nos curara después. Freyr se acercó con gesto serio y le devolvió la poción al clérigo, el gesto del enano dejaba patente que consideraba extremadamente importante la supervivencia de Izmael para el bien del grupo.

Freyr comenzó a caminar hacia el mago de nuevo, sus pasos eran más torpes que de costumbre, verlo caminar era un reflejo de su estado actual. Le entregó los brazales con delicadeza, pues parecían delicados. No tienen ningún valor para un guerrero, estudia a ver si tienen alguna capacidad mágica, si no la tienen y Kendra quiere por mí puedes quedártelos, parecen tan elegantes y delicados como los de tu raza. El enano continúo su camino hacia el mismo lugar donde se estaba sentado minutos atrás. Volvió a recostarse contra la fría roca de la cueva y sacó su pipa, necesitaba fumar después de tantas emociones, además le ayudaba a pensar.

Tras un par de profundas caladas, el humeante enano se dirigió a todos sus compañeros. Creo que lo mejor será descansar y recuperar fuerzas de manera natural. Esas pociones pueden venirnos bien en un futuro. Una gran nube de humo fue saliendo de la boca y nariz del enano según iba articulando las palabras. Además, debéis recuperar vuestra magia por lo que pueda pasar.

Tras un rato de discusión decidis descansar una horita, con turnos de vigilancia a la unica entrada de la caverna, pero descansando y recuperando fuerzas sentis que la experiencia de la cueva a tonificado vuestras fuerzas, espiritu, constitución y habilidades, el descanso es suficiente y satifactorio, sintiendoos incluso más fuertes, mas poderosos. 

Soltais a los goblin tal como prometisteis sin ningún arma ni armadura, y haciendo que prometan que huirán de aquella zona y dejarán la vida de asaltadores, ellos huyen de manera asustada direccion opuesta a donde esta el camino hacia Phandalin.

Isildel posee en sus manos unos brazaletes muy extraños que le ha dado Freyr, y el resto de tesoro lo guarda Izmael, el cual al ser un clerigo todos decidis que sera el que pueda guardar el tesoro de manera mas seguro a pesar de las muecas y verrinches de Kendra.

Salis de la cueva, pero parece que Kendar y Thalai tienen otros planes ... tal vez decidan explorar ellos solos el norte, pues son los mejores batidores, o tal vez encontrar informacion de otras criaturas del bosque ... que sera 

Al salir de la cueva, el sol bañando el rostro de ébano del gigantesco bárbaro, Thalai, del clan Vaimei-Laga, apodado el Guardacielos por razones evidentes, se estiró como si acabase de despertar de una larga y reparadora siesta. Su larga y salvaje melena caía en cascada por su robusto cuello y parte de sus descomunales omoplatos. El coloso se rascó el mentón y sonrió, mostrando sus dientes de sierra, mientras miraba al horizonte.

-Aaaaah... Me siento más fuerte... Mucho más poderoso... Me siento como si... Como si... ¡COMO SI PUDIERA CONQUISTAR EL MUNDOOO!-, dijo mientras su atronadora risa resonaba por las colinas alrededor. Su sentimiento estaba justificado, pues había trascendido a otro nivel tras su experiencia en aquella cueva. En un cierto sentido ascético, espiritual. Pero también físico y mental. Se sentía más rápido, más depredador que nunca. Quizás estaba preparado para comulgar con los espíritus y pedir la visita de sus ancestros... Ellos le guiarían en su camino y le dirían qué animal estaba conectado con él. Era algo muy relevante para un guerrero tribal del clan Vaimei-Laga. No era lo mismo que te visitase el espíritu del tigre blanco que el espíritu de la libélula. Las libélulas visitaban a los alfeñiques, bien era sabido. Y todos los niños en la tribu tenían pesadillas con ser visitados por las libélulas. Seamos realistas: las libélulas eran espíritus con poco fandom en los clanes de montaña.

Thalai anhelaba ser visitado por el mismo espíritu que asistió a la gran Rauatai en su iniciación: el gran oso de obsidiana. El más fuerte y duro de entre todos los espíritus. Quizás no el más astuto, pero sí el más noble. A buen seguro no el más rápido, pero sí el más implacable.

Thalai era un gran oso de obsidiana. Como antes que él lo fue su padre. Y como antes que su padre lo fue su abuelo. Y como antes que su abuelo, lo fue Rauatai. Y es que, en el fondo de su corazón, Thalai lo creía así. Lo sentía así. Y no sabía la maldita razón que llevaba el bravo bárbaro, pues por sus venas, al igual que por las de Rauatai años atrás, corría la misma sangre. Una sangre noble, incandescente y belicosa. Una sangre que se derramaba por la promesa de una buena batalla y por el afán de superación de todo guerrero Vaimei-Laga.

Thalai observó a sus compañeros con sus ojos del color del rubí. Su aventura en la cueva, su lucha conjunta contra el osgo capitalista -ese vomitivo Klarg-, y el misterio en torno al secuestro de Gundren había sido una buena historia que contar, con una batalla bastante bronca y sucia como colofón. El bárbaro sintió la irrefrenable necesidad de correr, rumbo a Phandalin, superando a todos sus compañeros en velocidad por la sencilla razón de que, entre todos ellos, él podía permitirse hacerlo. Allí les esperaría en la mejor taberna, con el mejor estofado y el mejor hidromiel. Y celebraría con ellos el haberlos conocido, pues el gran Thalai sabía bien que el secreto de los mejores guerreros siempre es el mismo: no es la espada que blandes en la mano la que gana la batalla, es el corazón de los valientes que te siguen hasta el final, aunque tras la Puerta Negra aguarde la mismísima Muerte.

-¡Dama y señores! ¡Avancemos hacia nuestro destino! ¡Nuestro hermano Gundren aguarda su rescate! ¡No hay tiempo que perder! ¡Ruuuuuuuuuuuuumbo a Phandalin!-. Sin mediar más palabras, Thalai cogió a la inocente Kendrita y se la subió a cucurumbillo. -¡MELENUDA! ¡GUÍA MIS PASOS! ¡EL ÚLTIMO QUE LLEGUE A LA TABERNA, PAGA LAS CUENTAS! ¡¿QUÉ TE PARECE ESO, FREYR, CREYENTE DEL MARTILLO?! ¡JAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAAAAA!-, el bárbaro atizó una de sus ya legendarias bofetadas resonantes al moflete del enano y comenzó su carrera a toda velocidad, perdiéndose en la lejanía. Aún se le alcanzó decir a voz en grito -¡VINAGRETAS! ¡TE PEDIRÉ UNA INFUSIÓN PARA EL PÍLORO! ¡JAAAAAJAJAJAJAAAAA! ¡GLORIA SIEMPRE A RAUATAI!-.

Una verdadera lástima que Kendrita la Dulce no tuviese ni la más remota idea de dónde quedaba Phandalin, lo que abocó a aquel dúo a acabar, precisamente, rumbo a Nuncainvierno.

Cosas de aventureros.

Kendra estaba un poco taciturna en el camino de salida por no haber encontrado a Gundren en la cueva. Es cierto que habían vivido una aventura interesante y que habían conseguido una estatua de una rana, pero los goblins olían muy mal y su arco era un vil traidor... Ahora lo sabía... Sin embargo, su ánimo se vino arriba cuando la luz del sol y la frondosidad del bosque les dieron la bienvenida. 

Aaaaah... Me siento más fuerte... Mucho más poderoso... Me siento como si... Como si... ¡COMO SI PUDIERA CONQUISTAR EL MUNDOOO!

Kendra asentía con mucha intensidad ante las palabras de Thalai y tarareaba feliz, mientras cogía unas flores silvestres de un arbusto majestuoso. - Querido Thalai, no sé si podrás conquistar el mundo, pero has conquistado mi pequeño corazón... - le dijo con devoción al gigante mientras le colocaba flores de colores en la barba al enano. - ¡Mira, Freyr, son ambientadoras y encima te sirven de camuflaje! ¡Dos en uno! ¡Estás muy guapo! - y con la espontaneidad que la caracterizaba le soltó un sonoro (y un tanto baboso) beso al enano en la mejilla.

La mediana fue dando saltitos hasta Izmael y le dio una flor en medio de una de sus piruetas. Se dirigía ya Kendra con total decisión a ponerle un floripondio al elfo en toda la cabeza cuando sintió un tirón que casi la descuajaringa y que hizo que un montón de flores cayeran sobre el elfo, quedando algunas en la posición que precisamente la joven había pretendido.

Una felicidad suprema la invadió al darse cuenta de que Thalai la tenía sobre sus hombros. Se sentía invencible a semejante altura, el mundo parecía diferente. 

¡MELENUDA! ¡GUÍA MIS PASOS! ¡EL ÚLTIMO QUE LLEGUE A LA TABERNA, PAGA LAS CUENTAS! ¡¿QUÉ TE PARECE ESO, FREYR, CREYENTE DEL MARTILLO?! ¡JAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAAAAA!

La mediana empezó a reír con ganas al sentir a Thalai salir corriendo hacia la espesura. Un sonoro ¡¡¡YUUUUUUJUUUUUUU!!! quedó resonando en el aire mientras desaparecían de vista. ¿Debería decirle que no sé dónde está Phandalin? ¡Bah! No puede ser tan difícil... ¿No? 

El gran Thalai y la pequeña Kendra en sus hombros salen disparados ... hacia el norte?, eso era raro, pero ni tuvisteis fuerzas ni rapidez como para pararle e indicarles que era el camino opuesto, asi que esperasteis un raito imaginando que volverian de aquello, que os esperarían, pero pasó el tiempo y nada ... se habían largado y solo os quedaba la esperanza de que llegaran a Phandalin ( algo que no pasara considerando el duo que se ha unido).

Cuando recuperasteis las fuerzas y tomasteis todo el equipo (Isildel te recuerdo y va a ser la ultima vez jijiji, que Freyr te ha dado unos brazaletes muy raros ), intentais volver al camino original, caminado con buen ritmo y fuerzas recuperadas comenzais a caminar a buen ritmo, primero llegando hasta el sitio donde fuisteis atacado, parece que ha pasado una eternidad ( como unos meses JAJAJA).

Por lo que recordais del mapa, Phandalin no se encontraba demasiado lejos, hacie el este y despues al sur, asi que seguramente podríais llegar antes de la noche, camináis un par de horas, cuando llegáis a una recta, donde podeis ver al fondo un carromato, parece parado, y con facilidad podeis ver desde lejos que no es el vuestro, ya que esta algo mas lleno ( estais como a 500 metros o asi)

El descanso en la cueva es breve pero necesario. Isildel tomó en silencio los brazaletes que le entregaba Freyr y los miró con el rostro inexpresivo. Intentó examinarlos de forma profesional, mirando sus grabados e intentando identificar su procedencia para saber si, efectivamente, eran de origen élfico y, si así era, a qué familia pertenecían. También hizo uso de su gran libro, donde pudo recitar el ensalmo mágico que le permitiría discernir si en ellos había algún encantamiento.

Tras el descanso, con algo más de energía y de ánimo, recogieron el campamento improvisado y salieron al exterior, donde una vez más el gigante de ébano hizo gala de toda su fuerza y energía emprendiendo el camino a Phandalin con la mediada a hombros… ¡En la dirección equivocada!
-¿¡Vinagretas!?- preguntó enarcando una ceja y con la cabeza llena de flores.- Los Dioses los crean y ellos se juntan…- suspiró.- Extraña pareja. Solo deseo que se rediman de sus creencias paganas y tomen el camino correcto hacia la salvación- musitó casi para sí mientras, con gesto molesto, se desprendía de las flores que le habían arrojado tan desconsideradamente. Y pensar que no hacía ni veinticuatro horas creía que serían una amenaza… Rió con ironía y emprendió camino a su vez: Aún no habían alcanzado su destino y la vida de Gundren aún estaba en peligro.

Después de un descanso bastante reparador para hacerlo tumbado en la fría roca, salimos de la cueva. Algo en nosotros había cambiado, estábamos más frescos y alegres. También había cambiado nuestra forma de relacionarnos. Antes éramos un grupo que no nos conocíamos, pero teníamos un punto en común: Gundren. Ahora éramos un grupo unido por la amistad y por un objetivo común: salvar a Gundren.

Guardé las pociones y el resto del tesoro encontrado en la mochila e hice un boceto de la situación de la cueva. Cuando llegáramos a Phandalin se lo podríamos vender a alguien por unas monedas. Dentro de la cueva quedaban bastantes cajas con materiales diversos. Parece que los demás me veían como el más capaz para hacer de tesorero.

Afuera, el sol nos incidía agradablemente. Nos preparámos para partir, sobre todo el gigante bárbaro. La pequeña Kendra, me dio una florecilla que iba repartiendo a todos. Tagalai, creyendo que era una competición de velocidad, salió disparado con la pelirroja entre los hombros. Se pensaba que era una carrera contrarreloj, así que la velocidad que cogió fue sorprendente. Parecía la embestida de un rebaño de ñus: el suelo temblaba, los animales huían a su paso... y su sombra desapareció en lontananza, pero en dirección contraria a la de Phandalin.

-"Bueno, creo que se ha equivocado de camino. A esa velocidad, cuando se den cuenta de su equivocación, creo que les dará tiempo a volver a alcanzarnos. Sigamos nosotros."

Isildel, Froyr, Hallwilder y un servidor, avanzamos hacia el sur hasta llegar al camino. Nuestro compañero dracónido y el semielfo se habían llevado el carromato, no se les veía por ningún lado. Habíamos acordado que esperaran aquí, pero al parecer cambiaron de opinión. Fuimos andando a buen ritmo, con la esperanza de llegar pronto al poblado.

-"Bien amigos, cuándo lleguemos y cojamos sitio en una posada. ¿Qué proponéis que hagamos? ¿Habéis pensado en ello?"

A lo lejos, se divisaba un carromato, pero más grande que el nuestro. Cuando estuviéramos más cerca veríamos si necesitaban ayuda.

El enano estaba rebosante de alegría después del merecido descanso. Le está cogiendo cariño a esta gente, incluso al arisco elfo. Emprender un viaje en busca de su primo junto a ellos, era algo que no se hubiera imaginado disfrutar, pero lo estaba haciendo tanto, que no se negó a la flores de la dulce Kendra, aunque en una situación normal poner flores en su viril y poblada barba le hubiera parecido una aberración. El enano se sonrojó con sus palabras y no supo que decir, no estaba acostumbrado a los piropos femeninos.

Freyr no acababa de entender el gesto de la mediana, le sonaba a despedida y simplemente se iban a adelantar en el camino. Sin embargo, que el gigantón le asestara unas de esas sonoras caricias que tanto le gustaba darle, a Freyr le hizo sentir una punzada en el estomago. Cuando arrancaron en la dirección contraria sus sospechas se confirmaron, pero lejos de entristecerse el enano se rio, se rio tan fuerte que hasta Thalai y Kendra, a pesar de la velocidad ultrasónica del bárbaro, pudieron escuchar sus sonoras y profundas carcajadas. ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA! ¡Eso dos siempre fueron un caso! Ja, ja, ja, ja... Su voz y carcajadas se fueron apagando poco a poco hasta el más profundo silencio.

Tras esperar un rato por si volvían y ver que no iba a ser así, Freyr comenzó a quitarse las flores de la barba con sumo cuidado. Las guardo en su mano como un tesoro y mirándolas dijo para sí. Adiós amigos, algún día nos volveremos a encontrar.

Freyr caminó junto a Sildar, Izmael e Isildel, pensando en todo lo ocurrido, mientras deshojaba las flores de si amiga Kendra una a una, pétalo a pétalo, jugando a descubrir si algún día los volvería a ver, como quien juega a ver si le quieren o no le quieren. El barbudo enano salió de su ensimismamiento cuando avistaron a lo lejos un carromato. ¡Cuidado! Advirtió a sus camaradas. Estoy cansado de caer en emboscadas.

Avanzáis con cuidado, aunque no lo haceis demasiado bien, las armaduras resuenan, y los aspavientos del mago al meter su bota en un charco cercano hacen que no seas demasiado silencioso,aunque vais pendientes de que no seáis sorprendidos por goblin u otra criaturas del bosque, sin embargo cuando os acercáis mas, esta claro que no es vuestro carromato, esta lleno por objetos metálicos voluminosos a diferencia del vuestro, y cuando os acercáis más, podéis ver que delante de este carro hay otro carromato, el cual si que parece el vuestro, aunque deberíais acercaros mas para saber si es el vuestro.

Junto a el podeis ver dos aventureros?, eso parecen, pues no son goblin y parece que estan hablando, uno pequeño, que esta cubierto de algo rojo, parece sangre y el otro viste una reluciente armadura que es lo primero que podeis ver es brillante y nueva, aun estais como a 300 metros

Durante el descanso del resto, y considernado que eres un elfo que dormir no es algo que te guste demasiado, lanzaste en primer lugar un detectar magia, cuando colocaste el objeto dentro del circulo, aunque ya lo intuias por las sensaciones, estaba claro que era magico.

Despues comenzaste con el ritual de identificar, usaste la perla como canalizador, y cuando terminaste tu ensalmo y dibujos en tiza, el brazalete ya no tenia secretos para ti.

El objeto se llama Brazalete de Vismar, un brazalete de manufactura enana, curiosamente fabricado hace año en la forja mágica de la Mina del Oleaje, que curioso, dicen que uno de los magos que defendio esa mina, Vilmar, un poderoso y estudioso mago, lo creo para proteger a sus aprendices durante los entrenamientos, y muy posiblemente, salvó a uno de ellos, pero no a el, que murió en la defensa de la mina del Oleaje. Es un brazalete mágico +1 a la CA, siempre y cuando no lleves ni armadura ni escudo, y cuando la tocas, tiene esta templado, no esta frio a pesar de que esta echo de metal, cobre o bronce.

Según nos íbamos acercando, veía más claramente que no se trataba de nuestro carromato... pero delante había otro. No veía bien desde tan lejos. Freys masculló que podría ser otra emboscada, así que aflojé el paso y me mantuve alerta.

-"Vosotros veis mejor que yo, ¿qué divisáis?"

Preparé la ballesta por si hiciera falta, aunque después de limpiar la cueva no creía que hubiera más trasgos por la zona. Había dos personas, eso sí lo llegaba a ver...

Seguir acercandoos, cuando veis que el niño se acerca a un arbol junto al camino, hace algo sobre el y parece que esta mirando hacia ustedes ... es la sensacion que os da. Es pequeño,pero no es un goblin.

Apartir de ahora, la ronda continua en el foro "Camino a Phandalin 2" y postear con cuidado