- Muy bien, Nikos. Toma.
El Troiloi tendió una dirección al joven brujah. Una tienda por el centro de la ciudad.
- Si necesitas algo, diles que se anden con pies de plomo. El kyklos de Mnemosyne tiene secretos, recuérdalo. Y ahora vamos, al Elíseo. Al menos yo deseo cazar.
De pronto se giró y le propuso un enigma al ancilla.
- Una última pregunta, pupilo. ¿Qué es más perfecta que las matemáticas?
No ha dicho "ándate con pies de plomo". Ha dicho "diles que se anden con pies de plomo". Vale, papá.
-Huh. Sabe, me suena haber estado por este sitio. No tenía ni idea...
Todos los kyklos tenían secretos, venía a ser la lección, y la otra lección que todo tendría lugar empezara por dónde empezase. Pero aún no tenía 30 años, y esa parecía una lección para entender cuando tuviera los 90. O los 200 incluso. Y-
-...creeeeo que paso. Gracias.
Seguía sin sentirse cómodo con la naturalidad de otros para cazar. Había llegado a entenderlo, y estaba en un punto, si no asimilado, bastante aceptable con ello. Pero hablarlo en voz alta y sin problema, en plan "vamos a cazar gente un rato" seguía siendo raro no, lo siguiente.
"????"
Puso cara de no tener ni idea.
-Nnnno tengo ni idea -admitió.
Fue una cara sincera.