La enorme criatura, llena de sangre, sucumbió al hechizo de Aurelio. Cayó dormido y, poco a poco, fue recuperando su forma humana. Rugini era un amasijo de sangre, moratones y huesos rotos, mas aún estaba con vida. ¿Qué haríais con él?
Aquel hechizo lanzado había puesto fin al combate, algo que Aurelio Breogán Cibrán agradeció de sobremanera, a fin de cuentas, ahora podían evitar tener las manos manchadas con la sangre de aquel hombre y más importante aún, no ser considerados como asesinos.
-Bueno, pues lo dicho... -Comentó el enano bastante convencido de lo que había que hacer en esos momentos- Voy a la sala donde estaba el niño encadenado. Vosotros haced lo que queráis con ese despojo humano... aunque si lo apresáis, mejor que matarlo. Pero no impediré que nadie se le vaya la hoja a su cara... porque no estaré aquí, yo no soy cómplice de nada... no señor...
En efecto, Aurelio Breogán Cibrán se había "lavado las manos" con todo ese asunto, girándose en dirección a los inocentes, y más importante aún, los atrapados que no podían escapar de sus historias tradicionales y sus canciones folclóricas de su tierra; es decir: Un público ideal.
Era el momento de atar al condestable.
Y de hacerle pagar por sus crímenes.
Yinhe, aún dolorida, buscó algo con lo que amordazar al amasijo antes llamado "conde".
- Cuidado aún con el chico. Hay que asegurarse de que no han experimentado con el. Despertadlo primero. -
Cogéis una de las cuerdas que tenéis en la mochila y lo atáis. Aurelio logra rescatar al chaval, que resulta ser el nieto del tabernero. Está KO y no supone ninguna amenaza. Solo os queda escapar. ¿Con Rugini apresado? ¿Vais a deshaceros del castillo? Los guardias no tardarán en llegar tras oír todo el jaleo.
El enano estaba satisfecho con secuestrar al niño secuestrado previamente; por lo que por el, podrían irse sin más, a fin de cuentas, más problemas de los que ya tuvieron haciendo todo eso no quería, ni de lejos. El enano buscó con la mirada a Mihaela por si ella podía hacer algo por el muchacho... o por el enano, es decir, llevar ella al joven.
-¿Una ayudita para volver a la taberna?. -Inquirió el enano a sus compañeros- Supongo que aquí hemos terminado, y poco me interesa ajusticiar a los malos, sino que los buenos escuchen mis historias... o mejor dicho, las historias de mi tierra natal.
Mihaela miro al condestable y torció el gesto furiosa.
-¿Vamos a dejarlo asi? Nada nos indica que no vaya a intentar hacer alguna otra barbaridad, y seguro que usa su posicion para escudarse...
Se cruzo de brazos algo molesta, no tenia problema en ajusticiarlo, pero no creia que fuese una decision que pudiese tomar de manera unanime.
Espero este semana la respuesta d elos demás y si no haré un post final. Gracias por la paciencia y por la partida, ha sido genial.
Estoy con Mihaela. Aurelio, devuelve al crio con su padre, nosotros no haremos cargo.
Di el elfo viendo que el enano dejaba claro que no quería mancharse las manos más de la cuenta, por lo que le dejó a cargo del chico para que volvieran sanos y a salvo. Otros con menos escrúpulos como él se encargaría del detestable, no le tenía aprecio ninguno a la nobleza humana si no le sería para sus intereses, y menos cuando claramente haría lo que Mihaela había dicho, escudarse con su título y sacar un muñeco de paja para echarle la culpa de todo y salir indemne, no, de una manera u otra su vida acababa esta noche.
Sugiero que recuperemos todas las pociones que vimos antes, mientras uno lo vigila mientras despierta. Tal vez podamos sacarle algo útil una vez despierte.
Sugirió el elfo a los presentes para recuperar el resto de frascos que no cogió antes, tal vez bajo las palabras adecuadas pudiera decir el detestable para que sería cada uno o sacar alguna otra interesante del lugar antes de abandonarlo.
Estoy de vuelta.
Rugini despertó minutos más tarde, malherido y con múltiples huesos rotos debido al combate y a una malsana transformación. Todos vosotros lo rodeáis, con Aurelio manteniendo a un chaval en brazos. Al instante, un cuervo negro entra por la ventana y se transforma en el tabernero.
-Rugini Marro, quedas detenido por haber intentado destruir la paz en el bosque. En Barovia vivimos en pazo bajo el yugo del barón pero en paz al fin y al cabo. Tu has intentado provocar una guerra para beneficio propio. -Al ver a su nieto, Bray cambió de expresión. Lo cogió en brazos y al ver que respiraba, lloró.
Loco de rabia, transformó su dedo índice en una garra de cuervo y degolló al condestable.
-Hay que irse cagando leches de aquí. Los guardias y las fuerzas del barón no tardarán en llegar.