Podría demostrarte cómo podríamos estar todavía mejor...
¿Estás seguro?
No, realmente no... No cuento con ello.
Comenzaba a convencerse de que no era bueno para ella. Sin aprensiones, sin mal ambiente. Ella había decidido que no era bueno para él.
- A mí también. Pero no quiero volver a incomodarte. De ahora en adelante evitaré el contacto físico, sé que te molesta. Y te pido disculpas también por eso.
Frunce el ceño y ladea la cabeza sin comprender.
Pestañea varias veces, pero luego agacha la cabeza, suspirando.
-No me molesta Darren... es todo lo contrario...-Confiesa, abrazándose a sí misma.-Me siento mal conmigo misma por ello...
La mira con atención, sin comprender.
- Cuando te abracé aquel día, te fuiste. Comprendí que no querías que se volviera a repetir. - le dice, pero poco a poco recapacita por lo que le dice. - Espera... ¿Dices que te sientas mal por lo contrario... porque disfrutas de mi contacto...?
Se comienza a morder las uñas, nerviosa.
Continúa sin mirarte, pendiente a la madera del barco. Pero asiente con la cabeza.
-No podía aguantar cualquier contacto, necesitaba estar sola...-Responde, temblorosa.
Se queda en su sitio, pensando.
No pretendía agobiarla a preguntas, aquello no daría ningún buen resultado. Pero hace alarde de paciencia, para comprenderla.
- Entiendo... Pero no me has respondido a lo otro...
Se mantiene en la misma postura, aunque finalmente se sienta en el borde de la cubierta, de espaldas al mar. Se mira las manos y suspira profundamente.
-Sí, disfruto...-Responde en voz baja, casi inaudible, pero la escuchas.-O... no... no lo sé... estoy volviendo a decir cosas que no debo...
Ella se sienta hacia cubierta, y él decide ponerse frente a ella.
Coloca las manos a cada lado de su cuerpo, para tenerla cerca si alguna ola chocaba demasiado fuerte contra el barco.
- No te asustes, solo quiero asegurarme de que no te caes... Faera. Puedes decirme lo que sientes, no significa que accedas a mis deseos. Acabas de hacerme muy feliz, sin darme esperanzas. Sentirse deseado, en cualquier sentido... Es una agradable sensación.
Se le entrecorta la respiración un momento al verte tan cerca, pero te sonríe cuando le explicas el motivo de tu acercamiento.
Alza una mano y poco a poco se acerca a tu rostro para acariciarlo.
-Me gusta estar contigo...-Te susurra, sonriéndote con dulzura mirándote a los ojos.
Casi se ríe al verla así cuando se sorprende de la cercanía. Pero después, le toca a él estremecerse. Cuando comienza a acariciarle cierra los ojos para no perder un instante de aquello. Pero evita hacerlo para que ella no piense que intenta otra cosa.
- Y a mí contigo. Me encanta. - se atreve a decir, inmóvil, pero mirándola también a los ojos. Con curiosidad, con afecto.
Compartís un momento tierno, ambos en silencio, tan solo mirándoos a los ojos y ella acariciando tu rostro observándote también con esa dulzura tan propia de ella.
No sabes cuánto tiempo, incluso parece que en algún momento vais a acabar acercándoos para culminar esa preciosa escena en un beso.
Pero ella baja la mano y deja de mantener el contacto contigo. Va a levantarse cuando, como previste, el barco es golpeado por una ola más intensa, así que del vaivén acaba en tus brazos, ya que tu consigues agarrarla antes de que se caiga.
-Uy...-Murmura, riendo con timidez.-¿Eres adivino?-Pregunta, aún en tus brazos.
Se le pierde el tiempo en aquello. Ojalá no parase nunca.
Pero finalmente se detiene, y podría vivir así. No había acabado mal. Podía acceder al modo en que ella quería que fuese la relación, y esperaba que Faera lo tomase en cuenta.
Solo que el mar parece querer que todo sea diferente.
De pronto, está en sus brazos. La sostiene con firmeza, todavía algo sorprendido.
- ... Solo... previsor.
Todo estaba bien ahora... ¡No lo aceleres! ¿Pero y si quiere? ¡Bésala!
Alza una mano, ignorando sus pensamientos. Y con sus dedos le acaricia la cara del mismo modo que ella hizo. Quería expresar sentimientos, pero al modo de ella. Tal vez así...
Le acaricias el rostro y te sonríe.
Os miráis un momento, y te parece que va a ocurrir. Pero ella cierra los ojos con gesto de dolor y se lleva la mano a la cabeza.
Suspira y se aleja un poco, pero vuelve a mirarte sonriéndote a modo de disculpa.
-Perdona.-Se disculpa sin más y se encoge de hombros.-Voy a recoger mis cosas, deberías hacer lo mismo.
Casi se iba a lanzar a besar sus labios. Parecía perfecto. El momento ideal, justo. Pero ella se retira por un extraño dolor. Inventado o no... Allí estaba.
La deja ir, sin decir palabra, y se apoya en la única barrera que impide que se lance al mar de pura desesperación.
Luego dice que no le molesta que la toque... ¡Si ha sido un dolor físico!
Te quedas sentado, planteándote si ha sido un dolor inventado o no, o si realmente tiene que ver contigo o solo ha sido casualidad.
Pasa el tiempo y al fin vais llegando a tierra firme.
Tu hermana acude a buscarte, regañándote por no recoger tus cosas. Pero al fin lo haces y ya os vais preparando para bajar.
Poco a poco sientes el calor de la tierra, y no el frío del mar.
Una nueva aventura comienza, una tierra desconocida y un destino que queda incierto. Información que aún debéis recopilar, pero tal vez no sea un mal principio.
¿Será también una tierra hostil?