Has tenido que reprimir un fuerte grito de dolor, que no ha sido suave.
Tu sirviente parece dispuesto a obedecer.
Vuelves a intentar crear la runa, y lo consigues, aunque es algo débil.
Brilla y crea un halo de luz alrededor de Faera. La piedra se resiste brillando con más fuerza y bajando sus vetas hasta los hombros de Faera.
Tu siervo va a arrancar la piedra.
Ves que se resiste y hasta puedes ver que la mano invisible de tu siervo se llena de vetas. Aunque sea invisible, siente el dolor, pero lo aguanta y se la arranca.
En cuanto la arranca, compruebas que las vetas que se estaban formando en la piel de Faera continúan ahí, haciendo dibujos, moviéndose de arriba a abajo, de un lado a otro.
Ella deja de gritar o intentar hablar, inmóvil,
Tirada oculta
Motivo: Siervo
Tirada: 1d20
Resultado: 16
Tirada oculta
Motivo: Piedra
Tirada: 1d20
Resultado: 11
Tirada oculta
Motivo: Faera
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+3)=10
Le arranca la piedra, por fin, y le ordena que la deje en el suelo.
- Túmbala de costado. No dejes que se ahogue, vaya a entrar en algún mal estado. - y se incorpora poco a poco. En cuanto a esa maldita piedra...
Era la causa de muchos males. Había durado demasiado en su cuerpo. Pero por fin había llegado la hora. Así que se lanza a crear una nueva runa, de destrucción.
Sería difícil, pero tenía que intentarlo. Se aparta de ellos con la piedra y la traza en el aire, invocandola hacia el artilugio.
Motivo: Marca arcana
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+3)=19
Creas una runa para destruir la piedra.
Tu siervo coloca a Faera de costado, que no se mueve ni hace nada.
Esta vez es mucho más fácil.
Consigues destruir la runa, que se convierte en un millón de pedacitos. Dejas de sentir magia en ella y ves simplemente que un humo negro sale, desapareciendo.
Respira por fin, más tranquilo. Y se gira corriendo hacia la muchacha. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no se movía? Con una mano inerte, intenta cogerla en brazos.
- ¿Faera? Despierta, por favor... ¿Qué te ocurre?
Coges a Faera como puedes.
Tu siervo desaparece, débil por el daño que ha recibido.
En cambio, Faera no se despierta. Respira muy lentamente, débil.
Tirada oculta
Motivo: Faera
Tirada: 1d20
Resultado: 3
Ordena al siervo que se retire, para que descanse y se recupere. En cambio, él tenía que llevar a su amiga a la posada. Aunque fuera para llamar a un galeno en el camino.
Costosamente, la lleva hacia su lugar de descanso.
Llevas a Faera hasta la posada como buenamente puedes.
Te cuesta trabajo llegar, y tardas más de lo esperado, pero llegas.
Al entrar ves a Kouta y a Sira abajo, charlando. Pero al verte se alarman y te ayudan, aterrados.
-¿¿Qué ha pasado??-Pregunta Sira, nerviosa, mientras Kouta coge a Faera para ayudarte.
Entra y observa las reacciones. Deja que le ayuden, agotado.
- Dejadla en la cama, de costado. Y que alguno llame a un galeno. - les pide, intentando recuperar el aliento. - Estaba siendo controlada por algún tipo de magia... y la he liberado. Solo que no sé qué le pasa ahora.
Suben y dejan a Faera en la cama, de costado como pides.
Kouta sale en busca del galeno.
Sira abre la boca, mirando su nuca.
-¿Y esto?-Pregunta, y ves que las vetas aún siguen ahí, evaporándose poco a poco.-Como vea esto un galeno se va a asustar...
Tirada oculta
Motivo: Meses
Tirada: 1d12
Resultado: 8
- No se lo diremos... Al menos, mientras siguen desapareciendo... - realiza un simple conjuro, para ver cuánta magia quedaba en ella. No debería, pero no se sabía.
Después, cubre la nuca con su pelo, y acaricia su rostro, preocupado. ¿Se acabarían las torturas para ella? ¿Sería libre al fin?
Detectas la magia en ella y sientes que, aparte de la suya por su propia naturaleza, hay mucha magia en su interior que sale muy lentamente.
Desesperadamente lento.
Colocas a Faera para que el galeno no vea esa magia.
Al poco, Kouta llega corriendo con él. Es un hombre de mediana edad, piel morena y ojos verdes. Como la mayoría de los habitantes del lugar.
Se acerca a la muchacha.
-¿Qué le ha pasado exactamente?
Quizás no fuera del todo buena idea... Pero todo llegaría. Esperaba que saliera poco a poco, y atiende al galeno. Intenta buscar una buena excusa, pensando.
- Verá... al ser nuevos en la ciudad, vio algunas cosas que la impresionaron demasiado... Se ha quedado como... bloqueada del propio miedo. Es una mujer muy sensible. ¿Qué podemos hacer? ¿Qué se puede hacer ante esas situaciones?
Se extraña y observa a la muchacha.
La inspecciona, escuchando su respiración, mirando sus ojos, escuchando su corazón.
Está así un buen rato, observándola.
Cuando termina, os observa con gesto grave.
-Es extraño. No está desmayada. Al menos, reaccionaría a ciertas cosas.-Explica, haciendo algo a lo que ella debería reaccionar.-¿Seguro que es eso lo que ha pasado? Nadie entra en este estado de esa forma.
Suspira, algo aturdido. Y se prepara para confesar.
- Casi... casi la arrebatan de mis brazos, señor... para hacerla esclava. Lo había escuchado, pero nunca había vivido algo así. Le ruego nos disculpe, pero estoy asustado. ¿Qué puedo hacer? - le pregunta, acercandose a él para mostrarle ansiedad.
El galeno frunce el ceño.
Suspira y guarda algunas cosas que ha sacado.
-Cuidarla y estar atentos.-Responde, mirándoos con seriedad.-He visto a otras personas así. Algunas veces tardan días en despertar. Otras veces meses... o incluso años.
Esa última afirmación le derrumba por completo. Acaba cubriendose los ojos, y le da las gracias con un hilo de voz. Una vez se va, le acaban fallando las piernas. Y comienza a llorar de forma amarga, aún así, contenida.
- ¿Qué le he hecho?
El galeno se marcha, deseándoos suerte.
Tus amigos se han quedado de piedra, y al verte derrumbarte Sira se acerca y te abraza.
-Darren... no es tu culpa.-Te dice, y suspira.-No lo entiendo, ¿qué os han hecho...?-Se lamenta, llorando también.
Acoge a su hermana, necesitado de un abrazo. Se deja mecer en sus brazos, balanceandose hacia delante y hacia atrás. Se sentía débil... además de asustado.
¿De veras no despertaría en años?
- Creía que le había hecho bien... Pero quiero que despierte...
Te acoge en sus brazos.
No respondo, solo deja que llores y te desahogues.
Ahora todo se torna oscuro. No sabéis cuándo despertará.
¿Qué haréis hasta entonces?
Les pide disculpas a los demás por no poder marchar... Pero dejarla sola sería la peor de las torturas para una persona. Aconseja que busquen trabajo, que se habitúen a la ciudad.
Al menos, así podrían sobrevivir un poco. Ganar dinero, tener algo de estabilidad.
Y evitar ser esclavizados, hablando con las autoridades pertinentes mostrando sus condiciones para trabajar. Por las noches, se pasa el tiempo observando a Faera, acariciando sus manos y hablandole suavemente. Sobre lo que pasaba y las cosas que les quedaban por hacer. Esperando...