Después de todo el cansancio acumulado, del frío, las tensiones, el miedo, la emoción del Oráculo e incluso por el calor de la cama... no sabes cuánto tiempo duermes.
Solo sabes que mucho y además, te sienta de maravilla.
Lo necesitabas mucho y ni siquiera te habías dado cuenta.
Esas camas son grandes con colchón enorme y cálido, y un par de mantas de lana de oveja te cubren por completo. El frío de fuera no puede pasar a través de ellas.
Tienes hasta calor, pero te sientes genial.
Despiertas y ves algo de luz. Sin embargo parece que está atardeciendo.
Ves que tu hermana está haciendo algunas cosas. Tiene ojeras, te mira y te sonríe, siguiendo con lo suyo. Kouta también duerme.
Una vez despierto, se levanta con una gran sonrisa.
Besa en la mejilla a Sira y observa que el chico duerme. Desperezandose, se viste y se abriga, para bajar. Quería ver como estaba la situación. Cómo era la ciudad.
Un lugar nuevo, experiencias nuevas. Conocimiento nuevo.
Ella se deja dar el besito, aunque parece bastante cansada.
Kouta se despierta también, de buen humor.
-Lleváis un día entero durmiendo, ¿lo sabéis?-Os informa tu hermana, sonriéndoos un poco, aunque regresando con sus cosas. Kouta abre mucho los ojos y mira por la ventana, aturdido.
Se para al escuchar todo el tiempo que lleva dormido.
Aquello era impensable, no se lo había permitido nunca. Pero lo necesitaría. Y por lo tanto, estarían hambrientos. Los invita a bajar para saciar su hambre, de buen y mal humor a la vez. Esperaba que hubiera merecido la pena.
Tu estómago ruge con fuerza, llevas bastante sin comer.
Sin dudarlo bajáis a comer algo, y la posadera os saluda con alegría.
Comenzáis a comer, vosotros dos con verdadero apetito, aunque Sira come un poco menos. Apoya el codo en la mesa y la mejilla en su mano.
Bosteza un poco y sigue comiendo. Os sonríe también.
-Espero que hayáis descansado.
Comienza a comer con ganas. Pero entonces cae en algo.
Suelta el cubierto en la mesa, y observa a su hermana. Parecía agotada. ¿Qué se apostaba que había dormido menos que algunas horas?
- Tú no has dormido nada. ¿Verdad que no? Te ha vuelto a pasar. Lo de la mujer de los ojos dorados.
Kouta también se queda quieto y ambos miráis a Sira.
Se pasa la mano por los ojos y frunce el ceño.
-No lo sé...-Murmura, algo aturdida.-He tenido sueños muy inquietos, no he podido descansar. Pero me he despertado en la cama. Aunque creo que en algún momento he visto unos ojos azules...
Mira a su alrededor, buscando alguna persona con los ojos azules. Debían de ser impresionantes, ya que le habían impactado de esa forma.
Suspira, sin poder hacer nada. La sensación de impotencia le aterraba. ¿Qué pasaría la próxima vez?
- Tenemos que buscar la manera de hacerte recordar. De evitar que te pase eso, Sira... Y no tengo ni idea de cómo hacerlo, de cómo ayudarte...
Miras a tu alrededor y hay algunas personas, aunque pocas, con ojos azules. Pero ningunos que te impacten más de lo normal.
Son solo personas, aunque alguno podría ser el causante de lo que ocurre.
O no.
-Pero ha sido diferente... no ha habido oscuridad.-Te dice, sonriendo un poco, como si eso le aliviase.-No he dejado de ser yo, ¿entiendes? Es como si solo hubieran agitado mis sueños. Es algo raro de definir...
- Quieres decir... ¿que no ha sido algo malo? ¿Esa es tu impresión? - le pregunta, confundido.
Ahora podía resultar que no fuera todo malo lo que la controlaba. Comienza a pensar con velocidad, intentando encontrar un punto de agarre, un ancla.
La mira con atención.
- ¿Eres capaz de recordar algún lugar? ¿Algún objeto? Si caminasemos por la ciudad, podrías reconocer algo...
-No digo que sea algo bueno.-Dice, levantando un poco la cabeza. Le ves grandes ojeras, parece que realmente no ha podido descansar mucho.-No me ha dejado dormir bien. Lo que quiero decir es que no ha sido como la otra vez. No ha sido una invasión de mi mente, ha sido más bien como un... paseo por ella.
Asiente a lo segundo que le pides y cuando termináis de comer salís hacia afuera.
-¿Iremos al templo?-Pregunta Kouta, mirando a Sira un poco preocupado. Aunque en el fondo sientes ganas de ir. Ella os mira más emocionada cuando mencionáis eso.
Tal vez no todo sea malo.
Tal vez sea el propósito de esas personas que Sira vaya allí. No deja de temblar cuando emprende el camino. Estudia de nuevo sus conjuros, para estar preparado en caso de que todo fuera mal.
Y se pone en camino, deseando que los Dioses no los castiguen por haber obrado mal.
Vais por la calle. Tu hermana no reconoce nada, al menos no algo que haya soñado esta noche. Parece confusa, cansada.
Pero nada, ni un recuerdo.
Avanzáis mucho. A caballo no es lo mismo, la ciudad es grande. Es casi toda blanca por la nieve, y las casas aunque son modestas son muy bonitas.
Gente que va de arriba a abajo, con sus cosas y sus vidas.
Niños, jóvenes, ancianos...
No hay tantas razas como en el pueblo. Sí hay tiflins y elfos, pero no enanos, por ejemplo.
Al fin llegáis de nuevo a esa plaza con el pequeño pozo en el centro y el gran templo justo en frente. Tan maravilloso como ayer.
Esperando a que entréis al fin.
¿Qué os deparará vuestro Destino?