Te abraza y camina de mejor humor contigo. Coordináis los pasos para no tropezar y caer. Es una imagen divertida y tierna a la vez.
-Fue improvisado, y no esperaba que me pillaran...-Responde sin más, encogiéndose de hombros.
Al fin llegáis a la casa y Kouta os espera. Sira se cura de nuevo la herida y cuando termina sale para hablar con Kouta.
Cuando terminan de hablar regresan y después cenáis.
Tras la cena el muchacho se acerca a ti.
-Creo que deberíamos determinar un día para partir.
El regreso había sido tranquilo, al menos. Era una ventaja después del miedo pasado. Al menos, intentaría dormir tranquilo aunque fueran sus últimas noches allí.
Cuando le preguntan de partir.
- Si te siguen buscando, no debemos esperar mucho más. Mañana o pasado. No más tiempo.
-Si queréis puedo ir mañana a comprar las provisiones y las monturas.-Dice Kouta. Sira pudo comprar algunas cosas, pero debido al hurto no ha podido terminar.-Igual podrías acompañarme, serán bastantes cosas.-Te pide, con una sonrisa.
-¿Y yo?-Pregunta Sira.
-Tú... deberías pasar desapercibido y centrarte en recuperarte...-Le aconseja Kouta con cariño, tocándole el hombro con dulzura durante unos breves segundos.
- Kouta tiene razón. - le consiente, por una vez. - Puedes recuperarte y empacar poco a poco. Son pocas cosas, pero no debemos olvidar nada. Si te necesitamos, te llamaremos. ¿Te parece bien? - le propone, para que no se sienta demasiado inútil.
Comienza a hacer una lista sobre el papel para averiguar lo que necesitaban.
-Bueno, yo pago, creo que está bien.-Dice Sira riendo, y saca la enorme bolsa que desde luego parece muy llena. Kouta abre mucho los ojos, tal vez sea la primera vez que la vea.-Me quedaré, no quiero que nos arriesguemos.
Kouta le sonríe y queda contigo para ir mañana. Hacéis una lista de lo que necesitáis. Contáis y creéis que tenéis para tres buenos caballos e incluso provisiones para un par de semanas. Pero después no tendréis más dinero. Aunque apuntáis también alguna tienda y sacos para dormir. Los necesitaréis para el camino.
-Por el dinero no os preocupéis, nobles hay en todas partes...-Murmura Sira, pero se calla al ver los ojos entrecerrados de Kouta, de manera acusadora.-Bueeeno. Me voy a descansar. Mañana hay mucho que hacer, aunque yo no haga nada.-Bromea riendo, y se despide de vosotros para marcharse a la cama. Te fijas en que de vez en cuando acaricia su colgante, incluso suspira cuando estáis hablando de otras cosas y ella se queda algo más apartada de la conversación.
Escucha en silencio como ella hablaba.
No aprobaba el acto, aunque le viniese bien. ¿Lo haría de nuevo si tenía la oportunidad? ¿Hasta qué punto tenía derecho a recriminarle esos actos? Había pasado mucho tiempo ausente. Podían quererse con locura, pero ella habría hecho su vida sola.
Suspira y se queda taciturno, pensando.
No estaba de buen humor, y no hace por ocultarlo. Se dedica a hacer que todo salga perfecto. Pero le preocupaba la falta de dinero. Y el tiempo que pasaba sin sus amigos. Eran demasiadas responsabilidades sobre sus hombros. Pero aún así, tiene que cargar con ellas. Nadie más lo hará.
Muchas cosas en las que pensar. Preocupaciones, vidas diferentes pero al mismo tiempo demasiado ligadas. Todo eso puede inundar tu mente en esos dos días de preparativos.
Descansáis y os recuperáis. Nada extraño ocurre de nuevo.
Al día siguiente Kouta y tú vais juntos a comprar, y conseguís tres buenos caballos, provisiones para casi dos semanas y lo necesario para acampar.
Sira no se mete en problemas, no va a la ciudad en esos días. La guardia se ha relajado, pero casi decide bajar a investigar, aunque por suerte al final se ha omitido.
Kouta habló con su madre y su hermano, quienes aunque pusieron pegas, finalmente lo dejaron marchar.
Y la ruta ya está escrita.
¿Qué os deparará el Destino?