Una extraña runa indescrifrable encontrada por destino del azar será el pretexto de una gran aventura. ¿Quien se atreve?
Querido aventurero, si estas leyendo este mensaje es porque te interesá descifrar la runa que encontré en uno de mis viajes por la Tierra Media y que nadie ha podido descifrar, ni si quiera el mismo Elron de Rivendel.
La motivación: a parte de la satisfacción moral que tendrá salvar un posible peligro, la compensación economica sera bastante elevada.
Si estas interesado, Te espero durante este mes en la posada del Poney Pisador en Bree.
Atentamente: Thorom de Edelwëys
Con Thorom en cabeza, os internais por el camino de la derecha tras despediros de vuestros compañeros.
A medida que vais avanzando los arboles se multiplican en número hasta formar un bosque muy espeso, algo muy raro en las Tierras Brunas, donde hay pocos arboles por regla general.
Con Necont en cabeza, os internais por el camino de la izquierda tras despediros de vuestros compañeros.
A medida que vais avanzando los arboles se multiplican en número hasta formar un bosque muy espeso, algo muy raro en las Tierras Brunas, donde hay pocos arboles por regla general.
Efectivamente, Thumlin, Necont y el viajero de la ciudad, Etzelot, eran los tres jinetes. Nuevamente estan todos y con nuevas caras y historias por contar.
El viaje continua después del día caotico en la ciudad de Tharbad.
Mientras Thorom y Celedhring van por los caballos y las cosas, el resto, guiados por Necont tienen que salir de la ciudad lo más rapido posible sin levantar sospechas.
Tharbad, la ciudad del comercio venida a menos en los ultimos años.
Como Thorom dijo "Tharbad, una gran ciudad de antaño que ahora esta en decadencia.
Es un cruce de caminos y puerto fluvial del río Gwathló. El lugar se encuentra a muy poca distancia al sur de la unión de dos afluentes, el Glanduin y el Fontegrís."
Este viejo camino casi abandonado, solo frecuentado por algun que otro ganadero perdido es lo que tienen que atravesar ahora. No hay marcha atras.
Cuando el sol esta muy alto, tras toda la mañana comprando llega la hora de partir. El camino esta nevado, pero se extiende a traves de una larga hilera de arboles dirección sur.
Es el día de la partida. El viaje empezara ahora, sin saber cuando acabara.
Es una fría mañana de invierno en Bree, La posada del Poney Pisador se llena de extraños, aldeanos y viajeros.
Dentro, entre todos los encapuchados y borrachos, destaca un elfo, alto y elegante, con una simple mirada os invita a sentaros en su mesa.