Oh, no!. Que he hecho!!! se lamentó el enano. Sus ojos se tornaron llorosos. Pensaba que la piedra jamás se romperia con su martillo, pero al ver todas las piezas volar por los aires su sueño de una ciudad de oro se vió destrozado... Mi ciudad de oro... Mi estatua de oro... Mi castillo de oro...
Beregond sonrió a los lamentos del enano.
Toma. le dijo extendiendole su nudosa mano con el libro. Al menos tendras tu libro de oro, yo no lo necesito, lo que me importaba ha quedado inservible.
No obtienes mal negocio a pesar de todo, ahora seras Thumlin Hacharrota erudito coleccionador de oro. le dijo apuntillando la broma con un par de leves codazos.
Me rio levemente de la broma y se me el comentario de "La runa ya fue destruida, ¿ahora, que haremos?, miro al grupo algo desconcertada
Es el fin del camino... Dijo encogiendose de hombros. Supongo que querreis volver a vuestras tierras, los viajes de cada uno se separan ahora. Necont y yo volveremos a Rivendel y estaremos por un tiempo, para informar de todo lo sucedido, luego volveremos a Edelweys.
Salieron de la casa del Sabio mientras hablaban.
Pero vayamos a tomar la última jarra a la posada. Seguro que Thumlin invita...
Miro mal a Thorom, señalo mi ojo y digo oye, se te está olvidando algo, verdad?, recuerda que me tienes que dar un bello parche de mithril o recuperar mi ojo y como "veo" la cosa, es más facíl recuperar mi ojo.
Thorom sonrió. Con lo bonito que te queda el pelo así peinado. Descuida, ya haremos algo para solucionarlo, tratare de buscar un curandero o un mago que entienda de estos asuntos.
Con algo de sorpresa en la cara observo como con un solo martilla del enano la piedra se hace añicos. Vaya, me esperaba que esa runa fuera algo más complicada de destruir. En fin, tomemos esa cerveza en la posada.
El enano se acerca incrédulo al escritorio del sabio para que este le entregue el libro de oro. Y digame, buen sabio, que es lo que hace este librro?
No hace nada, tenía palabras importantes que anoté en mi juventud, pero ahora solo es un mazacote de oro. Lo convirtió en eso la maldita runa que me trajisteis. contestó al enano antes de que se marcharan y después se despidió del resto.
yo discrepo en lo que dices thorom, en fin... miro al grupo y digo en tono alegre ¿Quien quiere una cerveza?, ¡Thorom invita! miro a Thorom sonriendo
Tras descargar sus corazones con las jarras de la posada, los amigos descansaron allí su ultima noche antes de partir de nuevo hacía sus casas, el camino era largo, pero ahora no tenían preocupaciones y pudieron llevarlo con mayor tranquilidad.