La mejillas de Akiva volvieron a arrebolarse, al darse cuenta del imperdonable olvido que habia cometido. Cerró de nuevo los ojos, presa de una silenciosa y venenosa ira, luchando consigo mismo por tranquilizarse...
"Maldito sea este templario... Habia olvidado que llevamos con nosotros un guia..."
Sus ojos azules relampaguearon como las tormentas electricas del Mar del Polvo y se entrecerrarron un poco más. Al oir las palabra de apoyo de Kaireen, Akiva se relajó y se volvió a medias, captando por el rabillo del ojo todo lo que su amiga estaba callando. Imperceptiblemente, la joven clériga asintió y se dejó hacer.
Sustuvo la mirada que le lanzó el templario, sabedora de que detras de su muy lograda máscara de arrogante templario se escondía algo más... Algo que la inquietaba y que la hacia permanecer en guardia, desconfiando de su supuesto confidente. Aún así, no hizo ademán de ocultar o esconder su cuerpo, mostrandolo con toda la naturalidad posible.
- Asi se hara, Tretor de Tyr- Respondió Akiva a la interjección espetada por el irritado templario, mientras inclinaba la cabeza de forma respetuosa. Sus ojos oscuros relampaguearon una vez más, mientras se erguia para facilitar su labor a las costureras.
Concentrada en mantener su particular duelo de egos con Tretor, a Akiva se le escaparon los detalles de las miradas complices de las costureras antes la demostración del poderio viril de Tandras y su completa colección de cicatrices de todas las formas y tamaños.
Tan concentrada estaba, que sintió como el corazón le daba un vuelco al escuchar las amenzas proferidas por su pequeño y aguerrido compañero. Palideció con rápidez, volviendose hacia Ukos, que se habia desprendido a medias de los retales y deshecho de las esclavas para demostrar a Tretor que no bromeaba en absoluto.
Sintiendose responsable de la situación, Akiva se decidió a intervenir.
- Paz, Ukos, paz.- La joven alzó ambas manos en demostración de buena voluntas, tratando de atraer la atención del enfadado halfling.- Dos-Manos-Izquierdas esta aquí para ayudarnos.- Akiva extendió cortesmente su mano hacia Tretor, rezando en silencio por haber entendido como funcionaban las reglas que regian los nombres conque Ukos definia el mundo y todo lo que contenia.- Pero tambien para ponernos a prueba, pues desea que triunfemos. Si no somos capaces de soportar sus pruebas, no podremos salir de... De la Falsa-Montaña de Kalak. Tretor... Quiero decir, Dos-Manos-Izquierdas... Sabe que sera dificil y no desea que suframos ningún daño.
Akiva alzó una ceja, interrogadora, esperando que Ukos hubiese comprendido lo que deseaba transmitirle y rezando para que la maldita arrogancia de Tretor pudiese contenerse y no fustigarles con algún imaginativo discurso.
El halfling se dejo apaciguar por Manos-que-curan, el "alma de la Manada". Haciéndole caso, se giró soltando un bufido con todo el aliento que había contenido, y se dirigió, con su típico andar acuclillado, a donde estaban las esclavas para que estas terminasen de hacer su trabajo.
Tras unos instantes, sonrió ante el nuevo nombre del "cómodo". Le venía como anillo al dedo, aunque quizás el lo habría llamado "habla-primero-piensa-despues" pero ambos eran igualmente adecuados.
Tyr en el 189º era del rey en el año del Desierto Adormecido, 39 días después del sol bajo.
A Tretor parecieron divertirle vuestras reacciones, en particular la de Ukos, al que el templario ignoro finalmente como si solo fuese un animalillo domestico haciendo ruidos y a Akiva como una niña jugando por el suelo en público. Pero no tuvisteis mucho tiempo más para seguir con las “cortesías” pues el acólito de Tretor entro en la trastienda. Y desde luego no era lo que uno se esperaba de el asistente de un templario de rango.
Alto, incluso para ser mul, iba vestido con ropas practicas y comunes que aun así no podían ocultar las masas de músculos que le habían dado su nacimiento y sus años como gladiador (que aparecían claramente marcados en toda una red de cicatrices por su rostros y calva cabeza). Sus fríos ojos azules se os antojaron los de un muerto cuando discurrieron por la sala sin la menor reacción más allá de una pausa momentánea para “tomarle las medidas” a Tandras.
- Todo esta listo.- Dijo llanamente con una voz ronca (que dejaba claro que había sufrido algún tipo de herida en la garganta) saliendo de entre los incompletos labios del mul. Parecía que este hubiese perdido el labio superior izquierdo por el mordisco de alguien.
- Estupendo. Aquí como ves aun estamos ultimando la complicada labor de vestirnos.- Respondió Tretor con sarcasmo, si, y burla, por supuesto, pero también con un ligero nerviosismo. O el “buen” templario era un maníaco de la puntualidad o el tiempo era una parte importante de su plan y no disponía de demasiado margen. Ninguna de ambas opciones parecía muy tranquilizadora.
Pero a pesar de las palabras de Tretor este no apresuró las cosas mientras las diligentisimas jóvenes ensamblaban los sencillos disfraces (excepto en el caso de Kaireen que resultaba bien... exótico) y se dedicó simplemente a señalarle a Aghar los tres que irían con él y comprobar que el gladiador lo tenía todo claro. Tras unos minutos el templario hizo un gesto despectivo con la cabeza a las muchachas e indicó a Kaireen y a Ukos que lo siguiesen afuera. Mientras Aghar se presentaba e indicaba a los tres restantes que iban a ir por una de las entradas de servicio.
Esta es la primera mitad del turno, la segunda transcurrira en dos temas separados para cada uno de los grupos.