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#Nidaros

Siguiendo los senderos a levante, una vez dejamos atrás los Páramos del Pasto, ya muy cerca del Valle Sagrado en la región que llaman de los valles, el viajero podrá encontrar descanso en Nidaros. El pueblo apenas es un conjunto de casas, haciendas rurales y granjas agrícolas dedicadas al cultivo del cereal y los frutales. La villa cuenta con un pequeño destacamento de diez soldados del Ejército del Este para proteger a sus gentes. Estos hombres de armas dependen de un sargento destacado que, junto al burgomaestre, Regis Litius, administran la aldea.

El pueblo de Nidaros está emplazado sobre un promontorio rodeado por campos de labranza, praderas y sotos de fresca y fragante hierba. Una vieja y ruinosa atalaya se levanta en lo alto de la colina, dominando toda la zona. Dentro encontramos los aposentos de la tropa que guarda la aldea, sus almacenes y arsenales. La torre cuenta además con un nivel subterráneo, dispuesto con mazmorras y un aljibe provisto de un pozo de agua potable que se nutre de las escorrentía del Verdemar, un arroyo subterráneo.

La aldea se distribuye desde un espacio despejado central, una suerte de plaza dominada por una solitaria columna sobre la que se dispuso hace años una estatua mostrando a la reina Vigdis. A izquierda y derecha de este hito se levantan varias construcciones en madera, con techumbres a dos aguas de tejas cocidas oscuras y paredes de madera y roca caliza. Destaca la casona de la taberna del Vado Brumoso, más popularmente conocida como La Bruma de Nidaros. Este establecimiento es una fonda para viajeros.

#La taberna del Vado Brumoso

El Vado Brumoso es una pequeña taberna de pueblo, ocupando una casa de una sola planta frente a la mansión de Regis. En su caldeado y acogedor salón siempre se encuentra buena compañía, porque muchos parroquianos asiduos pasan gran parte de la jornada entre sus cuatro paredes. La taberna es de distribución muy sencilla, pues únicamente cuenta con un salón dispuesto con cinco o seis mesas, con una barra de madera al fondo. Tras ella hay una segunda habitación que hace las veces de despensa y cocina. Si bien la taberna no cuenta con habitaciones, por un módico precio, los visitantes pueden pasar la noche en un altillo sobre los establos que hay en el patio trasero del Vado Brumoso, donde se han dispuesto varios colchones rellenos de paja y lana basta.

El tabernero y propietario del Vado no es otro que Malteus, apodado “seisdedos”, y su mujer Fiza, de origen visirtaní. Completan la plantilla del local dos mozas camareras, Larroja y Jisa, así como un alegre cocinero bonachón, Fazzur, primo de Fiza. La carta del establecimiento se surte de carne de caza y las legumbres de las huertas locales, destacando los siguientes platos, algunos de ellos inspirados en viandas típicas de Visirtán debido a la ascendencia del cocinero:

• Tajadas de solomillo de ciervo
• Queso de cabra curada
• Leche amarga con canela
• Colada de zarzaparrilla
• Sopa de menudillos y coles
• Buñuelos de harina salpicados con trozos de trucha
• Tostadas de manteca de cerdo con rábano picante
• Menestra de verduras locales
• Cuscús visirtaní de cordero
• Dulce de baklava del Visirtán

Los precios del establecimiento son muy asequibles, ya que por 1 pieza de plata uno puede comer todo lo que le apetezca (1 o 2 monedas de cobre por plato individual), y las jarras de cerveza sólo cuestan 2 piezas de cobre, o una moneda de cobre por una escudilla de vino del país. Pernoctar en el desván de los establos costará sólo media pieza de plata, o 2 monedas de plata si nuestra montura también descansa y se alimenta en los establos.

#La casa del burgomaestre

Cerca de la vieja torre encontramos la casa del burgomaestre Regis, que sirve también de acomodo para parte de la guarnición. Esta edificación, que pasa por ser una de las más grandes de toda la villa, cuenta con varios niveles subterráneos, donde hay algunas localizaciones muy interesantes, desconocidas para el común de los habitantes de Nidaros, aunque los rumores y chismes son recurrentes y habituales en lugares tan contenidos. A pesar de que el pueblo es muy pequeño, dispone de un rudimentario sistema de alcantarillado, pues bajo la aldea discurre un riachuelo de aguas vivas, parte de los acuíferos subterráneos, muy abundantes en la región de los valles. Este riacho es conocido como el arroyo sumergido de Verdemar, pues sus aguas adquieren un característico tono esmeralda fruto de un alga acuática que crece en arracimadas verdeantes que se adhieren a las grietas de la roca del encauce artificial del río a su paso bajo Nidaros. Dicha alga, lejos de malograr el líquido, actúa como detersorio, purificando la misma, aunque no sin modificar de cierta manera el natural sabor insípido del agua, proveyéndola de un deje amargo vegetal al que los habitantes de la zona ya están acostumbrados.

Capilla de la Mañana

Pared con pared con el almacén Denidaros podemos encontrar la pequeña capilla de piedra consagrada a Valion. Desde siempre, los Denidaros han cuidado del templo, único en la villa, manteniendo la edificación. Actualmente, una de las hijas de Artazan Denidaros (hija doptada), patriarca del clan, de nombre Ayla, se encarga de dirigir los servicios litúrgicos y prestar auxilio a los fieles, como clérigo de Valion.