Partida Rol por web

La Tumba de Akhenseti

[02] El Favor del Escriba de los Dioses

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14/11/2021, 20:46
Narrador

EL ARCANEUM, GHELDANETH, 16 DE ALTURIAKPRIMAVERA DEL AÑO 1368 CV

El mayor templo a Thot de todo Mulhorand, El Arcaneum, se alzaba sobre ti: una impresionante mole de piedra sobre la desembocadura del Río de las Lanzas, tallada en toda su superficie con jeroglíficos, versos sagrados y conjuros. Su parte más singular, que dejaba al observador boquiabierto, era, sin duda, la inmensa cabeza de pájaro que coronaba su parte superior y que representaba al Escriba de los Dioses. Sólo la magia más poderosa podía conservar aquella estructura de piedra, imposiblemente pesada y afilada, sobrevolar el cauce del río.

Fuiste conducida y escoltada por media docena de guerreros con yelmos de pájaro a los salones interiores del Arcaneum cuando apareciste a sus puertas trayendo a los esclavos que habíais recuperado de manos de los gnolls. Allí dentro había más riquezas de las que habías visto en toda tu vida: el contenido de una sola de las estancias que atravesaste podían comprar la hacienda entera de tu antiguo amo, Masub Tuma-tet. Eso si uno obviaba el incalculable valor -especialmente para una inculta como tú- que podían tener las estanterías repletas de pergaminos, libros y mapas que cubrían todas las paredes, de suelo a techo.

Te hicieron esperar en una estancia dominada por una cantarina fuente de agua. Los esclavos trajeron comida y bebida para saciar el hambre y la sed que pudieras haber pasado en tu travesía por el desierto. Al cabo de un rato, los guardias de yelmos de pájaro dieron un golpe con la contera de su lanza y apareció una mujer con el cabello afeitado y tres círculos tatuados en el rostro como los que portaba Nepthis. Iba ataviada con un kalasiris tradicional de lino blanco y sandalias de junco. Adornaba su frente, brazos y cuello con joyas de oro inscritas con hieroglifos que representaban las enseñanzas de Thot, y de las que colgaban numerosas plumas de ibis. Portaba bajo el brazo tres rollos de papiro y útiles de escritura.

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14/11/2021, 20:48
Hanofret

—Bienvenida al Arcaneum, mestiza. Mi nombre es Hanofret —se presentó la recién llegada mientras depositaba el papel y los utensilios de escritura sobre la mesa entre ambas—. Has hecho un gran favor a la Iglesia de Thot, Señor de la Magia, Guardián del Saber, y Escriba de los Dioses al devolvernos los esclavos que esas criaturas abyectas habían robado. Y, entre ellos, a nuestro querido Ankhareoutef, de la Orden de la Pluma de Ibis, uno de los maestros escribas que sirve a nuestro faraón directamente.

Hanofret sirvió un copa de cerveza, la bebida tradicional mulhorandina, y te la tendió.

—A decir verdad, si fueras humano, y hombre libre, estarías reunida con el sumo sacerdote Thot y no conmigo, pero no sirve de nada pensar en aquello que no puede ser cambiado ¿no es así?

Era una pregunta retórica. Hanofret se sirvió otra copa de cerveza y te ofreció un brindis. Bebió un sorbo y depositó la copa encima de la mesa.

—¡En fin! Me han enviado aquí para asegurarme de que recibes una justa recompensa por tus esfuerzos —dijo mojando el cálamo en un frasco de tinta—. Así que dime, ¿qué va a ser?

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14/11/2021, 20:49
Lurzca

No esperaba que le ofrecieran recompensa alguna. Simplemente había hecho lo que creía correcto hacer. En el fondo, sabía que aquellos esclavos no querían ser liberados. De lo contrario, sin duda alguna le habrían puesto más pegas para regresar a aquel impresionante templo o hubieran tratado de huir durante el trayecto. No había sido algo difícil, pues de ser recompensada, no podía pedir demasiado.

Es un honor.  Mi nombre es Lurzca. - Se presentó. - No soy un persona pretenciosa. - Dijo la mujer. - Rescatar a éstos esclavos no fue difícil. - Confesó. - Hubieran regresado por su propia voluntad y solo les acompañé para asegurarme de que no les pasara nada malo por el camino. - Le contó a su anfitriona. - No estoy en disposición de pedir nada, aunque si ofrecéis algo, pediría llenar las alforjas de mi dromedario con provisiones. Estaba llevando a cabo una búsqueda para una mujer importante y he perdido dos jornadas con respecto a mis compañeros...

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14/11/2021, 20:49
Hanofret

Hanofret mantuvo una expresión indescifrable y empezó a escribir en el papiro, signos ininteligibles para una analfabeta como tú que nunca había aprendido a leer ni a escribir. Dejó la pluma en el tintero y volviste a tener toda su atención.

—La Iglesia de Thot puede hacer por ti algo mejor que llenar tus alforjas, Lurzca. Déjate querer un poco por nosotros —respondió Hanofret con voz meliflua—. Háblame de tus compañeros y de la ruta de vuestro viaje. Si me das más detalles podría hacer que te llevaran de nuevo con ellos, con sólo chasquear los dedos, y que recuperaras así el tiempo que has perdido en escoltar a nuestros escribas hasta El Arcaneum. Es lo menos que podemos hacer.

Hanofret te dedicó una sonrisa de dientes blancos y cogió la pluma, pendiente de lo que tuvieras que decir.

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14/11/2021, 20:49
Lurzca

Lurzca sonrió. Aquella si era una buena noticia. Regresar con los suyos era lo que quería hacer en aquello momentos. Había pasado por su cabeza la idea de pedlr que la mandaran de forma mágica al encuentro de sus compañeras, pero supuso que localizarlos y aparecer a su lado era algo imposible.

- Jotnar es un enano jardinero. Nepthis es una humana, una curandera. Y luego está Amessis... Otra humana. - Se encogió de hombros. No sabía muy bien como describirla y tampoco si era buena idea hacerlo. -  Cuando me separé de ellos estábamos a un día de Gheldaneth y íbamos hacia Misthan... - confesó.

Dudó un instante si hablar de quien les había contratado. También pensó en si sería adecuado que una antigua esclava preguntara por una mujer de la nobleza. Pero finalmente lo hizo.

Nos contrató Nehit Ini-herit. Su hijo Horpet se enroló en una compañía mercante sin el consentimiento de su madre. - Le contó. - Quier que demos con él y que le devolvamos a casa. - Miró entonces a su anfitriona. - ¿Podría tratar de localizar su paradero mediante magia? - Le preguntó.

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14/11/2021, 20:50
Hanofret

La sacerdotisa de Thot esbozó una sonrisa de medio lado.

—Mucho me temo que el espionaje mágico, o cualquier otro acto ilegal o delictivo, está fuera de lo que la Iglesia está dispuesta a hacer, Lurzca, por ti ni por nadie —dijo con suavidad Hanofret antes de desenrollar uno de los papiros, que resultó ser un mapa de Mulhorand. Extrajo un compás de sus útiles y empezó a medir distancias—. De modo que estabais a un día de viaje de Gheldaneth cuando te separaste de tus compañeros. Teniendo en cuenta que viajabais en camello, que es previsible que viajen por la vereda sur del río...

»A estas horas deberían estar cerca del Oasis de Muldoon, un pequeño enclave en torno a un oasis. Sería lógico que hicieran noche allí, si es que han viajado durante buena parte del día y lo ven. Si no, podrías esperarlas allí, dudo que hayan viajado tan rápido como para dejarlo atrás.

»¿Te parece bien si te teleportamos allí?

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14/11/2021, 20:50
Lurzca

Suponía aquella respuesta. Los poderosos solían taparse entre ellos y no ayudar a la gente como Lurzca. Pero al menos le devolvería cerca de sus compañeros de expedición y eso era de agradecer. No tendría que avanzar en solitario y a marchas forzadas para alcanzar a Jotnar y a los demás.

Por mi bien. - Dijo la mestiza. - Se agradece un poco de ayuda. - Habló muy seria, aunque se atisbó un sonrisa oculta por aquellos enormes colmillos que sobresalían de su boca. Lurzca no solía sonreír y no tenía sentido del humor, pero agradecía enormemente que la ayudaran.