Partida Rol por web

 Para Poli la muerte era mucho más valiosa que la vida, así que cuando su nueva “líder” postiza le mandó atacar a sus antiguos compañeros, simplemente se limitó a encogerse de hombros pensando que era un regalo que hacía a sus nuevos enemigos. Movió ligeramente sus dedos, notando que sus largas y afiladas uñas resplandecían con los rayos de sol antes de abalanzarse sobre Téctonic, dispuesta a rasgarle siguiendo las órdenes.

Y así fue, como con el último aliento de la Heraldo se disipó por completo cualquier tipo de relación de servidumbre con ella.

Si mirabais a vuestro alrededor podíais comprobar lo siguiente:

Por un lado estaba Niella, que yacía cerca del cadáver de aquella mujer de aspecto monstruoso. Si dedicaba unos instantes a registrarla podría comprobar que no portaba ningún tipo de pertenencia a tener en cuenta.

Darius, liberado del influjo, se tumbó en la hierba y comenzó a sollozar. Se percató rápidamente de todo lo que estaba sucediendo, de como estuvo a punto de hacer una locura y que quizás Justine ahora esté desorientada en algún otro lugar del continente.

Tectónic sonreía, a pesar de la gravedad de sus heridas, sabía que tanto su líder como Políxena ya no estaban bajo aquel influjo misterioso. Zirei, la cual estaba intacta, miró a sus compañeros aliviada: todo podía haber tenido un desenlace mucho peor.

Tanto Ratko como Políxena estaban de pie, mirando frente por frente a aquellos a los que habían estado atacando. Tenían restos de sangre, una sangre que no era suya sino de su aliado al cual atacaron.

Ahora parecía que todo había acabado ¿o era solo el principio de algo peor?

Había llegado el momento de reagruparse y sacar conclusiones. Algo estaba aconteciendo en Alleriah que haría temblar los cimientos de toda cordura ¿y si casos como éste se han repetido en infinidad de lugares?

Con la mano en el omóplato, Niella trataba, sin moverse, de detener la sangre que brotaba sin parar. Un par de centímetros más arriba y aquel ser le habría abierto el cuello en canal. Pero había tenido suerte: Ratko y Polixena habían recuperado el control y parecía que ni Tectonic ni Zirei habían sufrido heridas. De no haber sido así, difícilmente hubiese podido reptar a un escondite antes de que sus propios compañeros acabasen con ella.

Aliviada, cerró los ojos. Quería acercarse a Darius, decirle que lo arreglarían, pero estaba demasiado cansada para moverse. Y para mentir.

Como si hubieran dado un chasquido frente a sus ojos, la chamana parpadeó varias veces hasta localizarse espacio y temporalmente, mirando a su alrededor con tal de saber los daños ocasionados. En realidad, si lo pensaba fríamente, no había pasado nada de lo que arrepentirse.

Darius estaba sollozando, dedicándole una burla por el estado en el que se encontraba, recordándole al de un bebé recién nacido.

Tectónic era de los suyos. Sonreía a las heridas y lo contagió a Poli, quien se relamió las uñas para quitarse los restos de sangre de a saber quién, acercándose a su compañero para darle un pellizco en el costado.

Eres duro, me gustas. ¿Tienes novia? – La naturalidad con la que lo preguntó era propia de alguien que apenas le avergonzaba lo que le dijeran, viviendo el momento día a día y sumándose a la ola de sensaciones que tenía.

Sin embargo terminó por ver el cadáver del heraldo, la que anteriormente había intentado proteger y… bueno, estaba muerta así que falló.

Vaya, la protección no es lo mío.- Dejó que su compañera terminara de inspeccionar su cuerpo mientras ella se agachaba a su lado y le daba con una uña en la mejilla escamosa.- ¿Quién era? ¿Se sabe al…? – Volteó el rostro rápidamente hacia un punto fijo en el aire, entrecerrando los ojos al molestarle por los rayos de sol cuando soltó una mueca de sorpresa y desagrado.- ¡Se sumaron nuevos miembros a mi plantilla! – No sabía si era la propia heraldo la que se había unido a sus espíritus amigos o de ánimas cercanas que quisieron sumarse a la fiesta que allí tenía.

Ratko despertó del embrujo al que había sido sometido justo antes de que al activar su bola de fuego se la fuera a lanzar a Tectónic, al verlo y ver la llama crepitando en su mano, parpadeó varias veces para finalmente tras pronunciar unas palabras arcanas se extinguiese por sí mismo el fuego azulado de su diestra.

- Lo siento... - le dijo a Tectónic visiblemente avergonzado por haber sido dominado de aquella manera- ve rápido al gremio, tienen que tratarte las heridas, ¿Puedes caminar tú solo o precisas ayuda?

Fue entonces cuando miro a su alrededor y al comprobar que todo estaba en orden suspiró, la que se podría haber liado podría haber sido muy gorda y... Jamás se lo hubiera perdonado, entonces se acercó a Niella y le posó una mano en el hombro

- Vamos pequeña, tienes que curarte esa herida. Vayamos todos al gremio debemos hablar de lo que ha ocurrido, presiento que esto no ha hecho más que empezar.

Niella intentó levantarse, pero tan pronto como levantó el cuerpo volvió a dejarlo caer. Aquella cosa le había clavado pero bien las garras. No creía que Bankus, Rog'Osirr o quien fuese hubiese tenido que ver con que todo hubiese salido bien, pero no dudaba que la suerte que había tenido había sido milagrosa.

—Cada vez que me muevo esto sangra como un cerdo en una matanza.— murmuró sin quitar la mano de la herida y volviendo a intentar levantarse antes de tumbarse de nuevo— Maldita lagarta... ¿De...deberíamos llevar el cuerpo a ver si alguien sabe algo de ella?

De repente notaste que todo se volvió oscuro. Llegaste a creer que habías perdido el conocimiento ya que una sensación extraña invadió tu cabeza.

Esa oscuridad era inquebrantable, no conocías si de naturaleza mágica o natural pero te mantenía totalmente en vilo a expensas de pensar qué era lo que iba a suceder a hora.

Te pesaba el cuerpo, no te sentías capaz de levantar ni un brazo o girar el cuello. Temías por tu vida, estabas a merced de aquello que te estuviese provocando esto ¿pero... y tus compañeros? ¿Qué pasaba con Ratko o con Políxena?

De repente una voz familiar retumbó por los alrededores.

... me

... escúchame...

hora...

llegó la hora

¿Era la voz de Mashane?

 - Llegó el momento... aquello por lo que tanto os hice sufrir por fin cobrará un sentido. Ellos han llegado, han puesto fin a su preparación y el descenso es inevitable. La Torre no era más que la forma de saber que estabas preparada... y lo estás. Mis esperanzas están puestas en ti. Yo estoy prisionera y los Heraldos me encontrarán en cuestión de horas. Saben que soy una amenaza y me silenciarán... pero ustedes estáis a tiempo de hacer algo al respecto. Busca a Mogán el Sabio, se encuentra en el poblado Equu... más allá del mar - la voz, que ahora resonaba como un eco se hacía cada vez más y más débil.

- Ya han venido a por mi... pensé que tardarían más. El Sabio te guiará - y la voz finalmente se disipó. Abriste los ojos y te encontraste allá donde estabas antes de perder la percepción de tu entorno... ¿Mashane se acababa de comunicar contigo?¿o era una alucinación?

De repente notaste que todo se volvió oscuro. Llegaste a creer que habías perdido el conocimiento ya que una sensación extraña invadió tu cabeza.

Esa oscuridad era inquebrantable, no conocías si de naturaleza mágica o natural pero te mantenía totalmente en vilo a expensas de pensar qué era lo que iba a suceder a hora.

Te pesaba el cuerpo, no te sentías capaz de levantar ni un brazo o girar el cuello. Temías por tu vida, estabas a merced de aquello que te estuviese provocando esto ¿pero... y tus compañeras? ¿Qué pasaba con Niella o con Políxena?

De repente una voz familiar retumbó por los alrededores.

... me

... escúchame...

hora...

llegó la hora

¿Era la voz de Mashane?

 - Llegó el momento... aquello por lo que tanto os hice sufrir por fin cobrará un sentido. Ellos han llegado, han puesto fin a su preparación y el descenso es inevitable. La Torre no era más que la forma de saber que estabas preparado... y lo estás. Mis esperanzas están puestas en ti. Yo estoy prisionera y los Heraldos me encontrarán en cuestión de horas. Saben que soy una amenaza y me silenciarán... pero ustedes estáis a tiempo de hacer algo al respecto. Busca a Mogán el Sabio, se encuentra en el poblado Equu... más allá del mar - la voz, que ahora resonaba como un eco se hacía cada vez más y más débil.

- Ya han venido a por mi... pensé que tardarían más. El Sabio te guiará - y la voz finalmente se disipó. Abriste los ojos y te encontraste allá donde estabas antes de perder la percepción de tu entorno... ¿Mashane se acababa de comunicar contigo?¿o era una alucinación?

De repente compruebas como tanto Niella como Ratko se han quedado en un estado catatónico. No se mueven ni reaccionan ante cualquier estímulo que ejerzas contra ellos...

Observas como Téctonic al igual que Zirei, se percatan como tú de ésto... lo cual hace que sus semblantes se muestren más preocupados de lo que ya la situación requería.

Ratko se sobresaltó al verlo todo negro, como acto reflejo comenzó a recitar las palabras arcanas para convocar su bola de fuego, aunque no sabía bien si funcionaría en el mundo onírico pero antes de que pudiera hacer nada, la voz de Mashane se abrió paso hacia él.

- ¿Mashane?... Entonces... Todo fue una prueba, pero...- las preguntas se le agolpaban pero la voz de la mujer cesó y las piezas comenzaron a encajar. Un reto aún mayor les aguardaba... Con nostalgia pensó en Shany, con ella a su lado era más fuerte, pero por otro lado estaba mejor así dado su estado era mejor que se mantuviera al margen y casi dio gracias a los dioses por ello pues nadie la hubiera podido persuadir de entrar en batalla aunque estuviera en cinta, al pensar en el nacimiento de su hijo se dio cuenta de que tenía una razón de peso para dar lo mejor de sí y luchar contra aquella amenaza- Mogán el Sabio... Pero ¿dónde encontrarlo?

Y la oscuridad se hizo.

Niella no entendía que estaba pasando. Sus heridas, aunque graves, no le habían parecido irrecuperables. Lo único que se la ocurría es que las garras de la Heraldo tuviesen algún veneno que la hubiese cegado... y paralizado...y...  quizás hasta... Aquello no podía ser. Niella intentó chillar, pero entonces se dio cuenta de que los muertos no chillaban, ni veían ni se movían. Igual que ella. Su primer pensamiento fue para sus compañeros, que hacía unos segundos estaban junto a ella. Si hasta Ratko la estaba tocando para comprobar como estaba.

Justo cuando pensaba que no podía soportarlo más, oyó la voz. Aquella voz... no había ninguna duda: era Mashane. Un latigazo de miedo, ira y confusión sacudió su paralizado cuerpo. ¿No le bastaba con haberla matado una vez o le estaba hablando quizás precisamente por ello? La trotamundos no era tonta, pero estaba asustada, demasiado como para procesar todo aquello en tan poco tiempo. Y la idea de que Mashane se dirigiese a ella como "su esperanza" no ayudaba en absoluto.

El chillido que tanto había deseado lanzar, salió finalmente de su garganta

Había estado jugando demasiado tiempo, si es que podía considerarse así, “jugando” con el cadáver del heraldo, tanto que durante una fracción de segundo pensó que se había hecho de noche aunque, al alzar el rostro, sólo comprobó que había sido la sombra que una bandada de pájaros dejaba sobre ellos.

Fue entonces cuando se percató que sus compañeros estaban atónitos. Buscó con la mirada la fuente de ese estado, girando el rostro hacia el horizonte para ver el mismo paisaje que recordaba, uno aburrido y solitario.

Hooooooooooola.- Agitó sus manos frente a ellos, esperando a que alguno reaccionara.- Tengo hambre, ¿nos vamos? Eeeeeeeeeo.- Intentó hacer todo, desde pellizcarles los mofletes hasta hacerles cosquillas con tal de que alguno volviera a la normalidad.