Partida Rol por web

Lienargond

Lienargond: Un nuevo comienzo

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31/10/2022, 23:28
Dorotea / Emilia Lafaye

Al escuchar la orden de Arsa, Dorotea la miró por unos segundos antes de tomar el odre que le había ofrecido el señor Moralta y depositarlo en el suelo. Lo empujó con la mano lentamente en la dirección del niño. Luego rebuscó entre las cajas del fondo hasta encontrar donde guardaban la fruta e hizo lo mismo que antes. No hizo el mínimo intento de aproximarse al niño, pero sí lo miró atentamente, pensativa.

Es lo que todos queremos —murmuró, girándose a mirar la nada, nuevamente un tanto ida. Tras unos instantes hizo un esfuerzo por volver al tono afable, si bien su expresión no la acompañaba—. Donde sea que quieras ir, necesitarás de tu fuerza para ello. Intenta comer algo, ¿sí?

En aquel ambiente tenso y silencioso, los sollozos de la criatura parecían el doble de intensos. Quizá en otras circunstancias, Dorotea habría sentido más pena por el niño, pues su situación ciertamente era desalentadora. Sin embargo, en ese momento no tenía energías para invocar mayor compasión. Solo quería dormir y que acabara ese día.

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01/11/2022, 08:56
Narrador

El niño se queda mirando la fruta y el agua con los ojos abiertos como platos y en todo el carro se oye su estómago gruñir mientras se relame. Sin embargo, lejos de alcanzarlo, solo lo mira fijamente, antes de recorrer a cada uno de los integrantes durante unos segundos.
-Dejad de mirarlo -Dice Arsa impaciente desde el asiento del conductor -, habéis hecho guardia, echaos a dormir -Una piedra en el camino hace que el carro traqueteé antes de pasar a terreno más liso durante un momento, pero enseguida vuelve a moverse.

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01/11/2022, 23:42
Dorotea / Emilia Lafaye

El rugido del estómago del niño la hizo voltearse. Se notaba que quería comer, pero algo de la situación no le inspiraba confianza, a pesar de la delicadeza con la que lo trataban, por lo menos Seraphine y Dorotea. Quizá se había dejado engañar por gente de apariencia amable en el pasado y aquello lo había llevado a la situación en la que estaba. “No sería el primero”, pensó. Ante la orden de Arsa, la niña hizo una mueca de disgusto y miró hacia la fruta y el odre abandonados allí en el suelo.

Mientras observaba el humilde aperitivo y escuchaba el traqueteo constante, Dorotea recordó de pronto unas palabras de su hermana, de hacía bastante tiempo. Tras unos instantes se incorporó de nuevo, con un movimiento exagerado, y rebuscó en la misma caja de antes hasta hallar otra fruta igual. Luego volvió a su sitio, se acomodó y empezó a comerla con fingido desinterés en la presencia del niño. Sin embargo, prestaba atención por si lo escuchaba hacer lo propio. Si era el caso, no quedaría más que conciliar el sueño.

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02/11/2022, 22:45
Narrador

Los ojos asustados del pequeño se clavan en Dorotea durante un segundo cuando esta se incorpora repentinamente y la aparta antes de que la curiosidad gane al miedo. La observa rebuscar entre las frutas y traga saliva pesadamente a la par que ella muerde una de las manzanas rojas y dulces que ha sacado del interior. Con suma lentitud, estira el brazo, manteniendose agachado todo lo que puede, hasta agarrar el odre y recogerse en el rinconcito donde se esconde. Da un trago corto tras otro pero apenas al tercero, se lanza a por la manzana, escondiendose de nuevo, aún más prieto a la pared y atento a los movimientos de quienes le acompañan.

Los modales del chico, que ahora que os fijais tiene el pelo pardo y los ojos claros, son horribles, devora la fruta como si llevase días sin comer y hace ruido al beber, como si no hubiera sido educado o llevase mucho tiempo sin poder comer.

En cuanto se termina todo, agua y comida, sus ojos pasan por los rostros de sus acompañantes y acaban quedandose fijos en la caja de fruta.

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04/11/2022, 23:34
Dorotea / Emilia Lafaye

Finalmente escuchó un golpecito que le indicó que el niño había optado por comer. Lo miró de reojo, con cierta curiosidad, y se ruborizó al notar cómo comía. Parecía nada menos que un salvaje. Pensó que si ella alguna vez se hubiera comportado así en público, habría hecho pasar vergüenza a su familia.

En todo caso, ya el niño sabía que no había nada malo con la comida y le pareció más probable que se animara a comer más si no lo miraban como halcones al acecho o como si estuviera por hacer algo malo. No parecía que las palabras por sí solas lo animaran a seguir sus sugerencias. Dejó de observarlo y se acomodó; quizá podría dormir un poco más, aunque no tardarían demasiado en cruzar el puente y detenerse. Creía que la presencia maternal de la señora Moralta tenía buenas posibilidades de hacer sentir más cómodo al niño. Pero antes de acomodarse, dijo unas palabras, en apariencia dirigidas a Seraphine:

Debería comer algo también, Seraphine, tras la noche de vigilia. Dudo que los señores Moralta se enfaden por un par o dos de manzanas. —Esperaba que ella –y ojalá también el niño– entendiera la indirecta.

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06/11/2022, 12:54
Seraphine Delacroix

Seraphine sonrió disimuladamente al ver comer al niño, se alegraba de que el pequeño pudiera saciar su apetito después de haber estado sin comer desde no se sabía cuando. Se tranquilizó al ver que no le faltaba el apetito, aquello era buena señal. Ahora sólo tendría que reponer fuerzas y esperaba que, en un futuro, llegase a confiar en el grupo para que se dejase ayudar.

Cuando Dorotea se dirigió a ella, soltó una pequeña carcajada de complicidad. -Tienes razón, pequeña. No nos vendría mal algo de comer y descansar un poco más, ha sido una noche larga para todos.- Con mirada tierna y sin dejar de sonreír, estiró el brazo en dirección a Dorotea. - ¿Harías el favor de pasarme algo de fruta? La verdad es que me muero de hambre... - Hizo un gesto exagerado frotándose la tripa con la otra mano. 

Deseaba que el chico se recuperase lo antes posible, pero por mucho que estuviese pendiente de él, eso no iba a hacer que se recuperase más rápido. No deseaba incomodarle ni que sintiese más miedo del que podía sentir, así que ante la secas pero sabias palabras de Arsa, pensó en dormir un poco después de comer algo y que el chico viese que también podía comer tranquilo y descansar. 

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06/11/2022, 16:59
Narrador

Cuando las dos mujeres se relajan, notan que el niño se tranquiliza e incluso se sienta en el carro, todavía medio escondido, pero más atento a otras cosas que no son ellas. Mira las maderas que conforman el carro, mira las cajas, pero no se mueve ni toca nada. Pasa un buen rato en silencio antes de tomar aire y, con una voz tan suave como el susurro de un río, habla.
-¿Dónde estoy? -Sus ojos pasan de una a la otra y luego miran de nuevo al suelo del carruaje, ya sea miedo, vergüenza o sumisión, no los alza, y juega con el borde de la tela harapienta que lleva por camiseta.

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06/11/2022, 19:47
Seraphine Delacroix

El hecho de notar como el pequeño se iba relajando, calmaba aún más a Seraphine. Se preguntaba qué le habría podido pasar a aquel muchacho para haberse encontrado sólo en aquella cueva. Cuando vio su espíritu la noche pasada, le había comentado algo que la dejó un poco trastocada pero ahora no era el momento ni de lejos para hacerle ese tipo de preguntas al pobre chico lleno de miedo e incertidumbre.

En el momento en el que el chico habló, Seraphine le respondió en un tono igual de suave. - Te encuentras en el carruaje de un circo ambulante.- La muchacha recostó su espalda contra la pared y cruzó sus piernas. Ver al chico jugando con sus ropas, le recordó que llevaba la vestimenta rasgada y aún no se había cambiado. Esto le produjo una cierta gracia que se mezclaba con el pudor de ir desarrapada. Se alisó las prendas y sonrió. - Si no me equivoco, nuestra siguiente parada será Heniskali. Puedes preguntarnos lo que quieras, te responderemos lo mejor que sepamos.- Su mirada era tierna, la alegría de la muchacha, solía ser contagiosa. 

Dicho eso, se desperezó estirando los brazos. La adrenalina que le había permitido estar alerta en todo momento estaba desapareciendo ahora a medida que se iba relajando. Con lo que las heridas de la noche anterior empezaban ahora a hacerse notar. Hizo una leve mueca cuando se estiró. También se había olvidado de ellas, esperaba poder limpiárselas en la siguiente parada y poder asearse un poco, y, si los señores Moralta tenían a bien de prestarle algo de ropa, poder cambiarse ese vestido que había quedado hecho harapos. 

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08/11/2022, 20:15
Narrador

Es evidente, por la expresión del rostro del niño, que no ha entendido ni una sola palabra de lo dicho por Seraphine.
-No sé dónde es... -Murmura, mirando a Arsa cuando, con voz suave, le pregunta qué nombre le suena -Ga...re? -No parece muy seguro, pero parece que la conductora del carruaje reconoce el nombre. Mira dentro, a ambas acompañantes y asiente, sabiendo dónde es.
-Os llevaremos al puerto y luego volveremos a llevarlo si tenemos tiempo -Dice, azuzando al caballo para que se mueva más rápido, haciendo que aumente la vibración en el carruaje.

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29/11/2022, 19:19
Narrador

⌘ Heniskali ⌘
El comienzo de la vida circense
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Lienargond Isling10
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Tras el puente Egion, el camino es prácticamente plano y apenas se nota cuando este comienza a ir subiendo lentamente hasta echar la vista atrás, cuando es evidente la altura tomada. Las ligeras zonas verdes lentamente dan paso a cada vez más grandes zonas de tierra dura y claramente mineral y, por fin, poco antes del atardecer, desde los carros sus ocupantes alcanzan a ver las humildes casitas de Heniskali, de tonos grises pero cuyas gentes llevan la alegría que le falta a su coloración. Todavía sin cruzar las puertas de la ciudad, los transeuntes ya señalan con entusiasmo el logo del circo, acelerando su vuelta a la ciudad para poder acudir al espectáculo que promete traer consigo, entusiasmando a los anfitriones, quienes saludan amigablemente a los ciudadanos que os dan la bienvenida.