- No, él duerme hasta casi el mediodía. Los hombres en la ciudad no parecen saber el valor de la mañana.
La mujer se sirve una taza de café en silencio y toma asiento frente a ti en el otro extremo de la mesa. Luego comienza a prepararse una rodaja de pan con manteca y mermelada
- ¿Ha dicho ojos amarillos? ¡Qué extraño! Sonaría como una de las leyendas o los cuentos de su tío. Quizás entró algún animal a la casa busscando refugio de la tormenta.
Seguro que lo leí entre todos los papeles y no lo recuerdo... Dijo quitandole importancia.
Tras esto coge tambien otra rebanada de pan e imita a la bella dama que le acompaña.
¿Vivía aquí con mi tío?
Una simpática sonrisa se dibujó en su rostro.
- Sí, he vivido aquí desde que tengo catorce años. Al principio era mi madre la que trabajaba pero luego de...fallecer, tomé su lugar.
Su mirada se pierde un instante por la pequeña ventana de la cocina. No se nota tristeza, sino más bien un sentimiento de alegría y hasta un poco de inocencia en esa mirada.
- Una vez se me ocurrió ir a estudiar a Córdoba o Buenos Aires. Completar estudios universitarios en un profesorado o quizás en psicología pero luego me di cuenta que sólo era feliz aquí, en el campo.
Gonzalo, no pudo evitar sonreir con complicidad...
He de decir que la admiro. La mayoría de la gente que conozco, no saben lo que les hace feliz.
Pienso que ese conocimiento es un tesoro. Por mi parte, aún no tengo claro que es ese sentimiento que comenta...
Creo que hay algo fuera de nuestras vidas diarias, que no conozco, pero intuyo que está ahí...
Sin querer y ante sus palabras, recordo los ojos amarillos de su sueño...
La joven ama de llaves se sonroja al oír tus palabras. No hubiese esperado una respuesta así en ninguna situación.
Bueno, sí...muchas gracias por sus palabras...
En ese momento, y para sorpresa de ambos, entra el escribano todavía en sus pijamas a rayas.
¡Buenos días! - dice, simpático y luego toma asiento en la mesa con una buena taza de café. - Espero no interrumpir nada.
Arma con rapidez un pedazo de pan con manteca y mermelada de naranja y luego lo devora con poca delicadeza.
¿Durmió bien, señor Guzmán?
El abogado, no le inspiraba la misma calidez que la ama de llaves, por lo que respondió de forma genérico.
Por supuesto que no interrumpe nada, he dormido mejor, pero tambien mucho peor.
Tras dar otro trago al café y un bocado a la tostada, comentó mirando al abogado...
¿Cuando podré conocer la voluntad de mi tio?
El abogado deja el bocadillo que iba a llevar a su boca a un lado y luego te mira, disgustado por la interrupción
- Ni bien terminemos de desayunar le mostraré los papeles, señor Guzmán. No tenga prisa, la tormenta no se detendrá hasta esta tarde al menos y los caminos no estarán en condiciones de ser transitados al menos hasta mañana.
Bueno, tu respuesta y ya vemos los papeles así terminamos con la introducción.
Gonzalo se da cuenta de lo brusco que ha sido al demostrar su impaciencia y responde...
Disculpe, no quería meterle prisa.
Tengo curiosidad y no he podido evitar hacerle la pregunta. Tomese su tiempo.
Roberto se da cuenta que ha sido rudo contigo y también se disculpa. Acto seguido te invita a seguirlo a la sala de estar en donde te muestra los papeles de traspaso de propiedades, impuestos, hacienda y, por último, la voluntad de tu tío.
- Como puede ver - explica señalando con un dedo - su tío dejó claramente expresado en este párrafo que absolutamente todas sus pertenencias y propiedades en este terreno debían ser traspasadas a usted, el familiar con vida más cercano. No debe pagar por nada, su tío se encargó de los impuestos y demás costos personalmente un mes antes de...bueno...dejarnos. Fue también por esa fecha que hizo su visita a mi estudio para contratarme como su abogado de herencia y traspaso de bienes.
El abogado te da unos minutos para que puedas leer los documentos tranquilo.
- Si hay algo que necesita que le explique no dude en consultarme.
El silencio reina en la habitación. Sólo la lluvia, pacífica, en el exterior y el tintinear de la vajilla en la cocina interrumpe casualmente el vacío sonoro.
Gonzalo, agradece la explicación del abogado y en cuanto este le da el texto se sumerge sin más en su lectura, ignorando todo lo demás.
El contenido del documento parece estar en buenas condiciones. No presenta lagunas legales ni trampas o irregularidades.
¿Estás buscando algo específico en los papeles?
Las propiedades que me deja y si hay alguna voluntad especial.
Aparte de lo que ya dije (la casa y los terrenos de los alrededores, con todos los objetos y pertenencias que se encuentren en los alrededores) no hay otra posesión a tu nombre. Los papeles no indican nada en absoluto sobre algún último deseo de tu tío.
Un extraño ruido llega hacia ti. Parece como si alguien golpease un árbol afuera mas la lluvia no te deja escuchar con claridad. Suena como si un hacha golpease un tronco delgado. Miras al abogado y notas que él no reparó en eso. ¿Quizás no lo escuchó?
Gonzalo, extrañado del ruido que ha oido, comenta...
Han oido ese ruido?. Parece como si alguien estuviese cortando algo con un hacha?
¿Hay alguien fuera con lo que llueve?
Pasamos a jugar en "Capítulo 1".