Abro esta escena para cualquier cosa que necesites.
De momento nos servirá para terminar de perfilar al PJ y establecer las especialidades.
Visto que hay escasez de nabos en esta cosecha, he pensado -si te parece bien- cambiar de pj para equilibrar el asunto. Te propongo dos para que puedas elegir:
1: Sombrerero/Rumpelstiltskin
«¡¡QUE LE CORTEN LA CABEZA!!», eso fue lo último que escuché antes de caer en el torbellino. Bonito, ¿no? Como último recuerdo del hogar no tiene precio, os lo aseguro.
No era la primera vez que escuchaba esas palabras. Dudo mucho que hubiera alguien en todo Wonderland que no las hubiera en oído alguna ocasión. Tampoco era aquella la primera vez que iban dirigidas a mí. Pero, por algún motivo, me asusté más que nunca. Nunca había visto a la Reina tan enfadada y cuanto más se enfadaba, más afiladas estaban las hojas de las Jotas, especialmente la de corazones. Ese siempre fue un pequeño sanguinario... ¿Por dónde iba? Ah... sí. «Que le corten la cabeza» y todo eso.
En fin. Por primera vez en mi existencia pensé que iba en serio. Y yo necesito mi cabeza. ¿Cómo iba si no a cambiarme el sombrero? ¿Te imaginas llevar siempre el mismo sombrero, por toda la eternidad? Qué horror, ¿verdad? Pues eso.
Así que me agarré al tobillo de esa pequeña picaruela rubia que siempre estaba metiéndonos a todos en líos y salté tras ella. Pero entonces llegó mi gran dilema. Si me sujetaba a ella, se me volaría el sombrero. Así que por supuesto, me aferré a él con ambas manos y traté de nadar en el aire con los pies para alcanzarla. No estoy muy seguro de qué pasó después. Creo que una de las teteras de la Liebre me golpeó en la cabeza y me desmayé. Con el sombrero bien agarrado, claro.
Cuando desperté estaba en un bosque muy extraño. Todo era verde y las flores no hablaban ni cantaban. Busqué un buen rato, pero no encontré al Conejo. Lo que sí encontré fue una voz que soplaba. Parecía querer expulsarme de aquel mundo extraño, al menos al principio. Después conseguí entender lo que decía el viento.
«¿Quién eres? No perteneces a este reino», dijo. Y yo respondí con lo primero que se me pasó por la cabeza: «Soy Rumpelstiltskin». Junté así las letras al azar, porque esa siempre ha sido la mejor forma de hacer las cosas. Y en cuanto lo dije, me lo creí. Al fin y al cabo, si yo lo decía, debía ser verdad, ¿no? Porque los locos nunca mentimos y todo eso.
La voz pareció contentarse con aquello, así que me dediqué a explorar. Durante mucho tiempo pensé que ese mundo estaba despojado de Maravillas y eso me apenó. Tardé en darme cuenta de que las Maravillas no te abandonan tan fácilmente y comprendí algunas de las cosas que había dicho Alicia en su segundo viaje. En este nuevo lugar a las Maravillas las llamaban Magia y sólo las podían usar aquellos que las comprendían. Vaya sarta de tonterías. No es necesario comprender las Maravillas para poder usarlas, tan sólo saber que siempre conllevan un precio. El resto, como bien sabemos todos los errantes de Wonderland, es simplemente cuestión de estar dispuesto a pagarlo.
Al principio, me dediqué a ir de un lado a otro. Pero me aburría. Echaba de menos a la Liebre y al Conejo. ¡Incluso a ese horrible Gato! A la Reina no. Estoy loco, pero no soy tonto. Confié mucho tiempo en que Alicia me encontraría y me ayudaría a volver a casa, pero al final incluso esa esperanza me abandonó. Echaba de menos ese País lleno de Maravillas. Maravilloso, sí. Y también maravillado de sí mismo.
Entonces me dediqué a hacer nuevos amigos. Yo les enseñaba las Maravillas y les invitaba a un té. Por lo general o huían, o se obsesionaban en conseguir una Maravilla para ellos. A veces se enfadaban al escuchar el precio, pero eso no era cosa mía. Y si pagaban... Obtenían lo que querían. Siempre ha funcionado así. Yo no soy el dueño de las Maravillas, ni he inventado el sistema. O quizá sí, pero sin darme cuenta. Vete a saber.
Reconozco que un par de veces exageré un poquito el precio, sólo por intentar conseguir compañía. Como esa vez que intenté conseguir que me dieran un niño, para poder criarlo yo y no estar solo nunca más. O esa otra en que pedí... Ah, sí, también un niño. Siempre quise ser padre, pero nunca tuve ocasión, así que lo cierto es que estaba un poco obsesionado con los niños.
Pero no tanto como con regresar a casa. Seguro que a la Reina hacía siglos que se le había olvidado lo de mi cabeza. Muchas otras habrían rodado ya, incluso alguna varias veces, y yo sólo quería regresar a celebrar mi no-cumpleaños con mis amigos de siempre. Las Maravillas que me habían acompañado no eran suficientes como para volver, pero tal vez hubiese alguien que pudiera ayudarme a cambiar de reino. Alguien como Alicia y sus torbellinos. Alguien... Sólo era cuestión de buscar, ¿no os parece? Y puede que sea un loco, pero no soy un vago. Así que me puse manos a la obra.
Posibles avatares e imágenes:
Ficha:
Arquetipo: ¿Embaucador? ¿Pilluelo? ¿El loco del pueblo?
Atributos:
FUERZA: 1.
GRACIA: 3.
OJO AVIZOR: 2.
INTELECTO: 2.
SONRISAS: 2.
MUECAS: 1.SALUD: 2.
DESTINO: 2.
MAGIA: 3.Rasgos:
MÁGICO.
SUPERVIVIENTE.
Y 2: Genio liberado
A veces cuando me despierto todavía siento el frío y el peso de los grilletes en mis muñecas. Supongo que es difícil acostumbrarse a la libertad después de milenios recluido en un espacio chiquitín para vivir. Pero el frescor de Auryn sobre mi pecho suele ser suficiente para devolverme a mi nueva realidad.
No suelo hablar por ahí de mi pasado. Al fin y al cabo, ¿quién quiere presumir de haber sido un esclavo toda su vida? Desde que nací tuve los grilletes, pues ese es el destino de un djinn. Tampoco es que fuese exactamente un esclavo servil. Bien saben todos los amos que he tenido que mis deseos tenían siempre una doble cara. Eran impredecibles y siempre se aprovechaban de las lagunas legales. Era mi pequeña diversión, encontrar el resquicio por el que darle la vuelta a un deseo y provocar que pidieran otro para arreglarlo y luego otro más. Así hasta desperdiciar los tres. No es que me encantase, pero al menos amenizaba mi existencia.
Hasta que la conocí a ella. Sus enormes ojos almendrados me cautivaron de inmediato. A ella no traté de embaucarla, al contrario, deseaba servirla y conseguir su aprobación. Quizá por eso o tal vez porque tenía un corazón puro, ella no me trataba como un esclavo. Pasábamos largos ratos simplemente charlando, sentados en los cojines de su palacio. Ella no exigía, sólo deseaba y yo estaba ansioso por cumplir sus deseos y verla sonreír. Me parecía la joven más hermosa, valiente y tenaz de todo Agrabah. Quién dijo que un genio no podía conocer el amor se equivocaba.
Finalmente ella decidió que prefería un compañero antes que un esclavo y deseó mi libertad. Los grilletes se convirtieron en arena fría y Auryn brilló con fuerza, concediendo así ese último deseo. La lámpara perdió su magia y juntos viajamos por todo el mundo, por todos los reinos. Cada día era mejor que el anterior y, por primera vez, conocí la felicidad.
Ahora en ocasiones la maldigo, pues sólo quien te da la mayor felicidad es quien puede arrebatártela. Y con el paso del tiempo se aburrió de mí y decidió regresar a su palacio sola. Sencillamente me abandonó como a una mascota en el bosque más allá del desierto, libre pero desdichado.
Desde entonces viajo solo. Ahora los deseos de Auryn son sólo para mí, sólo a mí obedece y si otorgo alguno a alguien, es mi decisión. A veces juego con ellos, como hacía antes, por puro despecho. En otras ocasiones decido otorgarlos de buena fe. Sin embargo... En los últimos tiempos he notado que hay lagunas en mi memoria. Quizá sea ese el precio que tengo que pagar por mi magia. O tal vez estoy deseando olvidar sin darme cuenta. Me pregunto si alguna vez la olvidaré a ella. Si me gustaría hacerlo... Y lo cierto es que no tengo muy clara la respuesta.
Posibles avatares e imágenes:
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Ficha:
Arquetipo: ¿Montaraz? ¿Héroe? ¿Embaucador?
Atributos:
FUERZA: 2.
GRACIA: 1.
OJO AVIZOR: 2.
INTELECTO: 3.
SONRISAS: 2.
MUECAS: 2.SALUD: 2.
DESTINO: 1.
MAGIA: 4.Rasgos:
MÁGICO.
MALDITO (por cada deseo el Auryn se cobra un recuerdo, como pago por haberse liberado de la lámpara).
No me gusta mucho que cambies de personaje, menos por lo que hayan hecho los otros.
Soy consciente que faltan personajes masculinos pero solo me llegó uno que era un desastre escribiendo.
Voy a hacer dos grupos, al menos al inicio, y a lo mejor de aquí a que empiece he dado de baja a alguno, así que de inicio seas un sexo u otro, habrá dos y uno.
Los personajes que me has puesto me gustan mucho, el primero más que el segundo en historia, y el segundo más que el primero en imagen y rasgos. Pero el primero sigue siendo mi favorito. Me han inspirado.
Pero no quiero que tu lleves otro personaje, quiero que lleves la que querías aunque yo fuera una borde.
No te preocupes, Sombrelstiltskin era mi idea para el hipotético segundo pj y el genio me lleva dando vueltas desde que vi esos dibujos que me chiflaron. Así que no me cambio compungida ni nada. Yo voy a ser feliz con cualquiera de ellos y así queda la cosa más equilibrada. A Coppelia ya le llegará su momento en otra ocasión. O, si quieres, me la guardo en el cajón de hipotético segundo pj.
¿Qué le ves mejorable a los rasgos del Rumperero? Yo no tengo nada claro el arquetipo y tampoco estaba muy convencida con la ficha en general, así que se agradecen sugerencias. La imagen seguiré buscando un poco más, pero viendo lo que hay no creo que encuentre nada mejor.
Te hago una propuesta para el sombrerero en rasgos:
Mágico
1d6 -> Maravillas: lanzas 1d6 para la magia menor de adornar el mundo con chorradas que al mundo o objetivo le parezcan maravillosas.
1d8 -> Pactos menores: lanzas un d8 cuando tu magia dependa de un pacto con precio pequeño (a tu discreción).
1d10 -> Tratos: lanzas un d10 cada cuando tu magia dependa de un pacto de precio elevado.
Superviviente (había pensado en hacerte un rasgo propio que fuera loco, te lo voy a integrar aquí pero si te gusta podemos desarrollarlo. Se puede tener un tercer rasgo que no da dados pero que integro en la historia):
1d6 -> Intuiciób: Lanzas 1d6 cuando te dejas guiar por tu intuición o simplemente imaginas que algo saldrá bien.
1d8 -> Loco: Lanzas 1d8 cuando tomas riesgos lidiados con tu locura.
1d10 -> Corre: Lanzas 1d10 cuando tienes que desaparecer de escena (por completo o solo ocultarte).
La ficha, decías que no te convencía, le he echado dos ojos y me gusta, bastante además, los puntos no están nada mal repartidos pero si te cupiera alguno más (creo que sí) se lo pondría a Intelecto.
En cuanto al arquetipo puedes mezclar un pilluelo-embaucador (le queda bien).
Lo del rasgo Loco me mola, lo podría cambiar por el de superviviente para dados y que superviviente fuese algo narrativo solo. ¿Cómo sería el Loco?
Loco (por ejemplo)
1d6 -> Sin cabeza: lanzas 1d6 cuando quieres ignorar el sentido común o comprensión racional de tu entorno.
1d8 -> Sombrerero: lanzas un d8 cuando pretendas que tu sombrero haga algo que otro llamarían imposible.
1d10 -> Hora del té: lanzas un d10 siempre que actúes con una taza de té -con té- en las manos.
Lo compro XDDDD.
Ficha:
Arquetipo: Pilluelo-embaucador.
Atributos:
FUERZA: 1.
GRACIA: 3.
OJO AVIZOR: 2.
INTELECTO: 3.
SONRISAS: 2.
MUECAS: 1.
SALUD: 2.
DESTINO: 2.
MAGIA: 3.
Rasgos:
MÁGICO
1d6 -> Maravillas: lanzas 1d6 para la magia menor de adornar el mundo con chorradas que al mundo o objetivo le parezcan maravillosas.
1d8 -> Pactos menores: lanzas un d8 cuando tu magia dependa de un pacto con precio pequeño (a tu discreción).
1d10 -> Tratos: lanzas un d10 cada cuando tu magia dependa de un pacto de precio elevado.
LOCO
1d6 -> Sin cabeza: lanzas 1d6 cuando quieres ignorar el sentido común o comprensión racional de tu entorno.
1d8 -> Sombrerero: lanzas un d8 cuando pretendas que tu sombrero haga algo que otro llamarían imposible.
1d10 -> Hora del té: lanzas un d10 siempre que actúes con una taza de té -con té- en las manos.
SUPERVIVIENTE (no dados)
Dados arquetipo
1d6 -> Engañar, falsear
1d8 -> Contratar, hacer trueques
1d10 -> Maravillar